Plaza de Santa Ana
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Plaza de Santa Ana. Durante el proceso de expansión urbana que se produce en la segunda mitad del siglo XVIII, la ciudad se extiende hacia el este, en la dirección del camino real del Valle de los Ingenios y de la vecina ciudad de Sancti Spíritus.
La calle de Santa Ana se prolonga hasta encontrarse con ese camino, y del cruce surgen a su vez otras sendas, la calle de San Procopio y la calzada del Santo Domingo, generándose un importante nodo, que funcionaria como conexión de la ciudad con el puerto y el valle.
La ermita de Santa Ana, existente desde el primer cuarto de ese siglo, dará nombre a toda la plaza y al propio barrio que va formándose, marcado por una incipiente actividad de pequeños comerciantes y artesanos. A partir de la reconstrucción de la ermita, que llega a fungir como parroquial Mayor a principios del siglo XIX, y la edificación en 1844 de la Cárcel Real, el área toma aún más fuerza dentro del sistema urbano de la villa, consolidándose como un borde oeste y principal acceso por tierra.
En el siglo XX, en es espacio central de la plaza es construido un parque, donde se coloca el busto de Isidoro Armenteros, insigne patriota trinitario, fusilado en 1851 junto a otros líderes de un fracasado levantamiento en armas protagonizado en la región del [[Valle de los Ingenios].
Fuente
- TRINIDAD Y EL VALLE DE LOS INGENIOS CUBA: Guía de Arquitectura. Trinidad: Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios (Coordinación) y Consejo de la Administración del Poder Popular; Madrid: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo; Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería de Obras Públicas y Transporte, Dirección General de Arquítectura y Vivienda, 2003. ISBN 84-8095-349-7