Metas mundiales de nutrición 2025

Metas mundiales de nutrición 2025
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Concepto:La 65a Asamblea Mundial de la Salud realizada en Ginebra, Suiza, del 21 al 26 de mayo de 2012, aprobó el Plan de Aplicación Integral sobre Nutrición de la Madre, el Lactante y el Niño Pequeño, el cual incluye seis metas globales fundamentales para lograr mejorías en relación con: el retraso en el crecimiento (talla baja para la edad) en niños, la anemia en mujeres en edad reproductiva, el bajo peso al nacer, el sobrepeso en niños, la lactancia materna exclusiva y la emaciación en menores de cinco años hasta el año 2025. Estas metas globales fueron endosadas por los países miembros de la Organización Mundial de la Salud, (OMS) quienes se comprometieron a monitorear y hacer seguimiento del progreso hacia el alcance de las metas.

Metas mundiales de nutrición 2025. Documentos elaborados de carácter voluntario que sirven de guía para el establecimiento de metas nacionales, en función al contexto de cada país y atendiendo, particularmente, a factores como la epidemiología de las afecciones relacionadas con la nutrición, las tendencias de los factores de riesgo, la experiencia en materia de formulación y puesta en práctica de políticas públicas de nutrición, el grado de desarrollo de los sistemas de salud y la experiencia previa con este tipo de intervenciones.

Reseña

Los países miembros de la Organización Mundial de la Salud, (OMS) han endosado metas globales para mejorar la nutrición materna, del lactante y del niño pequeño y están comprometidos con la monitorización de los avances. Las metas son vitales para identificar áreas prioritarias y propiciar los cambios a nivel mundial.

El establecimiento de metas nacionales ayuda a su vez, a elaborar políticas y programas nacionales y a estimar el nivel de recursos requerido para su cabal cumplimiento. El establecimiento de metas globales se fundamenta en que los problemas de nutrición, bien sea por déficit o por exceso de nutrientes, son multifactoriales y están interconectados entre sí. Es necesario concentrar esfuerzos en el período que va desde la concepción hasta los dos años de vida, aunque la totalidad del ciclo vital no debe perderse de vista en el mantenimiento del buen estado nutricional.

Asimismo, es necesario que exista el compromiso de invertir durante un decenio para potenciar las intervenciones nutricionales. Dada la necesidad de alinear la ejecución del Plan con otros programas de desarrollo que también toman en cuenta la nutrición, se propuso una duración de trece años (20122025), presentando informes bienales hasta 2022, y realizando un último informe en el año 2025.

Metas

En 2012, la Asamblea Mundial de la Salud (WHA por sus siglas en inglés) aprobó un plan de aplicación integral sobre nutrición materna, del lactante y del niño pequeño que identifica seis metas mundiales relacionadas con resultados de nutrición prioritarios y que deberán alcanzarse para 2025. Las seis metas mundiales son las siguientes.

Meta mundial 1: retraso en talla

  • Reducir 40% el retraso en el crecimiento (talla baja para la edad) en los niños menores de cinco años.

Esta meta supone una reducción relativa del 40% para el año 2025 en el número de niños que padece retraso en el crecimiento. Esto se podría traducir en una reducción relativa anual de 3.9% entre 2012 y 2025, e implica reducir el número de niños con retraso en el crecimiento de 171 millones en 2010, a aproximadamente 100 millones. Los datos nacionales y los resultados de las evaluaciones recientes, apuntan a una reducción acelerada de la malnutrición infantil debido a intervenciones de tipo nutricional a nivel comunitario.

En algunos casos (por ejemplo en Tailandia y Viet Nam), esas intervenciones están impulsando disminuciones rápidas a nivel nacional. Si se garantiza una aplicación amplia, se podría alcanzar la meta prevista. Así mismo, los efectos intergeneracionales impulsados por las mejorías en el desarrollo y el estado nutricional de la madre, propician un círculo virtuoso de mejoría del estado nutricional de las generaciones futuras.

Meta mundial 2: anemia

  • Reducir 50% la anemia en mujeres en edad reproductiva.

