Manuela Cañizares y Álvarez

Manuela Cañizares
Información sobre la plantilla
Manuela-Canizares 0.jpg
NombreManuela Cañizares y Álvarez
Nacimiento27 de agosto de 1769
Quito capital de la Real Audiencia homónima, Bandera de Ecuador Ecuador
Fallecimiento15 de diciembre de 1814
Quito, Ecuador

Manuela Cañizares y Álvarez. Independentista, heroína precursora de la independencia del actual Ecuador. Reunió en su casa el grupo de patriotas que en la madrugada del 10 de agosto de 1809, degradaron a las autoridades coloniales españolas e instalaron una Junta de Gobierno Autónoma. Fue la anfitriona de la reunión durante la noche previa a la asonada, la cual participó activamente en ella, y según testimonios, prácticamente obligando a los patriotas conjurados para que se decidiesen a dar el golpe revolucionario al amanecer del día siguiente, cuando alguno planteó la duda sobre la conveniencia de llevarlo a cabo. Creció con un espíritu libre y desde joven rechazó las injusticias. Esto la llevó a trabar amistad con los criollos que conspiraban contra la dominación colonial.

Datos biográficos

Nació el 27 de agosto de 1769 en la ciudad de Quito, por entonces capital de la Real Audiencia homónima. Hija de Miguel Bermúdez Cañizares, licenciado en Derecho natural de Popayán, y de Isabel Álvarez y Cañizares, dama de estrato elevado pero económicamente pobre. Tenía tres hermanos, Mariano Cañizares, José Cañizares y María Cañizares, a quienes mencionó en su testamento. Mujer de buena clase social, con educación hogareña conforme a la época, pero con clara vocación revolucionaria que fue perfeccionando en el trato con los patriotas quiteños de todas las clases sociales. Vivía con dos hermanos y una hermana, jóvenes, en parte de una casa arrendada a la Congregación de El Sagrario, junto a la capilla del mismo nombre, en el centro de Quito. Otra parte ocupaba el presbítero Castelo. Por las ventajas de ubicación de la que ya se llamaba la casa de Manuela, por la dignidad personal de la Cañizares, que daba confianza para que los varones concurrieran a las reuniones políticas de los intelectuales, los nobles y los líderes populares, esa casa también sirvió para la última reunión de los patriotas que preparaban la revolución contra el régimen local hispano, cuyo monarca había sido sustituido en la Península por José Bonaparte, en vista de la deposición de Fernando VII. Se distinguió como una mujer de indiscutible valía dentro del contexto de las figuras importantísimas del Ecuador, como ejemplo de patriotismo, de amor al pueblo, de luchadora infatigable por sus reivindicaciones y legítimos derechos, fue poseedora de un gran valor, talento original, cultura elevada para aquella época, en que las mujeres eran ajenas a las inquietudes culturales.

Incorporación a la lucha independentista

Las reuniones políticas, disfrazadas de sociales, entre otras en la casa de Manuela, comenzaron a principios del año 1809 y culminaron el 9 de agosto y las primeras horas del 10, día en que la Junta soberana sustituyó pacíficamente al gobierno de la Junta de Cádiz presidido por el presidente de la Audiencia de Quito, conde Ruiz de Castilla. Se colocó así, con todas las funciones, el primer gobierno criollo independiente, de carácter republicano de Hispanoamérica, lo cual repercutió enseguida en todas las demás jurisdicciones de la Corona en este continente, que al siguiente año de 1810 empezaron a organizarse en forma autónoma.

La discreta y eficaz acción de Manuela Cañizares en su casa, el día 9, tuvo su más relevante momento cuando cerró el portón y amenazó a los varones conspiradores que quedaban treinta y siete a decidir en esos momentos la toma del palacio presidencial, la prisión de todas las autoridades y la acción amistosa pero enérgica y riesgosa con la fuerza pública. Si Manuela no hubiese tomado esa actitud, es muy posible que la revolución quiteña por la independencia se hubiera demorado varios años. El historiador español Mariano Torrente, al referirse al hecho, calificó a la Cañizares como la mujer fuerte de la independencia, en una época en que las mujeres no debían actuar en política. Admirada por sus compañeros, protegida por todos ellos, esa mujer heroica pasó a ser la mujer callada que se ocultaba de las autoridades peninsulares en diversos lugares del país.

La casa que arrendaba ha pasado a ser oficialmente la casa de la independencia del Ecuador, y a Manuela Cañizares le han consagrado las sucesivas generaciones, desde 1809, y el Estado ecuatoriano, como la heroína de la independencia del Ecuador. La obligaron a vivir una vida independiente en la que la lucha por la supervivencia era su primera necesidad a pesar de pertenecer a una familia distinguida por parte de su madre, la unión ilegítima de sus padres y el hecho de que su padre no se ocupara de ella. Se supo que en 1797 vivía sola en una casa arrendada del barrio de la Cruz de Piedra, en donde fue retratada por el pintor Antonio Andrade, por lo que para entonces ya debió ser una mujer notable en la sociedad quiteña. En 1805 adquirió la hacienda de Gregoria Salazar en la localidad de Cotocollao hoy Ponceano, que le costó 800 pesos y después la tenía en arrendamiento a Pedro Calderón, que pagaba 151 pesos anuales por ella. Manuela era una conocida saloniere cuando se mudó a la casa parroquial junto a la iglesia de El Sagrario, término francés para describir a damas ilustradas que organizaban tertulias para discutir sobre política, literatura, ciencia, artes y también los cotilleos del día. Es durante estas reuniones que entabla amistad con Manuel Rodríguez de Quiroga, por quien sentía una gran admiración y confianza, que la llevó a apoyar la causa de la Independencia. Hombres y mujeres de la alta sociedad quiteña eran asiduos visitantes de la que comenzó a ser conocida simplemente como la casa del Sagrario y de su amable anfitriona. Fue poseedora de grandes valores, manteniendo un talento siempre original, una cultura elevada, aspectos que la engrandecieron para siempre como un símbolo de lucha y tenacidad. Algo, que en aquella época eran ajenas a las inquietudes que había dentro de la cultura.

Manuela, se destacó por ser una mujer con una valentía indiscutible. Su vida radicó en luchar por el patriotismo, por dedicarle amor al pueblo, llegando a ser una incansable luchadora.

Los últimos días de Manuela, transcurrieron haciendo encajes para vender, prestando dinero a intereses, y alquilando algunos de sus trajes que se utilizaban para ir a fiestas. No obstante, ésta tenía una finca en la cual criaba su propio ganado.

Fallecimiento

Discutida, combatida, admirada, pobre, perseguida, desterrada; con la gloria de haber escrito una página heroica de la historia, pero sin poder ver el nacimiento de la patria libre. Manuela no murió asesinada, como muchos de sus compañeros de lucha, ella logró huir. El Fiscal Aréchaga, en abril de 1810, solicitó que Manuela Cañizares fuera apresada por ser una de las culpables de la revuelta. Eso habría sucedido, de no ser porque Manuela fue protegida por una de las Marquesas, que la llevó fuera de la ciudad a una casa de campo, en el valle de los Chillos. Allí permaneció escondida hasta 1812. Después de hacer su testamento, sufrió un accidente que la dejó convaleciente, y que finalmente acabó con su vida el 15 de diciembre de 1814 en Quito, Ecuador. El mismo día que cumpliría otro año más de vida.


Enlaces relacionados

Quito

Fuentes