Nueva Luisa (Jovellanos)

Nueva Luisa
Información sobre la plantilla
Localidad de Cuba
EntidadLocalidad
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaMatanzas
 • MunicipioJovellanos
Población 
 • Total590 hab.
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Nueva Luisa: Localidad perteneciente al Consejo Popular Luisa del Municipio de Jovellanos.

Población

Presenta una población de 590 habitantes en una extención de 19,39 Km², ubicada geográficamente al este del Consejo Popular Luisa del municipio de Jovellanos.

Suelos

Los suelos son ferralíticos rojos. La superficie agrícola representa un 78.5% y la no agrícola el 21.5%.Además tener aproximadamente 10 tipos de suelos diferentes, en su mayoría aptos para la agricultura.

Relieve

Generalmente llano, localizándose en el mismo la subregion geográfica Alturas de Bejucal Madruga Coliseo, con colinas que no rebasan los 200 metros sobre el nivel del mar y donde predominan las rocas magmas y calizas, rodeando el poblado de San Miguel de los Baños donde se alza la loma de Jacán con 316 m de altura y constituye la mayor de este sistema de elevaciones.

Flora

Existe una flora variada donde aparecen plantas frutales y maderables, existiendo una gran concentración de estas, fundamentalmente en la zona de San Miguel de los Baños. Como especie endémica está la orquídea de San Miguel, descubierta por el sabio cubano Juan Tomás Roig.

Fauna

La fauna es variada, compuesta por diferentes especies. Aparece la especie de murciélago cubano, descubierto por el naturalista alemán Juan Cristóbal Gundlach, en la Férmina.

Breve reseña histórica 

Perteneciente al partido de Cimarrones. Entre 1810 y 1817 se hicieron las primeras gestiones de compra y venta de sus tierras. Contaba con 30 caballerías y 78 cordeles de tierra, pasando por varios dueños, 1843 era propiedad de los señores Morell, Baró y Barraque, variando su extensión y valor .Lindaba por el norte con los ingenios Alcancía y Mina, por el sur con el potrero Alcancía, ingenio Conchita, potrero de Aguilar y sitio de Basilio Rodríguez y Pedro Risco, por el este con los ingenio Góbel y Aguilar y por el oeste con los ingenio Dolores y Santa Ana, y con el cafetal Malpica.

Poco después de la llegada del ferrocarril a Cuba, Luisa se beneficia, cuando llegan hasta allá las vías estrechas para trasladar el azúcar hasta Cárdenas y Matanzas. El nombre de Nueva Luisa lo adquirió en los primeros años del siglo XX según consta en el Registro de Propiedad del municipio de Jovellanos.  Al producirse la sublevación de esclavos en el ingenio Alcancía en la madrugada del 27 al 28 de marzo de 1843, tuvieron en este lugar 21 adeptos, ocupando el segundo lugar en número de esclavos y participantes.

Al iniciarse la conspiración de los negros se unieron gran cantidad de esclavos, a los de Guamacaro, Cimarrones, Macurijes, ingenio Atrevido y Encanto. Hacia 1850 tenía una dotación de 60 esclavos, disponía de 50 caballerías de tierra para sus plantaciones. Entre 1856 y 1858 se instalan aparatos de Derosne, de tecnología avanzada. En 1859 se fabricaron 7745 cajas de azúcar de los tipos blancos, quebrado y cucurucho, y 434 bocoyes de azúcar mascabada. Por esta fecha era propiedad de José Baró. Hacia 1870 Nueva Luisa estaba entre los ingenios de más alto rendimiento industrial con una producción de 3456@ por caballerías y 2,9 toneladas por hectáreas.

Transcurría el último cuarto del Siglo XIX cuando dejó de existir José Baró, había dejado como heredero a sus hijos. En 1880 en potrero Santa Lucía de cinco caballerías de tierra, perteneciente a la hacienda Macurijes, es incluida en el área del ingenio Nueva Luisa. El 20 de agosto de 1823fallece Josefa Baró y Jiménez, y queda como dueña del ingenio Luisa y por acuerdo se denomina Hermanos Rivas Castañeda a partir del día siguiente. Josefa Petrona Rivas Baró era representada por su esposo Joaquín Castañer Soucrú. Al paso de la invasión por la localidad las tropas insurrectas destruyen el fortín y queman el ingenio por tres partes diferentes.

