Real Colegio Seminario de Corpus Christi de Valencia

Real Colegio Seminario de Corpus Christi de Valencia
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Declarado en 1962 Monumento Histórico Artístico Nacional, Bien de Interés Cultural en 2007.
TipoSeminario
AdvocaciónCorpus Christi
UbicaciónValencia, España
Uso
CultoIglesia católica
DiócesisValencia
Arquitectura
Construcción1586-1615

El Real Colegio Seminario de Corpus Christi de Valencia fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1962 y Bien de Interés Cultural en 2007.

Este Real Colegio, conocido entre los valencianos como Colegio del Patriarca, fue fundado en 1583 y tiene como principal misión la formación de sacerdotes según el espíritu y las disposiciones del Concilio de Trento, tal como recoge el propio fundador, San Juan de Ribera, en sus constituciones, convirtiéndose en el paradigma de la Contrarreforma en Valencia.

Historia

San Juan de Ribera había llegado a la ciudad de Valencia en 1569 como arzobispo de la diócesis y como Patriarca de Antioquia. En 1583 escribió de su puño y letra la carta fundacional del colegio seminario para la formación de sacerdotes siguiendo las disposiciones del rígido espíritu de la contrarreforma derivada del concilio de Trento. Además el colegio seminario sería un espacio dedicado a la adoración constante de la Eucaristía. La fecha exacta fundacional del colegio se considera el 14 de marzo de 1583. La primera piedra de la nueva institución fue colocada por el propio san Juan de Ribera el día 30 de octubre de 1586, asistiendo a este acto el virrey de entonces, don Francisco de Moncada, conde Aytona y Osuna, junto con el cabildo catedralicio. Las obras fueron llevadas a cabo por Guillén del Rey que ya anteriormente había intervenido en las obras de la Cartuja de Porta-Coeli en el término municipal de Serra (Valencia). El domingo, 8 de febrero de 1604, aprovechando la estancia en Valencia de Felipe III y su esposa, doña Margarita de Austria cuyos desposorios había bendecido el Patriarca dos años antes en la Catedral valenciana, quiso el arzobispo don Juan de Ribera inaugurar su fundación con el brillo de la majestad real. Los reyes, con su corte, se sumaron a las solemnes fiestas y asistieron a la gran procesión que, desde la Catedral, se dirigió al nuevo templo. Bendecida por el propio Patriarca, se inauguraba la magnífica capilla del Real Colegio de Corpus Christi, cuyas constituciones había redactado de su puño y letra don Juan de Ribera, para regir tan ilustre y venerada institución. El Patriarca intervino personalmente en las obras encomendadas, elección de artistas, vigilancia de las obras, corrección de planos, rectificación de bocetos, facilitaba ideas para que fueran realizadas por constructores y artistas, todo ello harían de este colegio una obra personal del Patriarca.

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Descripción

Construido en un tiempo record, entre 1586 y 1610, el edificio presenta una gran uniformidad arquitectónica. En su fachada muy austera, destaca la galería de arquillos que corona su parte alta y una gran ventana enrejada que ilumina el coro alto de la iglesia. Una torre cuadrada de dos cuerpos rompe la uniformidad en la esquina de esta fachada. En la fachada principal recayente a la calle de la Nave encontramos las dos portadas principales, una junto a la otra. La portada de la izquierda accede a un vestíbulo que lleva por la izquierda a la capilla del colegio. La portada de la derecha da paso a otro vestíbulo que a su vez por una puerta a la derecha accede a la capilla del Monumento y por la puerta que enfrenta, al claustro y por tanto al colegio. Esta disposición tiene la clara intención de que los estudiantes seminaristas no molestaran con su ir y venir los actos que se celebraban en el interior de la capilla. De cualquier manera ambos vestíbulos comparten una puerta común que de normal permanece cerrada. Con anterioridad la portada del colegio seminario enfrentaba a una placeta que llevaba el nombre de plaza "dels Studis". En 1604 cambió su nombre por la actual de plaza del colegio del Patriarca. Al ampliarse el edificio de la Universidad en el siglo XIX la perspectiva de la puerta ha quedado encajonada en la actual calle de la Nave y no permite una perspectiva optima como sin duda debió ser en el momento de su construcción.

