Nora Cortiñas

Nora Cortiñas
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Norita Cortiñas.jpg
NombreNora Morales de Cortiñas
Nacimiento22 de marzo de 1930
barrio de Constitución, Buenos Aires, Bandera de Argentina Argentina
Fallecimiento30 de mayo de 2024 (94 años)
Buenos Aires, Bandera de Argentina Argentina
Causa de la muerteenfermedades
ResidenciaBuenos Aires
Nacionalidadargentina
Otros nombresNorita Cortiñas
Ciudadaníaargentina
Ocupaciónama de casa, madre de Plaza de Mayo, psicóloga social
CónyugeCarlos Cortiñas
HijosCarlos Gustavo Cortiñas y
Marcelo Cortiñas
PadresManuel Morales y
Mercedes Vincent

Nora Cortiñas (Buenos Aires, 22 de marzo de 1930 - Buenos Aires, 30 de mayo de 2024) fue una militante argentina defensora de los derechos humanos, cofundadora de Madres de Plaza de Mayo y posteriormente fundadora de Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora.

Síntesis biográfica

Nació con el nombre de Nora Morales, tercera hija de una familia de clase media. Sus padres fueron Mercedes Vincent y Manuel Morales, inmigrantes catalanes que se conocieron en Argentina. Morales administraba una imprenta en su casa, mientras que Vincent era ama de casa y trabajaba también como costurera.

Nora fue a la escuela hasta sexto grado, que en aquella época era cuando las niñas solían interrumpir su educación formal.

A los 19 años se casó con su primer y único novio, Carlos Cortiñas, y pronto llegaron sus dos hijos: Gustavo y Marcelo. Aunque había estudiado el oficio de modista, su máxima aspiración en las décadas siguientes fue ser ama de casa, como tantas otras mujeres argentinas.

Cortiñas regresó a la escuela años después y estudió psicología social, graduándose en 1993, a los 63 años. Posteriormente impartió cursos en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo y en la Universidad de Buenos Aires, una de las varias universidades que le concedieron títulos honoríficos (doctorados honoris causa).

Trayectoria política y social

El 15 de abril de 1977, la dictadura cívico-militar-eclesiástica (1976-1983) secuestró en la estación de Castelar (Gran Buenos Aires), en plena vía pública, a su hijo Gustavo Cortiñas, y nunca más se supo de él. Estudiaba Economía en la Universidad de Buenos Aires y militaba en un grupo peronista de izquierda, lo que le convirtió en un objetivo de la dictadura de derecha que tomó el control de Argentina en 1976 mediante un golpe de Estado.

Gustavo salió una mañana como todos los días y no llegó más. Era el 15 de abril de 1977. Tenía 24 años, una esposa y un hijo muy pequeño. Lo secuestraron en la estación de tren, mientras iba camino a su trabajo. Esa noche un operativo militar y policial allanó mi casa, en donde estaba mi nuera. Afortunadamente, a ella no le hicieron nada. Fue un milagro, teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos, al no encontrar a la persona buscada se llevaban a cualquier familiar en represalia.
Perder un hijo es siempre una tragedia, pero hay que elaborarlo para no quedar prendida en ese laberinto y poder ayudar a quienes están en la misma situación. Si se quiere saber la verdad, la soledad nunca es buena receta.
Nora Cortiñas[1]

Su vida dio un giro de 180 grados, dejó ese mundo doméstico que dominaba y se abrió paso en otro desconocido, dominado por una dictadura atroz.

Era 1977, había pasado sólo un año desde el golpe de Estado y los militares secuestraban decenas de personas por día, como parte de un plan sistemático de exterminio al que ella y otras madres le plantaron cara sin pensárselo: estaba en juego la vida de sus hijos.

Al mes siguiente de la desaparición de su hijo, Cortiñas se unió a un pequeño grupo de madres que habían empezado a reunirse para exigir información sobre sus hijos desaparecidos.

Comenzó a participar en lo que se convirtieron en vigilias semanales en la Plaza de Mayo, ubicada frente al palacio presidencial de Buenos Aires, la capital. Las mujeres, desesperadas por obtener respuestas y sin saber a quién acudir, empezaron a realizar “sentadas” mientras mostraban fotos de los desaparecidos.

Ante la prohibición de quedarse quietas, tuvieron que caminar en círculos alrededor de la Pirámide de Mayo (en el centro de la Plaza de Mayo) para exigir la aparición de sus hijos. Cortiñas mantuvo el ritual hasta el final de su vida. Iba a la Plaza de Mayo cada jueves, a excepción de aquellos en los se lo impedía algún viaje o enfermedad. El único paréntesis prolongado fueron los meses de encierro forzoso de la pandemia.

En esas marchas, lucía siempre sobre su cabeza el pañuelo blanco que las Madres de Plaza de Mayo convirtieron en un símbolo mundial contra la dictadura.

Cuando Argentina recuperó la democracia, en 1983, Cortiñas se entusiasmó con la posibilidad de ver a los militares condenados por los crímenes de lesa humanidad.

En 1986 las divisiones internas llevaron a Cortiñas a separarse de la titular de la agrupación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini (peronista y amiga de Cuba), y crear otra organización menos ideologizada: Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora. Sus integrantes, como Cortiñas, aceptaron dar testimonio ante a la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep), aprobaron la exhumación de cadáveres enterrados como NN y las medidas de reparación ofrecidas por el Estado argentino, entre otras diferencias.

Compromiso feminista

En los últimos años, comenzó a atar otro alrededor de su muñeca, al que consideraba heredero de esa tradición de lucha de las mujeres argentinevas: el pañuelo verde que las feministas enarbolaron a favor del aborto legal, seguro y gratuito.

Su última aparición en público tuvo lugar el 24 de marzo de 2024, cuando marchó para conmemorar el 48.º aniversario del golpe de Estado de Jorge Rafael Videla, en el marco del Gobierno de Javier Milei, negacionista del genocidio argentino, y cuya vicepresidenta, Victoria Villarruel ha tenido una relación de amistad con los militares genocidas, como Jorge Rafael Videla.

Fallecimiento

Nora Cortiñas fue operada de una hernia el 17 de mayo de 2024 en el Hospital de Morón, al oeste de Buenos Aires, y posteriormente sufrió complicaciones como consecuencia de enfermedades preexistentes. [2][3]

Falleció el 30 de mayo de 2024 a los 94 años sin haber encontrado a su hijo asesinado, Gustavo.[4][5]

Referencias

Fuentes