Mancha negra del tomate

Mancha negra del tomate
Información sobre la plantilla
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Agente transmisor:Pseudomonas syringae pv. Tomato
Región más común:Más frecuente en el tomate de invernadero
Vacuna:Realizar tratamientos preventivos con cobre (oxicloruro de cobre, zineb) entre otros

Mancha negra del tomate. Es la bacteriosis más frecuente en el tomate de invernadero. Afecta a todas las partes de la planta. En hojas se ven manchas negras pequeñitas, de uno o dos milímetros, que pueden juntarse, secando la hoja. En tallos y pecíolos también manchas negras. Tan sólo son atacados los frutos verdes, en los que se observan pequeñas manchas deprimidas de un milímetro.

Transmisión

Las principales fuentes de infección la constituyen semillas contaminadas, en las que puede conservarse hasta 20 años.

Puede conservarse también en restos vegetales y la rizosfera de numerosas plantas silvestres. Esta bacteria penetra por los estomas de las plantas y las heridas más diversas.

Se transmite también a través del viento, la lluvia y el riego que por aspersión diseminan la enfermedad. Los primeros síntomas de la enfermedad aparecen a los 8-10 días de estar infectada la planta.

Daños

Afecta a todos los órganos de aéreos de la planta. Los síntomas característicos aparecen en todos los órganos aéreos en forma de pequeñas manchas negras, de contorno irregular.

En el haz de la hoja se forman manchas negras de pequeño tamaño (1 a 2 mm de diámetro) y rodeadas de halo amarillo. Cuando estas manchas son muy numerosas, pueden confluir pudiendo llegar a secar el foliolo. Si la mancha aparece en un nervio, la bacteria progresa a lo largo de éste, ennegreciéndolo y desecándolo.

En tallo, pecíolos y bordes de los sépalos, también aparecen manchas alargadas, negras y contorno irregular. En las flores aparecen pequeñas manchas negras en los bordes de los sépalos. Las inflorescencias se desprenden al menor roce, y ello ocasiona graves pérdidas de cosecha.

En frutos se observan pústulas negras redondeadas que no sobrepasan 2 mm de diámetro, desprovistas de halo grasiento y a menudo con un "ojo" más claro en el centro. También puede afectar al pedúnculo de los frutos, produciéndose la abscisión de estos.

Control

  • Evitar agua líquida sobre la planta.
  • Destruir plantas y frutos enfermos.
  • Realizar tratamientos preventivos con cobre (oxicloruro de cobre, zineb) en caso de que se manifieste la enfermedad y las condiciones ambientales sean favorables.
  • Los antibióticos tienen el inconveniente de la facilidad con que se generan resistencias.

Fuentes