Mastitis puerperal

Mastitis puerperal
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Concepto:La mastitis es una inflamación de la glándula mamaria. Puede aparecer durante la lactancia como mastitis puerperal o en cualquier otro momento como mastitis no puerperal.

Mastitis puerperal. Una mastitis es una inflamación de la glándula mamaria. La inflamación de la glándula mamaria puede adoptar formas distintas: la mastitis durante la lactancia se denomina mastitis puerperal. Al margen de la lactancia, la inflamación del seno se denomina mastitis no puerperal.

La mastitis puerperal aparece normalmente entre la segunda y la cuarta semana tras el parto. Se trata de una inflamación del seno lactante, es decir, del seno que está produciendo leche. El germen patógeno es, en algunas ocasiones, un germen hospitalario que procede de los paritorios. Se trata de una inflamación de la glándula mamaria grave pero que rara vez evoluciona a una forma de inflamación crónica.

Tipos de mastitis puerperal

Existen distintos tipos de mastitis puerperal, inflamación de las glándulas mamarias durante la lactancia. Los distintos tipos de inflamación se diferencian en función de la vía de propagación. La inflamación más frecuente es la mastitis puerperal intersticial y se propaga por las vías linfáticas y la sangre del tejido de la mama. En el caso de la inflamación del tipo parenquimatoso, los patógenos penetran en el seno por los conductos de la leche (conductos galactóforos).

En ambos casos de mastitis puerperal pueden aparecer abscesos (focos inflamatorios con contenido de pus). Este tipo de inflamación de la glándula mamaria se llama mastitis abscesificada. Los especialistas subdividen los abscesos en función del punto en el que se generan en subareolares (debajo o cerca del pezón), subcutáneos (debajo de la piel), intramamarios (dentro de la glándula mamaria) y retromamarios (detrás de la mama).

Incidencia

Una de cada 100 mujeres padece mastitis puerperal tras el parto del bebé. En la mayoría de los casos, la inflamación de la glándula mamaria solo afecta a una de las mamas.

Causas

En el caso de la inflamación de la glándula mamaria durante la lactancia (mastitis puerperal) los causantes suelen ser bacterias. Durante la lactancia pueden penetrar fácilmente en el seno. En la mayoría de los casos se trata de un Staphylococcus aureus resistente a la penicilina. “Resistente a la penicilina” significa que el patógeno es inmune al antibiótico penicilina que se utiliza normalmente para combatir al estafilococo.

El patógeno causante de la inflamación de la glándula mamaria durante la lactancia procede normalmente de la boca del bebé lactante. El patógeno viaja desde la madre o el personal sanitario a la zona de la nariz y la garganta del niño. Laceraciones más o menos profundas en la piel, llamadas rágades, que aparecen fácilmente durante la lactancia alrededor del pezón (mamilla) son los puntos de acceso de los patógenos. Cuando el lactante succiona, los patógenos entran en contacto con el pezón de la madre y desde aquí se extienden. En casos más raros los patógenos que se encuentran normalmente en la piel, pueden penetrar en la piel a través de estas pequeñas lesiones y provocar una mastitis bacteriana.

La acumulación de leche, por ejemplo, porque ésta no puede fluir correctamente, porque no se amamanta al lactante con suficiente regularidad o porque no se vacía el pecho completamente, puede causar una inflamación de la glándula mamaria.

Síntomas

En el caso de mastitis puerperal es fácil reconocer los primeros síntomas. Brotes de fiebre de aparición repentina de más de 38° C al iniciar la lactancia es uno de los síntomas que puede indicar el inicio de una mastitis.

La inflamación de la glándula mamaria suele empezar localmente en algún punto de la parte exterior del seno. Al principio el seno se siente dolorosamente tenso sin que se pueda determinar exactamente de dónde procede el dolor. Los ganglios linfáticos del lado de la misma axila se inflaman y aumentan de tamaño.

