Mensaje al mayor general Calixto García

Mensaje al mayor general Calixto García
Información sobre la plantilla
Fecha:1 de mayo de 1898
Lugar:Bandera de Cuba Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Russel A. Alger y el Mayor General Calixto García Íñiguez

Mensaje al mayor general Calixto García. Comunicación verbal y personal, muy secreta, enviada por Russel A. Alger, secretario de la Guerra del gobierno de EUA, al Mayor General Calixto García Íñiguez, lugarteniente general del Ejército Libertador y jefe del Departamento Oriental, trasmitida el 1 de mayo de 1898, directamente en su cuartel general, en Bayamo, por el Primer Teniente norteamericano de la inteligencia militar, Andrew Summers Rowan, con el propósito de lograr la colaboración del Ejército Libertador sin reconocer al Gobierno de la República en Armas.

Historia

Rowan no fue un candidato elegido al azar; “[…] con anterioridad había hecho un viaje a la parte occidental de Cuba y especialmente había estudiado los alrededores de La Habana […]”. En 1896 publicó The Island of Cuba, A descriptive and Historical Account of The Great Antilla.

El oficial, acreditado por la Delegación Cubana de Nueva York, partió de Washington el 9 de abril y viajó a Jamaica, desde donde el Comandante Gervasio Savio, correo del Ejército Libertador, lo condujo en un bote a la ensenada de la Mora, en el sur de Oriente.

Allí fueron recibidos por el alférez insurrecto Fernández Barrot, quien condujo al oficial norteamericano al campamento mambí de El Chino, donde el General Salvador Hernández Ríos tenía su puesto de mando. Este designó a su ayudante y una escolta para que acompañaran a Rowan hasta el campamento de la ciudad de Bayamo, donde se encontraba el Mayor General Calixto García.

La entrevista se produjo entre el visitante, el General García y un grupo reducido de sus más cercanos colaboradores. Como respuesta al mensaje de Alger, García designó una comisión integrada por el General Collazo y los tenientes coroneles Charles Hernández y Gonzalo García Vieta —quien a la postre no hizo el viaje— para que acompañaran a Rowan de regreso a su país y se presentaran ante el secretario de la Guerra portando una carta personal que decía: “Confiero al General E. Collazo, oficial de toda mi confianza, plenos poderes para informarle a usted, verbalmente, asuntos de importancia, que sirvan de gran utilidad para el futuro entendimiento entre ese Departamento y este Ejército”.

Rowan y sus acompañantes partieron el día 4, y en la noche del 5 llegaron a Manatí, donde abordaron un pequeño bote de vela que no permitió embarcar a García Vieta.

Arribo

El día 10 arribaron a Nassau, donde un agente cubano les proporcionó los medios para llegar el 11 a Key West. La gestión personal de Alger para establecer la cooperación de sus fuerzas invasoras con las del Ejército Libertador contra las tropas españolas en Cuba, se realizó directamente a través del Mayor General García Íñiguez, y no a través del presidente del Consejo de Gobierno o de su delegado en EUA, o el general en jefe del Ejército Libertador, un taimado desconocimiento de estas personalidades e instituciones oficiales de la República en Armas.

No obstante, en la sesión de trabajo del Consejo de Gobierno cubano, del 11 de marzo de 1898, había sido aprobada la proposición de Tomás Estrada Palma a McKinley sobre la participación del Ejército Libertador en calidad de auxiliar y subordinado al jefe que dirigiría las operaciones de los norteamericanos en Cuba.

El meteórico viaje reportó a Rowan un ascenso al grado de teniente coronel y mucho más. En febrero de 1899, el inescrupuloso periodista Elbert Hubbard lo inmortalizó como la tipificación del “héroe americano”, en un artículo titulado “Un mensaje a García”, que publicó en la revista Philistine. La fértil e inescrupulosa imaginación de Hubbard transformó al oficial estadounidense en un héroe, protagonista de peligrosas aventuras, que fue llevada al cine y se convirtió en un libro de fabulosas tiradas.

Sin embargo, “la proeza de Rowan” fue un episodio común y corriente para cientos de expedicionarios cubanos que navegaron desde diferentes países hasta Cuba para luchar por la libertad.

Fuente