Marie-Joseph Chénier

Marie-Joseph Chénier
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NombreMarie-Joseph Chénier
Nacimiento28 de agosto de 1764
Constantinopla
Fallecimiento10 de enero de 1811
París, Bandera de Francia Francia
ResidenciaFrancia
OcupaciónPoeta, dramaturgo y político
PadresLouis Chénier
FamiliaresAndré Chénier
Obras destacadasCaïus Gracus (Cayo Graco, 1792), Timoleón (1794) y Tibère (Tiberio)

Marie-Joseph Chénier. Poeta, dramaturgo y político francés.

Biografía

Nacido en Constantinopla el 28 de agosto de 1764 y fallecido en París el 10 de enero de 1811. Fue hijo del historiador y diplomático Louis Chénier (1723-1796) y hermano del poeta neoclásico André Chénier (1764-1811). Su nacimiento en el Imperio otomano se debió al traslado de su padre a Constantinopla en calidad de embajador de Francia.

Alentado desde su temprana juventud por una firme vocación literaria, frecuentó, ya en París, los principales círculos artísticos e intelectuales de su tiempo, en los que hizo gala de un notable talento para la creación teatral, como quedó bien patente en la puesta en escena de su tragedia histórica Charles IX ou l'école des rois (Carlos IX o la escuela de los reyes), estrenada con gran éxito de crítica y público en 1789

Acciones políticas

En el transcurso de aquel mismo año, el estallido de la Revolución Francesa le animó a entrar en la vida política, en la que tomó partido en favor de los revolucionarios y desplegó una intensa actividad que le convirtió en miembro de la Convención y del Tribunado, donde volvió a ser reelegido en todas las legislaturas comprendidas entre 1792 y 1802.

Entre sus acciones políticas más destacadas, cabe destacar su apoyo a la petición de Lakanal (1763-1845) y Pierre Claude Daunou (1761-1840]]) formulada en la Convención el 9 de octubre de 1794, por vía de la cual se creó un fondo de trescientas mil libras destinadas a socorrer a los artistas, literatos y hombres sabios que, por culpa de la revolución, estuviesen necesitados de un subsidio económico. Además, asumió grandes responsabilidades en todo lo relativo a la instrucción pública, fue uno de los impulsores de la creación del Instituto -en cuya inauguración leyó un poema propio compuesto para tal ocasión- y alcanzó el cargo de inspector general de la Universidad, al que renunció cuando Napoleón (1769-1821) se hizo coronar como emperador de Francia.

Trayectoria artística

En su condición de poeta, Marie-Joseph Chénier sobresalió por la composición de himnos de inflamado ardor patriótico, como su célebre "Chant du départ" ("Canto de la partida"). Pero, en la actualidad, es fundamentalmente recordado por sus textos dramáticos, en los que se reveló como un consumado maestro en el género de la tragedia histórica de inspiración clasicista. Además de la pieza teatral, su producción dramática comprende otras obras notables como Caïus Gracus (Cayo Graco, 1792), Timoleón (1794) y Tibère (Tiberio), la última de las cuales no fue representada hasta 1844, pues hasta entonces estuvo prohibida por la censura. Además, el escritor de Constantinopla fue autor de otras piezas dramáticas de menor importancia -como las tituladas Enrique VIII, Fenelón, Juan de Calús, Felipe II, Edipo Rey, Electra y Bruto y Casio, todas ellas pertenecientes también al género de la tragedia neoclásica-, así como de un valioso estudio crítico titulado Cuadro histórico de los progresos de la literatura francesa desde 1787.

Su abundante correspondencia -de enorme interés para el conocimiento de una época tan señalada en la historia de su país natal- quedó recopilada en el volumen titulado Cartas, y la mayor parte de sus composiciones poéticas fueron estampadas en el libro Cantos patrióticos.

Honores y reconocimientos

Entre los numerosos honores y reconocimientos que se le tributaron en vida, sobresalen su nombramiento, por parte del Directorio, como responsable de la sección de poesía del citado Instituto (20 de noviembre de 1795), así como elección como miembro de número de la Académie Française (1803).

En los últimos compases de su trayectoria política se distinguió por su moderada oposición a las megalómanas pretensiones de Napoleón.

Fuente