Oktoberfest
| ||||||||||
' Oktoberfest. Es también conocida como La Fiesta de la Cerveza, o la Fiesta de Octubre, es una de las celebraciones históricas y culturales del pueblo alemán que se realiza anualmente, desde 1810, los meses de octubre y septiembre sobre la ciudad bávara de Múnich.
Sumario
Origen
Se reedita así una fiesta nacida en 1810 con motivo del matrimonio entre el Príncipe Luis I de Baviera y Teresa de Sajonia y Hildburghausen, que culminó con una carrera de caballos. La fiesta tuvo tal éxito en su estreno que siguió celebrándose año tras año y creciendo, hasta coronarse como la más multitudinaria en su género, en el corazón de la asimismo capital por antonomasia de la cerveza.
En toda su historia, la multitudinaria fiesta sólo fue cancelada en tiempos de guerra. Las medidas de seguridad se reforzaron tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y ante los temores a un ataque del terrorismo islámico contra la multitud que se concentra día a día en la ‘Wiesn’.
Hasta ahora, el más trágico atentado ocurrió en 1980, en el que un neonazi acabó con la vida de trece personas e hirió a otras 200.
Historia
Una templada tarde de octubre de 1810, justo un día que según casi todos los historiadores, menos uno desprolijo que no atinó a corroborar sus fuentes, señalan como el día doce, y por millonésima vez en la historia de la humanidad, un hombre ejecutaba un acto de castración a su propia libertad, uniéndose a la que sería su carcelera voluntariamente escogida por medio del súblime sí, que escuetamente respondía a la inquisitiva recién planteada por el cura, cual fuera, y tú, Ludwig, aceptas como esposa a Therese.
Ahí nomás habría quedado todo de no ser porque Ludwig era, ni más ni menos, el principe de Baviera. Ahora bien, Therese no era cualquier Therese, como fuera la hija del carnicero o del bufón del monarca, no, ella era Therese de Sachsen-Hildburghausen. Pomposo apellido que de nada sirvió para que la historia desistiera en dejarlo de lado. No así su nombre, como veremos luego.
Ludwig, que parece no sólo era el príncipe de Baviera sino que también el príncipe del carrete, hizo una pequeña celebración que duró cinco días, y se extendió por toda Baviera. Al finalizar los festejos, en las praderas que daban la bienvenida a quienes visitaban München, ciudad donde se celebró la unión marital, se llevó a cabo una carrera de pingos, jamelgos y rocines para coronar la apoteósica remolienda.
Viva como ella sola, Therese aprovechó las cervezas de más que había tomado su marido para hacerlo víctima del primero de miles y miles de caprichos que adornarían su nueva vida marital. "Mi amor", le dijo, con voz de víctima a segundos de ser degollada por su verdugo, "¿cómo se llama esa pradera dónde corrieron los caballitos?" Paf. Ludwig no se dió cuenta hasta el día siguiente, cuando, al mismo tiempo que la luz que entraba por la ventana le hacía lamentar haberse tomado hasta el agua del florero real, su flamante esposa le decía "gracias mi amorcito por ponerle mi nombre a la pradera" y coronaba esa frase, que de paso sellaba la unión-calvario que viviría para siempre junto a su celadora, con una sonrisa de bruja. Desde aquél lejano lugar de la historia, entonces, esa pradera pasó a llamarse Pradera de Theresa o, como le dicen los germanos, la Theresienwiese.
Año tras año, desde 1810, en la mismísima Theresienwiese y en el mismísimo mes de octubre, se conmemoraba con una carrera de caballos el matromonio de Ludwig y Therese. De a poco la fomedad de carrera fue desplazada por una celebración algo más etílica y gastronómica. En 1818 se instauró finalmente como Oktoberfest, y se unieron a la comida y bebida distintos juegos teutones, carruseles, y todo tipo de comportamientos que la ingesta alcohólica supone: mochas, infidelidades, alemanes orinando en cualquier parte, bailando de maneras impúdicas. De todas las costumbres que formaron parte del Oktoberfest durante todos sus años de existencia, estas últimas son las únicas que no han fallado en ocasión alguna.