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En la zafra de 1905 – 1907 la molida fue de 964 236 arroba de caña y por entonces ya se refleja con el nombre de Nueva Luisa, ya que no existía otro ingenio con el nombre de Luisa en el término de Guamacaro. En 1907-1908 alcanzó cifras de 300 000 @ de caña en 1910 fabricó 119 680 sacos de azúcar de 325 libras cada una. En 1910 el ingenio cierra sus puertas. Hacia 1946 se pensó en reconstruir el ingenio, pero en una reunión que hubo en La Habana, a raíz de un tiro que le dan en la cabeza a Julio Lobo, se deshacen los planes. Es importante señalar la arquitectura de la casa vivienda con barandas de hierro, escalera negra de mármol con una bola de cristal, debajo estaban las oficinas, arriba estaban los dormitorios de los dueños.


Oralidad en Nueva Luisa

El trabajo de campo realizado permite conocer que existe mucha riqueza acumulada en la oralidad popular, dada a través de historias de las cuales fueron recopiladas 14 que se relacionan a continuación. Estas historias tratan de lugares con valor patrimonial y de sucesos que forman parte de la historia del lugar y que han ido pasando de una generación a otra.

El Torniquete

Lugar situado cerca de la oficina por donde pasaba la línea del ferrocarril, en la cual se sentaban las personas debajo de los grandes higuillos. Por allí transitaban todas las personas del batey debido a que iban a comprar a la bodega o al kiosco o que pasaban de salida para el pueblo.

Además todos los jóvenes hacían estancia para ver las muchachas. En ese lugar todos los días en la mañana se reunían los trabajadores para recibir orientaciones sobre el trabajo que se iban a realizar por el administrador tanto en tiempo de zafra como en tiempo muerto.

Además los domingos se sentaban a hablar de gallos finos como fiestas criollas patrocinadas por Cuco Cabrera, el gallero más diestro del lugar y también se conocía donde iba a jugar el equipo de pelota que era la pasión del batey. Así concurría en el lugar todo un ambiente sano y tranquilo lleno de personas que apasionaban aquel fresco lugar.

El viejo cementerio

Doroteo Hernández hijo de esclavos cuenta que sus padres trabajaban en la hacienda y según información sobre el viejo camposanto cuenta que tenía una extensión de cuatro muros al ala izquierda y estaba repleta de una serie de promontorios que presumiblemente debieron construir las tumbas. Al fondo contra la pared que daba al río se delineaba un cuadrado de ladrillos con una abertura en el centro que constituía el osario.

Según cuenta Doroteo cuando el negro Nicolás se fue de cimarrón para el monte los amos no quisieron que los esclavos se siguieran enterrando en el cementerio del pueblo porque cada vez que había un muerto por lo menos uno se escapaba y decía que el ranchero costaba muy caro para encontrarlo.

Entonces mandaron a hacer el cementerio de esclavos cerca del río en la tierra baja y mandaron a levantar un muro con veinte esclavos que duró dos años de construcción, ya que se comentaba que en una inundación la fuerza del agua escarbó la sepultura y el reguero de huesos llegó hasta el mismo batey, esta construcción se realizó entre las dos guerras de independencia y nunca más el río pudo sacar los muertos.

En el cementerio primero enterraron a esclavos pero después también a blancos y al mayoral Jacinto, Fefa su esposa, y a una hija que se dio candela y no querían enterrar a nadie en el pueblo porque era muy lejos para llevar las flores y enterrándolas ahí les salía más barato.

Según Doroteo dejaron de enterrar en el gobierno de Estrada Palma porque después de terminada la esclavitud llegó un cura del pueblo y dijo que allí estaba el diablo que no se podía enterrar más y que había que mudar el entierro para el pueblo. El último negro que se enterró hacía de jardinero y se llamaba Taita Yembé.