Esta meta supone una reducción relativa del 50%, en el número de mujeres no embarazadas en edad fecunda (de 15 a 49 años) aquejadas de anemia, con relación a una línea basal establecida en el periodo 1995-2005. Esto se traduciría en una reducción relativa del 5.3% anual entre 2012 y 2025, e implica reducir el número de mujeres no embarazadas anémicas, de 496 millones, en 2011, a aproximadamente 248 millones.

Solo unos pocos países han registrado una disminución en la prevalencia de anemia, probablemente debido a mejorías en la alimentación, a menor incidencia de malaria y a otros factores. Ha quedado demostrada la eficacia de la suplementación y la fortificación de los alimentos con hierro, así como la lucha antiparasitaria para reducir la anemia; lo que urge actualmente es lograr una aplicación efectiva a gran escala.

Es necesario mejorar los servicios asistenciales de salud (por ejemplo, la atención prenatal), así como la administración de suplementos nutricionales. El enriquecimiento de harina es una práctica cada vez más extendida, aunque en aquellas poblaciones en que el arroz es alimento de base en la dieta diaria, habrá que reforzar las actividades de investigación y desarrollo para la fortificación de otros alimentos básicos.

Meta mundial 3: bajo peso al nacer

  • Reducir 30% el bajo peso al nacer.

Esta meta implica que desde la actualidad al año 2025, haya una reducción relativa del 30% en el número de niños nacidos con peso menor a 2500 gramos en relación a una línea base establecida en el período 2006-2010, utilizada como referencia. Esto se traduciría en una reducción relativa anual del 3,9% entre 2012 y 2025.

En Bangladesh y la India, donde vienen al mundo alrededor de la mitad de los niños del planeta con insuficiencia ponderal al nacer, la prevalencia de este problema pasó, respectivamente, del 30,0% al 21,6% (entre 1998 y 2006) y del 30,4% al 28,0% (entre 1999 y 2005). Del mismo modo, se han observado caídas en la prevalencia de la insuficiencia ponderal del recién nacido en El Salvador (del 13,0% al 7% entre 1998 y 2003), Sudáfrica (del 15,1% al 9,9% entre 1998 y 2003) y la República Unida de Tanzania (del 13,0% al 9,5% entre 1999 y 2005).

En estos tres casos las tasas de reducción registradas son del orden del 1% al 12% al año. Las mayores tasas de reducción se han registrado en los países donde un gran porcentaje de los casos de insuficiencia ponderal al nacer se debe al retraso del crecimiento intrauterino, el cual es más fácil de controlar que el debido a partos prematuros.

Meta mundial 4: sobrepeso

  • No aumento del sobrepeso en niños.

Esta meta supone que la prevalencia mundial del 6.7% estimada en 2010, no debe llegar a 10.8% en 2025, de mantenerse la tendencia actual. Esto implicaría que el número de niños menores de 5 años con sobrepeso no pase de 43 millones a aproximadamente 70 millones, como se anticipa, de mantenerse la tendencia actual.

Las tasas de aumento del sobrepeso en la niñez varían entre los diferentes países del mundo, con incrementos más rápidos en aquellos cuyos sistemas alimentarios están en plena expansión, como por ejemplo países del norte de África. En los países con ingresos altos, la información nacional y regional disponible indica que estos registran menor incremento de la obesidad infantil.

El riesgo de obesidad en los niños se puede reducir recurriendo a la lactancia materna exclusiva durante el primer semestre del bebé y, en general, prolongando la duración del amamantamiento. En los niños pequeños el consumo excesivo de alimentos y bebidas con azúcares añadidos es también un factor que contribuye al sobrepeso en menores de 5 años.

Meta mundial 5: lactancia

  • Aumentar la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses hasta al menos 50%.

La OMS recomienda a las madres de todo el mundo amamantar exclusivamente a los bebés durante los seis primeros meses del niño para lograr un óptimo crecimiento, desarrollo y estado de salud. A partir de entonces, se les debe dar alimentos complementarios nutritivos y continuar la lactancia materna hasta la edad de dos años o más. Esta meta implica que la media mundial actual, estimada en 37% para el periodo 2006-2010, deberá aumentar hasta 50% de aquí a 2025. Ello supone un incremento relativo anual del 2.3%, lo que significa que aproximadamente 10 millones de niños más se alimentarán exclusivamente de leche materna hasta los seis meses de edad.

