Monumentos budistas de la región de Hōryū-ji

Monumentos budistas de la región de Hōryū-ji
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Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Mon.BusdistaHoryu1.jpg
Coordenadas34°36′51″N 135°44′03″E
PaísBandera de Japón Japón
TipoCultural
Criteriosi, ii, iv, vi
N.° identificación660
RegiónAsia y Oceanía
Año de inscripción1993 (XVII sesión)

Monumentos budistas en la región de Hōryū-ji, incluye una variedad de edificios que se encuentran en Hōryū-ji y Hokki-ji en la Prefectura de Nara, Japón. Fueron designados en 1993, junto con el paisaje circundante, en virtud de varios criterios. Las estructuras inscritas son algunos de los edificios más antiguos de madera en el mundo, datados entre los siglos VII y VIII.

Descripción

Los monumentos budistas de la zona de Horyu-ji, situada en la prefectura de Nara, suman 48 en total. Construidas hacia finales del siglo VII o principios del VIII, algunas de las edificaciones de este sitio figuran entre las construcciones de madera más antiguas conservadas hasta la fecha en el mundo. Son obras maestras importantes para la historia del arte, ya que ilustran la adaptación del trazado y la arquitectura budistas de China a la cultura japonesa. También marcan un hito en la historia de las religiones porque su construcción coincidió con la introducción del budismo, que se propagó desde China hasta el Japón pasando por la península de Corea.

Historia

Para entender la llegada del budismo a Japón hay que remontarse al siglo I y la Ruta de la Seda, vía por la que este entró a la antigua China. De ahí se fue desplazando hacia el este y empezó a desembarcar poco a poco en Japón. La fecha oficial que se maneja en el país nipón, no obstante, es el año 552. Fue entonces cuando una delegación del imperio Baekje, situado en la actual Corea, desembarcó en la capital japonesa de entonces: Asuka.

La influencia de la dirigente del país por entonces, la emperatriz Suiko, fue lo que finalmente expandió el budismo de tipo mahayana que evolucionó a lo largo de los siglos. Uno de los regentes de Suiko, el mítico Príncipe Shotoku, arrancó los primeros proyectos arquitectónicos en honor del budismo. Lo hizo cerca de la capital Asuka, en el área de Horyu-ji. Aquí se localiza uno de los edificios de madera con más antigüedad del mundo entero.

En ese momento, Horyu-ji, con otros sitios puramente budistas de Japón, perdió su importancia histórica establecida desde su fundación en el año 607. Los japoneses se precian de cuidar su patrimonio y esta pérdida de protagonismo no hizo que los templos cayeran en desgracia. Un extenso plan de rehabilitación en marcha desde tan pronto como 1897 ha permitido conservar Horyu-ji. No ha sido nunca una tarea fácil por sus materiales de construcción: en Horyu-ji la madera es un material fundamental y esta tienden a debilitarse con el paso de los años, aparte de ser víctima habitual de incendios. De ahí el mérito que tiene el pilar principal de la pagoda de cinco pisos, que siendo de madera se ha datado en el 594. Estos pilares se denominan en Japón shinbashira y el de aquí es el considerado más relevante por su edad.

Galería

Fuentes