Liga de las hijas de Cuba

Liga de las hijas de Cuba
Información sobre la plantilla
Fecha:6 de febrero de 1869
Lugar:Nueva York
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba y Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Líderes:
Emilia Casanova
Ejecutores o responsables del hecho:
Mujeres revolucionarias

Liga de las hijas de Cuba. Una de las primeras organizaciones política creadas y dirigidas por mujeres en Nueva York, cuyo objeto era reunir recursos de todas clases en auxilio de los luchadores en la Isla.[1]

Historia

La liga contó con la participación de destacadas personalidades entre las que se encontró Emilia Casanova - esposa de Cirilo Villaverde - la que dirige la liga desde su creación el 6 de febrero[2] de 1869, en Nueva York,[3] La labor patriótica de Emilia en la emigración se manifestó significativamente apenas comenzada en Cuba la guerra del 68, con la fundación de la liga, aunque ya había pertenecido antes a la Junta Patriótica de Cubanas dirigida por Soledad Zayas de Castellanos.[4]

Por iniciativa suya se envió a Víctor Hugo, desde Nueva York, firmas de mujeres de Cuba invitándolo a que interviniera públicamente a favor de las luchas de los revolucionarios cubanos y enviándole de­talles de la guerra contra la metrópoli española. A las que respondió en 1870:

Mu­jeres de Cuba, oigo vuestra que­ja. Hablaré de Cuba. Ninguna na­ción tiene derecho a asentar su ga­rra so­bre otra....[5]

El célebre escritor francés redactó su carta Aux femmes de Cuba. Emilia, en sus intervenciones, siempre se opuso con vehemencia al anexionismo. Cirilo Villaverde subrayó que cuando algún parlamentario sugería que tarde o temprano Cuba formaría parte de la Unión norteamericana, «entonces sus ojos despedían rayos, su voz vibraba como cuerda rudamente herida».[6]

Emilia presentó un discurso el 4 de marzo de 1872 ante el Congreso de Estados Unidos, pidiendo en nombre de la Liga que el gobierno estadounidense considere los derechos beligerantes de los cubanos alzados por abolición y libertad, teniendo en cuenta que los que existía en la Isla era «una revolución popular, política y social, preparada muy de antemano», acusando además al gobierno de Estados Unidos de ayudar a España a mantenerla esclavizada.[7]

La "Liga de las Hijas de Cuba" pide al Congreso de los Estados Unidos que reconozca la beligerancia de los cubanos sublevados contra la dominación de España; y espera que su petición tenga éxito porque se apoya en razones de justicia, de decoro y de conveniencia.

Los partidarios de la esclavitud y los enemigos de las instituciones republicanas han propalado calumnias y falsedades para oscurecer la verdad y engañar al pueblo de los Estados Unidos, inspirándole equivocados conceptos acerca de la índole, la naturaleza y las tendencias de la revolución cubana. La "Liga de las Hijas de Cuba" no pretende fatigar la atención del Congreso con la extensa y enojosa refutación que sería necesaria para ir contradiciendo una por una esas calumnias; se limitará a recordar hechos de tanta notoriedad que no requieran comprobantes y deja las deducciones al buen criterio del parlamento americano.

Lo que en Cuba existe no es una sedición pasajera, provocada por causa fortuita y sostenida por intereses personales, ni mucho menos es un alzamiento de populacho, movido por malas pasiones y dirigido por agentes extranjeros, como dicen los partidarios de España. Lo que hay en Cuba es una revolución popular, política y social, preparada muy de antemano, que ha pasado y está pasando por todos los trámites porque han pasado y pasan, y precisamente tienen que pasar semejantes revoluciones…....[8]

Bajo su iniciativa en la liga surge la «Sociedad de Artesanas». Con ella sus colaboradoras Ángela Quesada de Embil y Carmen Loynaz de Quesada, ganaron la atención de Carlos Manuel de Céspedes.

Citas y referencias

Fuentes