La inflamación evoluciona casi siempre en un mismo punto y la zona inmediatamente adyacente experimenta los siguientes síntomas:

  • Dolor
  • Enrojecimiento
  • Inflamación y
  • Aumento de temperatura local

La inflamación se puede palpar normalmente como un aumento de tamaño. En algunos casos también se pueden apreciar cambios visibles, por ejemplo, un aumento de tamaño de la mama considerable o la modificación de la superficie del seno. Si la inflamación de la mama progresa se puede formar un absceso. Todos los abscesos ubicados directamente debajo de la piel suelen poder palparse.

Diagnóstico

En el caso de mastitis puerperal, el ginecólogo puede diagnosticarla a partir de las molestias descritas y la palpación. La extensión y ubicación más precisas de los abscesos se pueden determinar con un examen de ultrasonidos, una ecografía.

Para identificar el agente patógeno de una infección de la glándula mamaria y poder combatirla con el antibiótico adecuado, el médico realiza un frotis antes de empezar el tratamiento: si el pezón (mamilla) excreta líquido o si la leche contiene pus, puede utilizar el frotis del líquido que se expulsa por el pezón o de la leche. En el caso de un absceso se examina el contenido líquido de la pústula.

Tratamiento

En el caso de la mastitis puerperal, un tratamiento rápido y consecuente previene la formación de abscesos y permite a la mujer continuar con la lactancia. Es importante vaciar en cada toma el seno para que la leche no se acumule. Suprimir la producción de leche mediante los medicamentos llamados inhibidores de prolactina (por ejemplo, bromocriptina, lisurida, cabergolina), así como las medidas físicas son parte del tratamiento.

En el caso de una inflamación de la glándula mamaria durante la lactancia, las medidas físicas también pueden ser apropiadas para tratarla, por ejemplo, enfriando la mama con bolsas de hielo, aplicando compresas de requesón o de tierra arcillosa ascética. Si esta medidas no conllevan una mejora considerable transcurridas 24 horas, el médico prescribe un tratamiento con antibióticos (por ejemplo, con penicilina, cefalosporina o eritromicina).

Para mantener el seno inmóvil se recomienda utilizar un sujetador que sujete firmemente el seno.

En el caso de una inflamación de la glándula mamaria leve, es decir incipiente, durante la lactancia (mastitis puerperal) la mujer puede seguir dando el pecho.

Es importante beber abundantes líquidos y descansar. En caso necesario el médico puede prescribir analgésicos y antibióticos. Mientras la mujer da el pecho, los medicamentos que tome deben ser inocuos para el lactante.

Evolución

En el caso de una inflamación de la glándula mamaria, durante la lactancia (mastitis puerperal), aun siendo de carácter grave, la evolución suele ser favorable. La inflamación puede resolverse por sí sola o curar rápidamente con el tratamiento adecuado. En algunos casos, sin embargo, se forman abscesos. Se trata de acumulaciones de pus encapsuladas. Para que no se produzcan fístulas, el médico debe abrir el absceso y aspirar el pus. Las fístulas son conductos anómalos comunicantes del absceso con la piel o el sistema de conductos de leche que se producen a raíz de la inflamación. A través de éstos las bacterias pueden penetrar fácilmente en el tejido del seno. En el caso de la inflamación de la glándula mamaria los agentes patógenos no suelen extenderse por la sangre.

En el caso de las mujeres que ya han sufrido anteriormente una inflamación de la glándula mamaria, la evolución suele ser crónica. Tienen un elevado riesgo de volver a padecerla.

Prevención

Con las siguientes recomendaciones se puede prevenir la inflamación de la glándula mamaria durante la lactancia (mastitis puerperal): cuide la piel de los senos para evitar la sequedad. Lave los senos solo con agua y deje que los restos de leche sobre los senos se sequen. Si incluso así se forman grietas, se recomienda utilizar copas recolectoras de leche. Si además sufre laceraciones más profundas (rágades) aplique pomadas adecuadas (por ejemplo, dexpantenol o grasa de lana).

Para prevenir la acumulación de leche, debería amamantar regularmente a su bebé. Si el lactante no vacía completamente el seno, extraiga la leche restante con un saca leches o manualmente.

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