Meningocele


Meningocele
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El término meningocele se utiliza en medicina para designar la protrusión de las meninges a través de un defecto óseo en el cráneo o la columna vertebral, lo que da origen a la formación de un quiste visible desde el exterior que esta lleno de líquido cefalorraquídeo.

Causa

Su causa es multifactorial: intervienen varios factores como ambientales o nutricionales, etc. Una de las causas más frecuentes de meningocele es la existencia de espina bífida, que consiste en la fusión incompleta de los arcos vertebrales posteriores causada por un desarrollo anómalo del tubo neural durante la gestación. Este defecto congénito se puede localizar en cualquier punto a lo largo de la columna vertebral y provoca que la médula espinal y las membranas que la recubren (meninges) protruyan por la espalda del niño. Si el quiste contiene solamente las meninges y líquido cefalorraquídeo, el término que se utiliza para designarlo es meningocele y sus consecuencias pueden no ser graves. En cambio, cuando el quiste contiene además de las meninges y el líquido cefalorraquídeo, las raíces nerviosas de la médula espinal, o la médula en sí, se denomina mielomeningocele y sus consecuencias son más graves al comprometer las funciones locomotora y urinaria.

Síntomas

Se presenta más comúnmente en la región lumbar (la parte baja de la espalda). Es una masa abultada, que puede variar de tamaño, cubierta de piel, de tejido suave que se puede encontrar ya sea en la línea media de la columna vertebral (es lo más común) o hacia un lado. La hernia de las meninges también puede ocurrir sobre la línea media de la columna cervical (cuello) y en el cráneo (cráneomeningocele). La piel que recubre al meningocele puede tener una mancha angiomatosa (obscura) o con pelos. Este padecimiento puede ser detectado durante el embarazo por medio del ultrasonido (técnica que se utiliza para observar cómo se encuentra el feto dentro de la madre).

Prevención

El desarrollo de los defectos congénitos del tubo neural entre los que se encuentra el meningocele, puede prevenirse ingiriendo en el mes previo al embarazo y durante los primeros meses de gestación, una dosis adecuada de ácido fólico (se encuentra en las verduras de hojas verdes como espinacas, brócoli, etc.), puede reducir el riesgo de los defectos del tubo neural (espina bífida). Por este motivo, las mujeres que planeen quedar embarazadas deben ponerse en contacto con su médico de familia, el cual las aconsejará sobre el tratamiento más adecuado en función de sus circunstancias personales. Asimismo, las mujeres que ya han tenido un niño con un defecto del tubo neural, deben consultar a su médico antes de otro embarazo para determinar qué cantidad de ácido fólico deben tomar y durante cuanto tiempo.

Tratamiento

Es necesario reparar, por medio de la cirugía, el saco herniado. Esto se debe de hacer durante el primer año de vida.

Complicaciones

La mayoría de estos niños no presentan signos de pérdida de las funciones neurológicas (alteraciones en el cerebro). Si el defecto está cubierto por una membrana, se recomienda la intervención quirúrgica inmediata para cerrar la malformación, pues de otra forma existen muchas posibilidades de infección y se puede romper la piel que recubre el saco herniado. Hay ocasiones en que algunos nervios se encuentran atrapados en el saco herniado, esto puede causar alteraciones funcionales en las piernas.

Pronóstico

Por lo general no quedan secuelas graves que pudieran poner en peligro la vida de las personas con este tipo de padecimiento. Después de la cirugía, con ayuda de especialistas, es obligatorio proporcionar al paciente medidas que ofrezcan óptimas oportunidades de rehabilitación. El pronóstico llega a ser malo en aquellos pacientes que tienen parálisis total por debajo de la lesión, no obstante con una asistencia apropiada, muchos niños evolucionan correctamente.

Posibilidad que se repita

Tanto para los otros hijos de la pareja como para los hijos del paciente, el riesgo se desconoce.

Véase también

Fuentes