Neoplasias hematologicas

Neoplasias hematologicas
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Concepto:Los cánceres de la médula ósea, el tejido linfático y la sangre se consideran neoplasias hematológicas malignas. Los tipos más frecuentes de neoplasias hematológicas malignas son el linfoma, la leucemia y el mieloma, pero también incluyen los síndromes mielodisplásicos o las enfermedades mieloproliferativas
             

Neoplasias hematologicas (NH): Son un grupo heterogéneo de enfermedades malignas que afectan a la sangre, la médula ósea y los ganglios linfáticos y, como los tres sistemas están conectados por el sistema inmune, una enfermedad maligna hematológica que involucre a uno, afectará a los otros dos.

Las neoplasias hematologicas se dividen en dos grandes grupos:

  • Leucemias: Afectan a la médula ósea y se extienden a la sangre periférica.
  • Linfomas: Se originan en los diferentes tejidos linfoides (ganglios linfáticos, bazo y tejido linfoide asociado a mucosas).

Características

Las neoplasias hematologicas (NH) se caracterizan por estar frecuentemente diseminadas en el momento del diagnóstico, con afectación de la médula ósea. Son especialmente sensibles a la quimioterapia o la radioterapia, por lo que los pacientes suelen recibir quimioterapia agresiva y, en determinados casos, trasplante de precursores hematopoyéticos (TPH). La propia enfermedad y sus tratamientos ocasionan pancitopenias prolongadas, predisponiendo a infecciones muy graves que constituyen una urgencia diagnóstica y terapéutica. La patología tumoral pulmonar incluye la infiltración por la NH, la neoplasia pulmonar y el linfoma post-TPH.

Patología pulmonar

La patología pulmonar en la historia de un paciente con neoplasia hematológica es muy frecuente y variable en función de la enfermedad de base y la terapia recibida. La morbimortalidad asociada es alta, por lo que requiere un tratamiento correcto y precoz. La tomografía computarizada (TC) torácica, junto con el análisis de muestras biológicas, son las herramientas de diagnóstico de primera línea empleadas en estos pacientes, y en determinados casos se requieren métodos invasivos. La interpretación de las imágenes exige el análisis de un contexto clínico en muchas ocasiones complejo. Partiendo del conocimiento que adquiere el radiólogo en su formación sobre el diagnóstico diferencial de los hallazgos pulmonares, el objetivo de este trabajo es explicar los aspectos clínicos y radiológicos claves que permiten orientar correctamente el diagnóstico y asimilar el papel actual de la TC en la estrategia terapéutica de este grupo de enfermos.

Tomografía computarizada torácica

La tomografía computarizada (TC) torácica estrecha el diagnóstico diferencial de estas enfermedades. Se revisan sus indicaciones, la información clínica fundamental que debería recoger la solicitud radiológica y la interpretación de los hallazgos en función del contexto clínico. La realización de una TC torácica helicoidal en pacientes con NH tiene dos objetivos: la detección precoz de lesiones no visibles en la radiografía de tórax que requieren un tratamiento urgente, y la mejor caracterización de hallazgos para acotar las posibilidades diagnósticas y terapéuticas. Se necesitan reconstrucciones con grosor de corte < 1,5 mm y algoritmo de alta resolución (TCAR), puesto que muchas de las complicaciones pulmonares se manifiestan como patrones intersticiales.

Diagnóstico

El diagnóstico etiológico de un cuadro febril en pacientes con neutropenia y/o TPH requiere la búsqueda de microorganismos y marcadores infecciosos. La TCAR torácica tiene un papel fundamental, urgente cuando existen signos clínicos de gravedad, y precoz (<24 horas) en ausencia de respuesta a la antibioterapia en 72-96 horas porque el tratamiento de una posible infección fúngica invasiva (IFI) requiere un inicio temprano, determinante para el pronóstico. En pacientes clasificados clínicamente en riesgo alto de IFI se administran empíricamente antifúngicos, mientras que en subgrupos de menor riesgo se puede esperar a tratar en caso de clínica muy probable o marcadores precoces específicos de infección positivos, lo que reduce el elevado coste y la toxicidad por estos fármacos. Los marcadores habitualmente empleados son el test del galactomanano sérico y la TCAR torácica realizados de forma precoz y seriada.

Otros diagnósticos

El diagnóstico de una neoplasia hematológica durante el embarazo constituye un problema terapéutico. La gravedad pronóstica para la madre y el niño, el marco regulatorio legal del aborto y las creencias religiosas plantean situaciones donde las resoluciones nunca son simples. La neoplasia hematológica más frecuente en las pacientes gestantes es el linfoma de Hodgkin (LH) con una incidencia de 1:1000-6000 embarazos. Los linfomas no Hodgkin (LNH) son infrecuentes, siendo el linfoma difuso de células grandes (LDCG), el linfoma linfoblástico (LL) y el linfoma de Burkitt LB) los más comunicados. Las leucemias agudas (LA) se presentan en 1:100.000 embarazos, siendo la más frecuente la leucemia mieloide aguda (LMA). En las últimas dos décadas ha aumentado la frecuencia de comunicaciones sobre leucemia mieloide crónica (LMC) en pacientes embarazadas, y esto probablemente se relacione con el aumento de edad promedio de la población gestante o con una menor edad de presentación de la enfermedad. La incorporación de nuevas drogas en el tratamiento de estas neoplasias, como el inhibidor de la tirosinaquinasa, el imatinib mesilato en la LMC, o el anticuerpo anti CD20 (rituximab) en los LNH y otros síndromes linfoproliferativos "B", ha significado un cambio trascendente en el tratamiento de estas enfermedades, por lo que consideramos de interés actualizar el tema de estos nuevos recursos terapéuticos en el embarazo.

Tratamiento

Hay diferentes opciones de tratamiento según el tipo y la gravedad del cáncer. Los tratamientos más frecuentes son la quimioterapia, la radioterapia o una combinación de ambos. En algunos casos se ofrece el trasplante de células madre (es decir, en el que las propias células de la médula ósea del paciente o las células de otra persona se implantan en el cuerpo del paciente después de una quimioterapia agresiva). Los pacientes con cánceres hematológicos pueden presentar síntomas graves y los tratamientos a menudo causan efectos secundarios graves y angustiantes. Vivir con cáncer y recibir tratamiento intensivo a menudo da lugar a problemas de salud físicos o psicológicos como cansancio, ansiedad o depresión. Incluso después de haber finalizado el tratamiento algunos pacientes todavía están afectados por la enfermedad y buscan opciones alternativas de tratamiento como ayuda para afrontar su enfermedad.

Complicaciones

Las complicaciones pulmonares no infecciosas secundarias al tratamiento también son frecuentes y determinantes del pronóstico. No hubo suficientes datos disponibles para determinar la efectividad de la práctica de la meditación en los pacientes hematológicamente enfermos, por lo que la función de la meditación en el tratamiento de las neoplasias hematológicas malignas todavía no está clara. Se necesitan más ensayos controlados aleatorios de alta calidad y más grandes para validar los posibles efectos positivos de la práctica de la meditación en los pacientes hematológicamente enfermos.

Fuentes