Oftalmía de la nieve

Oftalmia de la nieve
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Se le conoce como “ceguera de la nieve” aunque no se pierda la visión.
Agente transmisor:La Nieve
Región más común:Ojos

La oftalmia. El mal de la nieve. Se le conoce como “ceguera de la nieve” aunque no se pierda la visión.

Padecimiento

Aproximadamente un 20% de las personas que practican actividades en la nieve sufren de oftalmia. Se le conoce como “ceguera de la nieve” aunque no se pierda la visión.

Se trata de una inflamación de la conjuntiva del ojo (la membrana mucosa que cubre el blanco del ojo y la parte interior de los párpados) y de la córnea, que se debe a la exposición a los rayos ultravioletas. En el caso de la nieve se presenta como una querantoconjuntivitis.

Patología

Es una patología que afecta a las personas que practican el esquí, el alpinismo o y demás deportes de nieve sin la debida protección ocular (tabién se presenta en deportes acuáticos). También puede afectar a los trabajadores que realizan soldaduras eléctricas o a quienes toman rayos UVA sin protección.

Síntomas

Los síntomas de la oftalmia de la nieve se perciben entre 4 y 6 horas después de haber realizado las actividades en el exterior, produciéndose una sensación de tener “algo en el ojo“, acompañada de lagrimeo y fotofobia (espasmo ocular al contacto con la luz), además de ojos rojos y una disminución de la agudeza visual.

En el caso de la nieve, la oftalmia se presenta como una queratoconjuntivitis, es decir, una inflamación de la conjuntiva (membrana mucosa que cubre el blanco del ojo y la parte interior de los párpados) y de la córnea, que se debe a la exposición a los rayos ultravioletas B. Este problema se agrava con la altitud, ya que la proporción de rayos ultravioletas B aumenta un 10% cada 1.000 metros y la nieve refleja hasta un 80% de la luz ultravioleta.

¿Qué hacer?

No restregarse los ojos. Consulta médica inmediata. Reposo en la oscuridad, vendaje ocular, colirios y analgésicos generales. Además, hay que evitar ponerse lentillas en 4 ó 5 días.

Protección ojos

Usar en la nieve gafas de buena calidad, con un factor protector elevado.

La forma más eficaz de proteger nuestra vista será mediante el uso de gafas de sol, incluso en días nublados. Los materiales que se emplean para los cristales son de dos tipos: minerales y orgánicos (resinas). Los primeros tiene un alto poder filtrante de los rayos UV, de hasta un 90%, pero pesan mas y son más frágiles; por contra, los orgánicos tienen menor poder filtrante y su ventaja radica en su ligereza y resistencia a la rotura.

Las gafas deben tener acto poder filtrante, con lentes cuya cara interna lleve una capa antirreflectante que rechace la luz que entra por los laterales, a pesar del uso de las protecciones laterales, y una capa externa con bordes superior e inferior de espejo, que reducirá la radiación directa y la reflejada. El uso de protectores laterales interesa no sólo para reducir el reflejo solar de la nieve y de las rocas sino también para proteger a los ojos de las bajas temperaturas. Las lentes deberán tener una buena calidad óptica, que no deforme las imágenes y que no disminuya el campo visual, lo que reduciría la percepción del relieve con el consiguiente riesgo de accidente. Hay que recordar que el color de los cristales no influye en la capacidad de filtración de los rayos solares.

Descripción de la enfermedad

La nieve incrementa en un 80% las radiaciones ultravioletas, algo que puede causar efectos nocivos en los ojos si no se toman las precauciones adecuadas. Según el Instituto Nacional de Meteorología, el porcentaje de radiación reflejada depende de las propiedades de la superficie. De tal manera, la hierba y el agua reflejan menos de un 10 por ciento pero la nieve puede llegar a reflejar hasta un 80% de estos rayos. Además, la radiación ultravioleta aumenta con la altitud debido a que la cantidad de absorbentes en al atmósfera decrece con la altura y estas condiciones empeoran con la destrucción de la capa de ozono. Las medidas demuestran que estos rayos aumentan entre un 6 y un 8% por cada 1.000 metros de altura.

Esta sobre exposición a la radiación ultravioleta en la nieve produce frecuentemente oftalmía de la nieve, es decir, una inflamación de la conjuntiva, una membrana mucosa que cubre lo blanco de los ojos y que tapiza el interior de los párpados; y de la córnea, una ventana transparente situada en la parte anterior del ojo, permitiendo a la luz que penetre en su interior.

Enfermedades de la visión

El sol no es únicamente el que puede dañar los ojos, ya que la acción combinada del frío, la nieve, la niebla y el viento pueden ocasionar que microcristales de hielo y nieve se proyecten contra la cornea y dañen gravemente el ojo.

Tratamiento de la oftalmia

Una vez establecido el cuadro de la oftalmia, trataremos el dolor con la aplicación de compresas frías, manteniendo al afectado en lugar oscuro. Si el dolor es intenso, lo aliviaremos con la toma de analgésicos (aspirina o paracetamol) y sedantes por vía oral. Aplicaremos una gota de colirio con atropina al 1%, para dilatar la pupila y pomada antibiótico para evitar la infección, todo ello previo a la oclusión del ojo afectado. Está contraindicado el uso de colirios que contengan anestesia, pues enlentecen la cicatrización de la lesión.

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