El horno de cal

El Horno de cal era una especie de pirámide de canto que medía unos diez metros por cada lado y doce o quince de alto. Construido por los esclavos de Don José, el objetivo de este horno era convertir las piedras en cal, las piedras eran traídas por los esclavos de la loma de Yince que está a diez Kilómetros del lugar en la travesía murieron muchos de ellos por el agotamiento y cansancio.

Este horno funcionó 5 años y ala muerte de Don José su hijo a petición del cura del pueblo cerró el lugar. Este lugar se considera un lugar sagrado pues durante su funcionamiento hubo muchos esclavos muertos por la dura tarea que requería el horno y hasta un capataz cayó por la chimenea directo al fuego.


El campanario y los barracones

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El campanario y los barracones constituyeron un complejo que se mantuvo intacto hasta los años 50 del siglo XX. La enorme campana de bronce había servido por decenas de años para anunciar a los esclavos la hora de recogerse y al amanecer cuando comenzaban a cantar los gallos emitía su reluciente sonido para señalar la hora del comienzo de la jornada. Una faena larga y dolorosa colmada de latigazos y recalentamiento bajo los inclementes rayos del sol de las plantaciones cañeras.
Los barracones era el lugar donde los esclavos descansaban y dormían.

La oficina

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Era el lugar donde se reunían las personas del batey , se hablaba sobre el corte de caña, de pelota, se daba curso a los chismes y también se oían exageraciones sobre cosas y gentes del batey.
En su época había tres jardines bien delimitados por su ubicación y por el tipo de plantas que se cultivaba en cada uno.

El mayor era el que ocupaba el frente de la vivienda, en la mitad atravesaba un pasillo de adoquines de tres varas de ancho flaqueado por dos calles de muralla blanca con follajes trabajados en forma rectangular y que conducía a la escalinata del centro del portal.

En ambas mitades existían siete canteros, tres cuadrados, tres redondos y uno rectangular en el centro. Los circulares se sembraban de rosas rojas, blancas y rosadas respectivamente, los cuadrados eran de jazmín de cinco hojas, un segundo de no me olvides y uno de clavelones. El del centro contenía marpacifícos rojos como la sangre. Los espacios entre canteros eran de gravilla gris. El segundo jardín estaba al costado de la casona, por la parte de las calles de palmas.

Tenía doce canteros rectangulares, con uno circular en el centro. Predominaban plantas de mayor porte como flor de papel y júpito. Y también platanillos de distintos colores, campanas, damas de noche, mariposas y gladiolos. El último jardín abarcaba toda la arboleda, poblado de mantos de distintos colores y palmitas de arecas de distintos colores y palmitas de arecas de diversos tipos.

En el centro junto a la mata de mamoncillos blancos un redondel de murallas. En aquellos años también funcionaban las cuatro fuentes. Todo era un paisaje espléndido, cubierto de una vegetación bella todo ornamental, todavía en la actualidad quedan muestras de aquel inolvidable lugar, donde prevalecía la limpieza

El Charco del Mango

Este tiene aproximadamente 27 metros de largo y 6 de ancho, cerca de donde pasaba el ferrocarril, su denominación era por un frondoso árbol de mangos que crecía en su margen. A la derecha de la mata existe una gran piedra empotrada desde la cual se lanzaban al agua los bañistas.

Este lugar era llamado hasta principios de los 60 la playa de los pobres, la inmensa mayoría de los habitantes masculinos del batey pasaban las tardes del verano bañándose, los mas pequeños entraban por el paso, por el lado del puente del tren, los mayores entraban por el centro, lanzándose desde la piedra donde el agua llegaba a alcanzar hasta dos metros y cuando el río crecía llegaba a alcanzar cuatro o más metros.

La limpieza del agua era increíble se podían bañar veinte personas y se mantenía limpio, varias generaciones de chiquillos aprendieron a nadar. Para llegar al charco había dos caminos, uno por el terreno de pelota y otro por el patio de Fermín Acosta pasando por la aguada que abastecía la locomotora de vapor que tiraba la caña, después del horno de cal ambos caminos se unían por un trillo siguiendo la ruta de la línea del tren hasta llegar al charco. Era un paisaje muy rico en naturaleza todos disfrutaban de aquel lugar.