A escala mundial, las tasas de lactancia materna exclusiva aumentaron de 14% en 1985 a 38% en 1995, pero después descendieron en todas las regiones. No obstante, se han producido aumentos considerables en algunos países, sobrepasando a menudo la meta mundial propuesta, como son los casos de Camboya (de 12% a 60% entre 2000 y 2005) y Perú (de 33% a 64% entre 1992 y 2007). Para el logro de esta meta será preciso aplicar enfoques integrales que incluyan la protección y promoción de la lactancia materna y la prestación de apoyo pertinente, conforme a lo indicado en la Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño de la OMS y UNICEF.

Esta estrategia tiene por objetivo revitalizar las medidas para fomentar, proteger y apoyar una alimentación adecuada del lactante y del niño pequeño. De igual manera, la aplicación y el cumplimiento de las normas y recomendaciones contenidas en el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna y las resoluciones pertinentes de la Asamblea Mundial de la Salud son esenciales para asegurar un ambiente que promueva la correcta alimentación del lactante y del niño pequeño (18). Es necesaria una mayor inversión en lactancia materna, la cual ha ido disminuyendo en los últimos años, a pesar del amplio entendimiento que se tiene de los programas en lactancia materna.

Meta mundial 6: emaciación

  • Reducir y mantener por debajo de 5% la emaciación en niños.

La desnutrición aguda severa o emaciación grave y / o la circunferencia media del brazo <115 mm y / o el edema con fóvea bilateral, siguen siendo causa importante de mortalidad en los niños pequeños, alcanzando tasa de mortalidad, en los niños de edad preescolar con emaciación severa, nueve veces mayor a la de la población de niños bien nutridos. Esta meta implica que la prevalencia mundial de la emaciación en niños, estimada en 8.6% en 2010, deberá reducirse a menos de 5% para 2025, y deberá mantenerse por debajo de ese valor. En el período 2005-2010, 53 países notificaron, por lo menos una vez, tasas de emaciación en la niñez superior a 5%.

La reducción de la emaciación requiere la aplicación de intervenciones preventivas tales como: mejoría en el acceso a alimentos de calidad y a los servicios de salud; transmisión de conocimientos y prácticas adecuadas de nutrición y salud; promoción de la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, así como promoción de prácticas adecuadas de alimentación complementaria en niños de 6 a 24 meses de edad; saneamiento ambiental, disponibilidad de agua potable y prácticas de higiene que eviten enfermedades transmisibles.

Igualmente, los avances a nivel nacional hacia un crecimiento ponderal adecuado podrian verse coartados por riesgos derivados de emergencias humanitarias como desplazamientos, factores ambientales como sequías, y dificultades económicas que comprometan la seguridad alimentaria. El control de esos factores y la oportuna asistencia humanitaria determinarán las posibilidades de alcanzar esta meta.

Herramientas de monitoreo

Lograr las metas globales implica una serie de acciones que deberán ser realizadas por los Países Miembros, de cara a sus realidades particulares y a cargo de las instituciones nacionales competentes. Es posible obtener datos oportunos, fiables y pertinentes a partir de los sistemas de vigilancia u otros instrumentos de recopilación de datos en la mayoría de los países.

Ejemplo de ello son los registros sistemáticos de diversas fuentes administrativas para describir las tendencias, junto con datos extraídos de encuestas poblacionales realizadas cada 2 a 5 años (como la encuesta de indicadores múltiples (MICS) o las encuestas demográficas y de salud (DHS).

El Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS y sus socios han desarrollado un instrumento de seguimiento electrónico para ayudar a los países en el establecimiento de metas y el seguimiento del progreso. Este instrumento de seguimiento permite a los usuarios examinar diferentes escenarios y complementa otras herramientas para la monitorización del progreso y los logros de intervenciones en nutrición, así como la evaluación de su impacto y costos.

Entre las herramientas propuestas para el seguimiento de las metas globales se encuentran:

  • La Base de Datos Global de Crecimiento y Malnutrición de la OMS
  • El Sistema de Información Nutricional sobre Vitaminas y Minerales (VMNIS), entre otras.

Fuentes