Marchitez roja

Marchítez roja
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Enfermedadesdelapinaimag2.JPG
Agente transmisor:Pseudococcus brevipes Ckll
Forma de propagación:saliva

Marchitez roja. Esta enfermedad conocida como marchitez roja o wilt, es producida por la saliva inoculada por las chinches en la piña. Aunque se desconoce su naturaleza, se le suele nombrar toxemiasis.

Desarrollo de la enfermedad

Para que esta enfermedad se desarrolle, se requiere la presencia de cóccidos (Pseudococcus brevipes Ckll.), en altas densidades de población, por cuanto se ha comprobado que en cantidades pequeñas no se produce esta patología.

Otro factor determinante en el establecimiento de la enfermedad, es el grado de susceptibilidad de la variedad en cultivo, que es mayor en la cayena lisa y en la piña blanca que en otros cultivares.

Síntomas

Se diferencian cuatro etapas en el desarrollo de la enfermedad:

1ra etapa. Se observa un enrojecimiento progresivo de las hojas más viejas, y después, un enrollamiento de los bordes del limbo en el envés y la encorvadura del ápice hacia el suelo.

2da etapa. Las hojas pierden su turgencia y toman un color rosa amarillento, mientras que el ápice comienza a tomar un tono oscuro y se seca.

3ra etapa. Las hojas intermedias se encorvan y sus bordes se ponen amarillentos. la parte restante de estas hojas adquiere una coloración rosa y los ápices se enrollan.

4ta etapa. Las hojas del centro de la roseta, es decir, las más jóvenes, se mantienen erectas, sin embargo, les falta turgencia; los ápices de estas hojas también terminan por enrollarse y secarse. El color generalmente se mantiene verde, pero dichas hojas presentan puntos o zonas rosadas.

Etiología

La marchitez roja es producida por Pseudococcus brevipes Ckll. y se manifiesta de dos modos diferentes. Por ejemplo, cuando la densidad de población es elevada puede tener lugar una infestación con 100 cochinillas por planta, lo que provoca una enfermedad atenuada en un 30 por ciento de estas; mientras que una infestación con 500 cochinillas del mismo origen, afecta gravemente el 90 por ciento las plantas.

También se ha comprobado la transmisión de esta enfermedad por multiplicación vegetativa, en la que interviene un virus latente. Esto ocurre independientemente de la acción tóxica de las secreciones que elaboran los códigos al alimentarse de las plantas; estas secreciones contienen, en grado variable, las toxinas inoculadas por el estilete del aparato bucal picador chupador de estos homópteros.

Lesiones

Entre las lesiones que esta enfermedad produce en la piña, se han observado la detención del crecimiento de las raíces y, a consecuencia de ello, la necrosis progresiva del sistema radicular, con lo cual disminuye la ascensión de nutrientes a la planta y esta se debilita.

Generalmente la planta no alcanza la cuarta etapa explicada en la sintomatología, pues durante la segunda o la tercera etapas, se remida el crecimiento; no obstante, se han perdido seis meses de desarrollo vegetativo.

Por consiguiente, la planta es ahogada por sus vecinas, o, si logra fructificar, el fruto es de tamaño pequeño o llega a la madurez algunos meses después que el fruto de las plantas sanas; de ahí que se pierda la gran mayoría de estos frutos. Asimismo, los pocos vástagos que produce la planta son débiles y es necesario, a veces, un tiempo muy largo antes de que recobren un vigor normal. Además de lo anterior se señala que cuando la enfermedad se manifiesta, no en la planta durante la fase vegetativa, sino cerca de la diferenciación de la inflorescencia o aún más tardíamente, se forman frutos secos, muy ácidos y con ojos prominentes que carecen de valor comercial.

Métodos de control

No se conoce ningún producto químico con qué combatir esta enfermedad, se precisa la utilización de clones resistentes y la aplicación de insecticidas contra las chinches, para disminuir su densidad de población hasta un nivel en el que no produzca la marchitez roja por la inoculación de las toxinas de estos insectos.

Sin embargo, aunque se pueden usar insecticidas, es recomendable la lucha biológica porque no se contamina el ambiente y se obtienen mejores resultados. En el año 1975se evaluó el depredador Cryptolaemus montrouzieri Muls sobre chinches harinosas en piña, liberándolo cada 15 días, pero este no ejerció acción depredadora sobre dichos cóccidos en ningún estadio. A fin de evitar esta enfermedad, hay que combatirla desde que se prepara el terreno destruyendo los residuos de la cosecha anterior, pues en él pueden vivir, las chinches harinosas; también deben eliminarse los posibles hospederos; asimismo, aunque poseemos la española roja, es necesario buscar nuevas variedades resistentes.

El método eficaz para la erradicación de la enfermedad, es el de eliminar la Chinche harinosa mediante insecticidas. Esto se explica en la parte correspondiente a los métodos de lucha contra la plaga de este insecto.

Fuente

  • Sánchez Hernández,M. Plagas y Enfermedades de los Frutales. Editorial Pueblo y Educación,1983.