Palmira (Siria)

Este artículo trata sobre Palmira. Para otros usos de este término, véase Palmira (desambiguación).
Palmira
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Localidad de Siria
EntidadLocalidad
 • PaísBandera de Siria Siria
 • ProvinciaHoms
 • FundaciónSiglo I
Palmira (Siria).JPG
Ruinas de la antigua ciudad de Palmira

Palmira, antigua ciudad de Siria fundada por Salomón rey de Israel, próspera parada de caravanas en las rutas comerciales durante el Siglo I a.n.e., de la cual sólo quedan sus amplias ruinas que son foco de gran actividad turística internacional. En 1980 fue declarada, por la UNESCO, Patrimonio cultural de la Humanidad.

Ubicación

Situada en un oasis en el norte del desierto de Siria, en la actual provincia de Homs a unos 240 km al noreste de Damasco y a 3 km de la moderna ciudad de Tadmor o Tadmir.

Historia

Origen

En la vecindad del Oasis de Afqa se produjeron los primeros asentamientos de los que se conoce su existencia de los archivos de Mari.

Según la tradición, fue fundada por Salomón, rey de Israel. En la Biblia se menciona con los nombres de Tadmor y Tamar (versión árabe de la misma palabra aramea "palmira", que significa "ciudad de los árboles de dátil").

Durante el predominio de los Seléucidas en Siria, Palmira consiguió su independencia.

Desarrollo

En el 41 a.n.e.los habitantes de Palmira huyeron de las tropas de Marco Antonio al otro lado del Éufrates. En el Siglo I Siria se convirtió en provincia romana y la ciudad prosperó con el comercio de caravanas al estar situada en la ruta de la Seda.

Tras una visita, el emperador Adriano otorgó a Palmira los derechos de ciudad libre y cambió el nombre a Palmyra Hadriana.

Tras la captura del emperador romano Valeriano en la guerra contra los sasánidas, Palmira se convirtió en puesto avanzado e importante ciudad-estado dentro del Imperio romano durante el siglo I d.n.e. y defendió las fronteras bajo el mando del gobernador Septimio Odenato. Tras su asesinato, su viuda Septimia Zenobia en nombre de su hijo Vabalato, estableció en Palmira la capital de su reino Nabateo. Mantuvo su independencia durante seis años frente al acoso y sitio por Roma consiguiendo extender su área de influencia hasta Egipto.

Destrucción

La ambición de Zenobia por extender la influencia de Palmira en Asia Menor y Egipto hizo que cayera en manos del Imperio Romano. En 272 fue derrotada y llevada cautiva por el emperador romano Aureliano quien la hizo tirar de un carro encadenada con cadenas de oro durante su marcha triunfal. Luego fue perdonada y se pudo retirar a una villa en Tibur. Tras una segunda revuelta de sus habitantes, Palmira fue arrasada en el 273.

Arco Monumental

Diocleciano reconstruyó Palmira aunque la nueva ciudad era más pequeña y estableció un campamento en sus cercanías como defensa contra los Sasánidas. Posteriormente, Palmira fue tomada y destruida en el año 634 por los Musulmanes y en el 1089 fue completamente destruida por un Terremoto.

La antigua Palmira fue la capital del Imperio de Palmira bajo el efímero reinado de la reina Zenobia, entre los años 266 - 272

Actualidad

En la actualidad sólo persisten sus amplias ruinas que son foco de una abundante actividad turística internacional. Aún siguen en pie el Templo de Bel y la columnata, de 1,6 km de longitud, compuesta por unas 1.500 columnas corintias originales. En 1980 fue declarada, por la UNESCO, Patrimonio cultural de la Humanidad.

Turismo

Templo de Bel en Palmira

La principal atracción de Palmira son las ruinas, entre las que se destaca el templo de Bel. Edificado en el año 32 después de Cristo, fue consagrado al culto de Bel, derivación del término babilónico Baal, que significa amo. Era el dios supremo de los habitantes de la ciudad, el dios de los dioses. En el templo, que fue transformado en iglesia en el Siglo IV, se hacían sacrificios de animales.

Columnata de Palmira

A pocos metros del templo comienza una gran columnata de 1200 m que era el eje de la vieja ciudad, que llegó a tener cerca de 200.000 habitantes (número enorme para una ciudad de aquella época). Entre las columnas, por la amplia calle, transitaban los animales, y debajo de las columnas había veredas para el tránsito de las personas.

A los lados de la extensa columnata hay una serie de ruinas en mayor o menor grado de conservación: el Templo de Nebo, deidad babilónica; el Templo funerario; el campamento de Diocleciano, que antes había sido el palacio de la reina Zenobia; el teatro y, entre otros, el Ágora, donde se realizaban operaciones comerciales y se discutía.

Un poco alejado de la columnata hay un hermoso templo cuya función no se conoce con exactitud, pero el edificio se conserva muy bien.

Saliendo de la ciudad, adentrándose un kilómetro en las montañas, hay un sitio de paisaje inquietante y desolador, con construcciones como torres cuadradas y macizas. Es el valle de las tumbas. Hay tres tipos de tumbas y fueron construidas en los tres primeros siglos de esta era. Algunas de estas construcciones podían llegar a albergar hasta 500 cuerpos.

Otros valores de interés

En las inmediaciones de Palmira se localizó, a principios del Siglo XXI, una pequeña colonia de un ave que se creía extinta en la zona, el Ibis eremita. La comunidad científica internacional está intentando salvar esta población que representa la única en libertad del área oriental de esta.

Fuentes

Enlaces externos

Descubren en Palmira una iglesia del siglo VIII. Noticia del 14 de noviembre de 2008