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Matilde de Hackeborn
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Matilde de Hackeborn. Fue una monja cisterciense y mística alemana.
Sumario
[ocultar]Síntesis biográfica
Matilde de Hackeborn nació en el castillo de Helfta, Alta Sajonia en 1241, en la noble y poderosa familia de los Barones Hackeborn, terratenientes de Turingia, Alemania. A los siete años ingresó como alumna en el monasterio Benedictino de Rodersdorf.
Ingreso al Monasterio
En 1258 el convento lo traladaron a Helfta, en tierras de la familia Hackeborn. Ese mismo año Matilde se convirtió en monja. La abadesa Gertrudis llevó al convento una gran espiritualidad y un florecimiento cultural; siguiendo los principios cistercienses (orden benedictina independiente), con predilección de San Bernardo de Claraval (1090-1153), promovió la práctica del ascetismo y el celo apostólico. Creó un centro de mística y de cultura, con formación científica y teológica: fue el monasterio de más alto nivel cultural del Medioevo.
Actividad
Matilde se destacó por su humildad y espiritualidad; dotada de una hermosa voz, la llamaban “el ruiseñor de Dios”; fue maestra de canto y primera cantante, directora del coro y maestra de novicias. Muy joven se convirtió en directora de la escuela del monasterio; escribió sus propios textos en latin y las ilustraciones de manuscritos. Devota del Sagrado Corazón de Jesús, Matilde tenía un gran talento como predicadora. Compuso numerosas oraciones; varias veces se elevaba en éxtasis en una intimidad profunda con el Señor, en un diálogo de iluminación interior, de contemplación mística.
Muerte
Durante los últimos años de su vida, Matilde padeció intensos sufrimientos a los que sumaba grandes penitencias, pero halló refugio y paz en el Corazón de Jesús, murió el 19 de noviembre de 1299 a los 59 años, en el convento de Helfta. Su fama de santidad y su obra se propagaron rápidamente; el libro fue traducido a varias lenguas europeas.
Obra
Matilde tuvo desde joven visiones místicas que ocultó hasta los cincuenta años, en que estuvo gravemente enferma. Sus revelaciones fueron escritas por su antigua discípula Gertrudis de Helfa (1256-1302) también conocida como Gertrudis la Grande. Estas experiencias espirituales formaron el “Libro de la Gracia Especial”, una de las obras más célebres y hermosas de la literatura mística de la Edad Media. Aparte de las visiones místicas, de amor y alabanza a Dios, tuvo devoción por la Virgen María; expuso también aspectos de su vida personal, su camino en la fe, su servicio al prójimo. Su principal obra se llama "Libro de la corriente de alabanza", en el cual escribe: "Yo soy más fácil de alcanzar que cualquier otra cosa, ni un hilo ni una astilla, nada es tan pequeño y tan inferior que uno pudiera atraerlo así con un simple acto de la voluntad. A Mí en cambio, puede el ser humano llevarme a sí con su simple voluntad".