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Orquídeas epífitas: constituyen más del 90% del total de especies. Cuelgan de árboles o arbustos. Son las más vistosas y las que encontramos a la venta normalmente. Proceden de las regiones tropicales. No son parásitas. Sus necesidades son escasas y obtienen el agua de la humedad del aire con raíces aéreas.
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Orquídeas semiterrestres: crecen sobre un colchón de hojas en descomposición en el suelo o sobre piedras recubiertas de musgo, y tienen raices subterraneas. Se incluyen los géneros Paphiopedilum, Phragmipedium, Selenipedium y Cypripedium.
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Orquídeas terrestres: tienen sus raíces en tierra. Son Phaius tankervillae, Bletilla striata, Calanthe vestita, Chloraea, Cranichis, Cyclopogon, etc.
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Orquídeas litófitas: este tipo se aferra a las rocas y las piedras con los recursos alimenticios muy limitado en la litófitas podría prosperar a la luz tensa, y siempre debe mantenerse en posición abierta y ventilada.
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