Rafael Esteban Abreu López

Rafael Esteban Abreu López
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NombreRafael Esteban Abreu López
Nacimiento1ro de enero de 1902
Nueva Paz, La Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónMaestro

Rafael Esteban Abreu López. Maestro insigne de raíz popular, dejó una impronta imperecedera en los más humildes parajes de la provincia pinareña, donde por razones azarosas llegó un día, como maestro sencillo y se sembró para siempre, convirtiéndose en un frondoso roble del magisterio de la región vueltabajera.

República Neocolonial: marcó sus primeros pasos formativos

Rafael Esteban Abreu López formó parte de aquella generación que se educó bajo el modelo imperial pedagógico, impuesto por los Estados Unidos a Cuba al surgir la República Mediatizada con la que coincidió el nacimiento de este ilustre pedagogo, el 1ro de enero de 1902, en Nueva Paz, provincia La Habana.

En su pueblo natal trascurrió la formación primaria (elemental y superior) signada por cánones norteamericanos, los cuales ponían énfasis en la creación del sistema de instrucción pública cubano, con la inclusión de modernas materias de enseñanza, entre las que sobresalían las de carácter práctico como el Trabajo Manual y los idiomas o lenguas vivas, tales como el inglés, el francés, etc.

Bajo estas circunstancias, que realmente abrieron ciertas posibilidades a aquella generación en comparación con lo existente en la colonia, Rafael Esteban llegó a graduarse de Técnico Químico Azucarero a la par que estudia los idiomas francés e italiano.

Su interés y clara inteligencia le permiten avanzar vertiginosamente en los estudios y a finales de la década de los años 10 ya tiene el título de Bachiller en Ciencias y Letras, tras matricular la Enseñanza Media en el Instituto de segunda enseñanza de la Habana.

El deseo e interés por hacer estudios superiores en la Universidad de La Habana se vieron frustrados por dificultades económicas, por lo que decide dedicarse a trabajar para ganar el sustento de forma independiente, para lo cual la asume como alternativa el magisterio.

Poniendo a prueba sus conocimientos de idiomas extranjeros comienza a dar clases particulares de francés e italiano a los hijos de familias pudientes de La Habana. En estas labores permanece durante más de una década entre 1920 y 1930 aproximadamente. Este período fue decisivo en su integral formación y en el definitivo amor que le tomó al magisterio.

En ello fue vital también el espíritu de superación, su filiación martiana y patriótica y su participación en la vida sociopolítica de aquellos años de gran efervescencia revolucionaria. Todos estos factores abren una nueva y fructífera etapa en la vida de este insigne educador.

Etapa que lo define como gran maestro de arraigo popular

En 1935, a la edad de 33 años, su vida da un giro radical. La situación política que vive el país, más su decidida inclinación por el magisterio hacen que matricule en la Escuela Normal para Maestro Primarios de La Habana. La coyuntura histórica favorece sus intereses, pues los planes del fatídico Fulgencio Batista al frente de los designios del país, se dirigen demagógicamente y con gran fuerza hacia la creación de un cuerpo de maestros rurales.

Precisamente al concluir los estudios de magisterio en 1939, es designado como maestro cívico rural, en la finca “El Guacamal,”, zona de Alonso de Rojas del término municipal de Consolación del Sur en la provincia de Pinar del Río, A Partir de aquí se sembraría para siempre en aquellos apartados parajes.

Pudo haber pasado inadvertido como tantos otros, sin embargo, él no era de los pusilánimes o indiferentes, era de los emprendedores. Desde su llegada a la zona impactó por la creatividad de sus ideas, creó las condiciones para construir la escuela, enrolando a todas las familias y demás factores y comenzó a desarrollar una cultura de amor a la naturaleza, de defensa del medio ambiente y de labor sanitaria nunca antes vista en toda aquella región.

En esas tareas también enrolaba a su esposa, la que dedicaba mucho tiempo a enseñar labores domésticas a las niñas, sobre todo el bordado, tejido y corte y costura. Esto creó verdaderas tradiciones en aquella población pobre y humilde.

A pesar del poco tiempo que permaneció en Alonso de Rojas, allí dejó para siempre su impronta. En 1945, al iniciarse el período de los gobiernos auténticos en Cuba y, bajo la aparente cobertura de nuevos impulsos a la instrucción pública, el maestro Rafael Esteban es ubicado en el Centro Urbano de Puerta de Golpe, perteneciente también al término municipal de Consolación del Sur donde permaneció hasta su muerte.

Durante 17 años continuó su impetuoso bregar educativo, sustentado en los principios martianos y en lo más avanzado del pensamiento pedagógico de su tiempo. Abrazó las prédicas de la Escuela Nueva, alcanzando una cultura integral reconocida por sus discípulos que lo recuerdan aún con gran amor.

Formó una ética pedagógica apoyada en el ejemplo y el cumplimiento del deber como puntales esenciales. Desarrolló la cultura alimentaria del consumo de vegetales y hortalizas, los cuales enseñaba a cultivar tanto a sus alumnos como a los familiares de estos y vecinos de la localidad.

Organizó campañas sanitarias, educando en la higiene y la correcta manipulación de los alimentos y el interés por el cuidado de la salud a partir de recursos familiares, pues en aquella época la atención médica era muy precaria.

Fue uno de los precursores de los huertos escolares, de los sitios martianos y de la enseñanza de adultos en horas nocturnas de forma voluntaria. También impulsó la enseñanza de idiomas en aquellas personas interesadas en horario extra y de forma gratuita. Toda esta labor fue apoyada incondicionalmente por su esposa, la que jugaba un papel protagónico en determinadas funciones, sobre todo en la educación de las niñas.

Sobran las razones para considerar a este educador como un verdadero ídolo de Vueltabajo en lo que respecta a su labor magisterial. Es de esos maestros de arraigo popular, los que no se olvidan nunca, los que están presentes no solo en la memoria de sus discípulos sino en cada obra material desarrollada por la Revolución, porque aunque se formó y educó bajo preceptos diferentes, llevó en su corazón la ternura y el humanismo propio de los pedagogos ilustres.

Fuentes

  • Revista Científica Pedagógica "MENDIVE", No.26[Año 7/ene-mar/'09] /RNPS 2057/ISSN 1815-7696.

Enlaces externos

  • Artículo original. Disponible en: [1]