Mascaron de proa

Mascaron de proa
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Mascaron de proa de un velero

Mascaron de proa, figura o adorno como remate del tajamar o de la proa de un buque. Su uso fue muy generalizado entre los siglos XVI al XIX.

Mascaron de Proa

En sus orígenes tuvo un carácter totémico y religioso. En las naves egipcias surge la flor de loto, emblema nacional, acompañado de pinturas de los dioses protectores de los humanos, sin olvidar tampoco a los que continuarían dispensándole favores más allá de la muerte. En las naves fenicias fueron cabezas de caballos pintadas de rojo, con ojos de esmalte tachonado en oro en imagen de vitalidad, ligereza, pacifico comerciar y deseos de exploración. Grecia y Roma muestran una fauna exuberante y mayestática a tono con la soberanía político-militar que imponen. Los normandos con sus serpientes y dragones que unían su ferocidad con el merecido prestigio de expertos navegantes. En los juncos chinos de la antigüedad pintaban un ojo para que les vigilara el rumbo.

En Inglaterra, a partir de Enrique VII, el león tendido o rampante fue el mascarón típico de la Armada, aunque con algunas excepciones como en el buque Royal Prince donde se reemplazó por un relieve alusivo al nombre del barco, en el buque Sovereign of the Seas fue una figura del rey Eduardo pisoteando a otros siete reyes y en el buque Naseby, Oliver Cromwell ordenó colocar una figura de si mismo teniendo aplastado bajo sus botas a seis países representados por un escoses, un español, un francés, un holandés, un irlandés y un ingles, fácilmente reconocibles por sus vestimentas, mientras una fama lo coronaba de laureles y el afirmaba: “Dios con nosotros”. Aunque ya a fines del siglo XVIII, el Almirantazgo acordara suprimir los masacarones, en algunos navios de guerra, entre 1801 y 1815, aparecen ornadas de un escudo con las armas reales flanqueadas por dos angelotes, como puede apreciarse en el mascaron del Buque Victory.

En Francia, desde comienzos del siglo XVII se usó el león coronado, aunque con menos uniformidad que otras marinas. En 1785 se declaró reglamentario el escudo flordeliseado.

En España, la Marina Real mantuvo el león engallado en el tajamar de los navíos del siglo XVIII, hasta que en 1793 se dispuso que los mascarones fueran “parlantes”, apareciendo en los buques de guerra y mercantes un sinfín de representaciones mitológicas, a lo que se unió lo antropomórfico y religioso en exhibición afectiva, romántica y hasta, en ocasiones, grotesca e ingenua.

En veleros mercantes, abundaron figuras policromadas de la esposa o hija del armador o capitán. Los mascarones de proa fueron desapareciendo con la aparición de los buques de acero y durante la Primera Guerra Mundial fueron cayeron en desuso. En la actualidad algunos yates y buques los usan como motivo decorativo. En museos y colecciones particulares son muy apreciados aquellos mascarones de historia notable, entre los que figuran muchos de gran mérito escultórico.

Fuente

  • Enciclopedia General del Mar, Cuarto volumen, pg 501, Ediciones Garriga, Madrid, 1958.