El Charco de Changó

Tiene una extención de 23 metros de largo, 10 de ancho y 11 metros de profundidad.esta leyenda puede ser cierta pero si es falsa es de donde sale la denominación de el “Charco de Changó.
Ramón Hernández había nacido del vientre libre cinco años antes de la esclavitud. Pasó sus primeros años en los barracones. Jamás supo el nombre de su padre pues la madre no creyó necesario que lo supiera. Al declararse la abolición, la madre con la ayuda de varios amigos fabricó un bohío en las afueras del batey y se mudó allí. Comenzó a trabajar como asalariada en los campos de caña y el niño la acompañaba en sus faenas.

El pequeño jugaba con una niña llamada Magdalena, también hija ilegítima, cuando ambos crecieron y esa amistad se convirtió en amor, se unieron y fruto de esa unión nacieron un par de gemelos y entonces Ramón construyó su propia vivienda al lado de su madre. Poco después nacieron cuatro hijos más y entonces la manutención se hizo cada vez más difícil, pues la zafra duraba cuatro meses y no había otro trabajo.

Él era un hombre muy trabajador y por ello sembraba conucos de viandas donde apareciera un pedazo de tierra en desuso, además se dedicaba a la pesca. Ramón y Magdalena aprendieron en sus años infantiles una profunda fe y adoración a tres santos Ochun, Changó, y Babalú Ayé.

Estos eran venerados por los blancos y en sus días señalados se le hacían sus fiestas. Magdalena rezaba en casa y Ramón en el campo por la salud de la familia y por las cosechas. Una tarde en que Ramón pescaba se arrodilló en la orilla del río y rezó para una mejor pesca, miró al cielo y pidió a Changó que pudiera pescar una grande para poder freír , de pronto el hombre sintió un estremecimiento del cielo, estaba bajando lentamente una luz blanca y reluciente que bañaba todo el contorno, cuando la luz se encontró al nivel de la superficie del agua, se fue haciendo visible una figura humana dentro de ella, era una mujer de rostro bello y sonrosada que llevaba en su cabeza una corona de forma de almena, en su mano derecha portaba una espada reluciente y en la izquierda una copa de oro.

La mujer iba toda vestida de rojo sangre, Ramón temblaba como una hoja. Sería posible que la aparición sea Changó. - Señora, reina de los cielos otórgale a este tu fiel creyente la gracia que te pido. No quiero riqueza, decía Ramón, sólo necesito diez biajacas grandes para que mis hijos las coman fritas. La virgen le respondió: conozco tus nobles sentimientos y el respeto que me profesas, pide esos diez peces cada tarde como hasta ahora, que esos diez peces no faltaran. Gracias mi señora, te lo agradeceré hasta mi último día. Te autorizo a que hagas público este encuentro.

Habrá muchos incrédulos que no te creerán, tráelos al charco que yo les daré la prueba de mi presencia. ¿Y cómo hago la pesquería santísima virgen? Como todos los días, cuando me marche tiras el anzuelo y espera que pique. Dicha luz comenzó a ascender hacia el cielo y se perdió entre las nubes, a los dos minutos Ramón sentía la picada de los anzuelos y comenzó a sacar hasta llegar a diez, para probar suerte continuó y después no lo logró, entonces se marchó. Al llegar a casa, la esposa quedó sorprendida con lo que le contó su esposo sobre lo sucedido, dio gracias a Changó por darles de comer a sus hijos.

Exclamó Magdalena. Ramón comentó lo que le había ocurrido, unos le creyeron, otros no. Al día siguiente fue una comitiva de personas para el río a pescar, sin embargo observaron con asombro como Ramón por la orilla cogía grandes biajacas hasta completar diez y los demás eran muy pequeños. Con aquello quedaba demostrado lo del relato de Ramón, no había pruebas de ver la virgen pero lo real era que el único que pescaba era Ramón.

Fuente

  • Rogelio Abreu Marín (Yayo).El conocimiento del Patrimonio Tangible e Intangible en el ingenio Nueva Luisa.
  • Archivos de la oficina de historia del gobierno municipal.