En la actualidad el Oktoberfest se celebra en todo el mundo, sólo basta que exista una cervecería. Ni siquiera hace falta que haya alemanes. Sin embargo, su cuna, München, sigue siendo lugar fijo del peregrinaje al que muchos cerveceros náufragos destinan gran parte de sus ahorros. "Es que no hay como tomarse una Pilsen en München", explicaba un aproblemado cervecero ante la furia de mujer por haber gastado una millonada en el viaje.
Seis millones de personas de todas las partes del mundo asisten a esta fiesta. Seis millones de personas que, restando a los niños y a ese tipo de personas en los que no se puede confiar nunca, y repito, nunca, esos que no beben, se consumen: cinco millones de Maß (jarras de litro) de cerveza, más de medio millón de pollos asados, 200.000 salchichas de cerdo, quince toneladas de pescado, y unos cien bueyes. No falta el chileno vendiendo calugón pelayo, pero de su consumo no se tiene registro oficial.
En todo caso, el Oktoberfest no es sólo chela. También hay música popular tocada por grandes bandas, desfile de los representantes de las tiendas donde se vende cerveza (hay catorce y en cada una caben varios miles de personas), con sus barriles gigantes entrando triunfantes a la Thersienwiese, y muchos juegos tipo Fantasilandia o Disneyworld.
Pero a pesar de todas esas atracciones, o más bien, distracciones, el fin de ir al Oktoberfest de München es y debería ser tomar cerveza junto al grupo más grande de borrachos con los que nunca seríamos capaces de compartir, de no ser por un gil que en 1810 se le ocurrió hacer de su matrimonio un carrete anual.
Entrada
Todo el mundo puede entrar gratis al Oktoberfest y dentro de todos los pabellones. No es necesario ningún billete para entrar, la entrada en efecto es libre.
Los grupos más numerosos tienen que esperar en fila como todos los demás, en todo caso no será servida cerveza a quien no tiene un asiento.
Principales Stands del Oktoberfest
Las principales casetas que caracterizan el Oktoberfest corresponden a las 6 marcas de cerveza principales: Paulaner, Spaten, Hofbräu, Hacker-Pschorr, AugustineryLöwenbräu.
Cada una se caracteriza además que por la cerveza también por el tipo de música que es tocada adentro y por lo tanto por la atmósfera que se crea en el interior.
Encima de la lista hay indudablemente el Schottenhamel Spaten que se transforma en un real jaleo dantesco en los fines de semana, con música rock en vivo y 10.000 personas de pie sobre los bancos cantando. Los grupos que se alternan proponen cover de clásicos (Brian Adams, Queen...) y piezas actuales alternadas a canciones populares bávaras.
Otra caseta sin duda al top es Hacker-Pschorr: muy concurrida por los alemanes de Múnich durante la semana, tiene las paredes completamente pintadas con escenas de vida de la Múnich del siglo pasado.
Desfile
En 1835 se celebró por primera vez este desfile, en honor a las bodas de plata del rey Luis I de Baviera y la princesa Teresa. En 1895 hubo otro desfile en el que participaron 1400 personas repartidas en 150 grupos. Desde 1950 empezó a celebrarse anualmente, convirtiéndose en uno de los acontecimientos más importantes de la Oktoberfest y uno de los mayores desfiles de este tipo en todo el mundo.
Véase también
Fuentes
- Primer Oktoberfest Consultado el 20 de agosto de 2011
- Historia de la Oktoberfest Consultado el 20 de agosto de 2011
- Oktoberfest.de Consultado el 20 de agosto de 2011
- Comienza la Oktoberfest, el festival de cerveza más grande del mundo Consultado en Cubadebate el 18 de enero de 2013
