Pirámide de Cestio

Pirámide de Cestio
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Obra Arquitectónica
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La Pirámide de Cestio no es más que la tumba encargada por Cayo Cestio, hombre político y miembro del colegio sacerdotal Septemviri Epulonum, que dispuso en su testamento la construcción de un sepulcro en forma de pirámide.
Descripción
Localización:Roma, Bandera de Italia Italia
Uso actual:Turismo
Datos de su construcción
Inauguración:Año 12 a.c
Otros datos
Arquitecto(s):Estaba inspirada en modelos egipcios muy de moda en Roma tras la conquista de Egipto en el 30 aC, concretamente el de los Ptolomeos.

Pirámide de Cestio. Es el único monumento de este tipo en Roma. En realidad, tras la conquista de Egipto en el 31 a.C., la moda de la edificación funeraria de aquel periodo estuvo muy influenciada por la tradición egipcia. La cámara sepulcral se presenta con bóveda de cañón y originalmente estaba amurallada.

Arquitectura

La pirámide, realizada como tumba para el pretor Cestio, se fecha en el año 12 aC y está construida en mampostería revestida de baldosas de mármol. Presenta una base de 29,50 metros y una altura 36 metros. En el lado oeste tiene una pequeña puerta que conduce a la cámara funeraria, una cámara sencilla rectangular cubierta por bóveda de cañón. Esta cámara estuvo decorada con frescos y figuras de ninfas además de cuatro Victorias en las esquinas del techo.

En el exterior, en los lados oriental y occidental se encuentran sendas inscripciones en latín donde se registra tanto el nombre de Cestio, aunque durante mucho tiempo se creyó que era la tumba de Remo, como las circunstancias de la construcción, que según esto duró 330 días. En el momento de su construcción, la Pirámide de Cestio se levantó fuera de las murallas de la ciudad. Esta era la costumbre (la excepción fue la Columna Trajana que albergaba las cenizas del emperador para honrar su memoria). Pero Roma no dejó de crecer y en el siglo III, como ya he dicho, la pirámide fue rodeada de edificios y terminó integrándose en la muralla Aureliana. Los orígenes de la pirámide fueron olvidados durante la Edad Media. Su verdadero origen salió a la luz cuando, en las excavaciones impulsadas por el Papa Alejandro VII en la década de 1660, descubrieron las inscripciones en sus caras, un túnel en la cámara de entierro de la tumba y encontraron las bases de dos estatuas de bronce que habían estado al lado de la pirámide.

La pirámide era una visita esencial para muchos de los que llevaron a cabo el Gran Tour y fue muy admirada por los arquitectos, convirtiéndose en el principal modelo para pirámides construidas en Occidente durante este período.

Turismo

La tumba de Cayo Cestio y el interior de la Pirámide se pueden visitar hoy en día. El monumento quedó englobado dentro de las murallas aurelianas, la construcción militar edificada por iniciativa del emperador Aureliano, y así se puede ver actualmente.

Interior de la Cámara funeraria

Su posición también ha garantizado su longevidad: estando en el límite de las Murallas Aurelianas, en los siglos siguientes se convirtió en una estructura defensiva, incorporándose al siglo III, mantenida a fines del siglo XIX. En ese momento se unió directamente a Porta San Paolo, pero esta conexión fue destruida bombardeando la ciudad en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial. A sus pies, a partir del siglo XVIII, comenzaron a enterrar a ciudadanos extranjeros no católicos que murieron en Roma en lo que se convertiría en el cementerio no católico, también conocido como el cementerio británico. Hoy sus dimensiones aparecen considerablemente reducidas porque el nivel de la carretera se ha elevado.

Gracias a los trabajos de restauración promovidos por la Soprintendenza capitolina en 2001, la pirámide se pueden visitar algunas de sus zonas internas. En las pequeñas salas de las que está compuesto se pueden admirar frescos en las paredes, escritos y varios dibujos. El techo es de barril, mientras que el piso es de ladrillos. Desafortunadamente, el sarcófago de la tribuna que ordenó su construcción nunca se ha encontrado, incluso si algunos de sus recuerdos se conservan en el Museo de Porta San Paolo. En el exterior, en cambio, en los lados del edificio, debe haber habido cuatro columnas, pero solo dos permanecen visibles, en el lado de la entrada actual, que fueron excavadas y sacadas a la luz en 1656.

Fuentes

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