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La portada principal realizada en 1603 da acceso a la capilla y es la mayor decorada dentro de su simplicidad. Está formada por una puerta adintelada con dobles medias columnas dóricas que se levantan sobre un alto basamento. Estas semicolumnas sostienen un arquitrabe con metopas y triglifos. Por encima de este, un frontón curvo partido en cuyo centro encontramos el escudo del Patriarca y una fecha MDCIII, sobre este, otro frontón más pequeño y una inscripción CORPVS CHRISTI. En el centro de este pequeño frontón un diminuto óculo. Realzan la portadas algunos adornos de bolas. La segunda portada que permite el paso al colegio, es una sencilla puerta adintelada con escasa o nula decoración. La parte superior de la fachada esta coronada por una larga galería de arquillos, formada por 26 vanos con arcos de medio punto, obra realizada en 1593 por Miguel Rodrigo y Antonio Morovia. La torre campanario se sitúa en una de las esquinas del edificio. De planta cuadrada, está construida en ladrillo reforzada en las esquinas con sillares. Construida hacia 1600, lo más destacable es el cuerpo de campanas que sobresale en altura sobre el resto del edificio. Dispone de un vano formado por un arco de medio punto en cada uno de sus lados, los cuales están flanqueados por pilastras dóricas. Una cornisa sustentada por ménsulas y por encima encontramos la terraza con antepechos de ladrillo y adornos de bolas en cada una de las esquinas. En el plano de Antonio Mancelli de 1608, se puede observar con perfección que esta torre disponía de un chapitel de tejas vidriadas con una cruz de bronce, que en la actualidad no tiene y que fue desmontado todavía en vida de san Juan de Ribera, al que no le gustaba el resultado final. El campanario dispone de un total de ocho campanas llamadas: El Peret (1678), La Xerra (1603), La Morlaneta (1678), La Despertadora o La Bàrbera (1550), El Vicent (1603), L'Andreu (1889), El Beato (1914) y El Mauro (1606). En la parte inferior de la torre, en la fachada que recae a la calle de la Cruz Nueva, vemos una puerta secundaria que permite el acceso al interior de la capilla o iglesia del colegio. Lo más destacable de esta portada es el escudo episcopal del arzobispo san Juan de Ribera que campea en la parte alta de la puerta. El conjunto total del colegio es de planta trapezoidal y lo forman dos realidades distintas: la religiosa representada por la capilla o iglesia y la Colegial representada por el claustro: La Capilla o Iglesia (1590-1597) Es singular en la medida en que dispone de un esquema novedoso en lo que respecta a la planta y el alzado. LLama la atención que esta capilla o iglesia no tiene puerta abierta a la calle, ello es debido a que en origen se trataba de una capilla privativa del colegio y por tanto no tenía culto al público.

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El acceso desde la calle se realiza a través de la portada principal ya descrita. Atravesada la puerta de la calle entramos en un gran vestíbulo. Dos puertas: la de la izquierda da acceso a la Capilla, la de la derecha a un segundo vestíbulo al que también se puede acceder desde el exterior por la puerta situada al lado de la principal. Este segundo vestíbulo permite el acceso al claustro y a la Capilla del Monumento como luego veremos. En el muro a la izquierda, veremos un imponente caimán disecado colgado de la pared, reptil traído de tierras americanas y que fue regalado al colegio. Se trata de un caimán del Caribe y fue regalo del virrey del Perú al arzobispo san Juan de Ribera. El arzobispo lo crió en los jardines de su residencia de la calle Alboraya y allí vivió hasta que el 7 de junio de 1606 murió. San Juan de Ribera lo colocó entonces en el vestíbulo de la iglesia para recordar a los visitantes el silencio que se debe adoptar en este lugar. Sobre este caimán existe una leyenda que dice así: Convertido en feroz dragón por la leyenda, habitaba en el cauce del río Turia atemorizando a las gentes que por allí se acercaban, y sin que nadie pudiera hacerle frente, hasta que un día un despechado y valeroso joven le hizo frente utilizando la astucia como aliada. Dotado de una armadura revestida de espejos logró inmovilizarlo con el resplandor del sol en los espejos, al verse sorprendido el animal por la luminosidad que tal figura desprendía, lo mató entonces el joven con un golpe certero. Desde entonces quedó expuesto en el vestíbulo de la iglesia del colegio del Patriarca. Popularmente se le conoce como el dragón del Patriarca. A través de una puerta de estilo clasicista, situada a la izquierda, accederemos a la capilla del colegio que desemboca a los pies de la iglesia justo debajo del coro alto. La portada está formada por una puerta adintelada, y a cada lado dos columnas corintias de fuste estriado sobre alto basamento. Estas sostienen un entablamento donde encontramos un friso con un relieve con el escudo del patriarca y rematado por un frontón triangular. El vestíbulo se encuentra decorado con un alto zócalo de azulejos y en el techo por un plafón con una pintura alusiva a la Eucaristía.

Archivo y Biblioteca

Los archivos y bibliotecas del Real Colegio Seminario de Corpus Christi conservan en sus fondos documentación del siglo XIV hasta la actualidad. La voluntad de la institución, siguiendo las pautas marcadas por su fundador, es la de custodiar, conservar, organizar y difundir su patrimonio archivístico y bibliográfico entre la sociedad.

Fuente