Roséola
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Roséola. Es una enfermedad infecciosa exantemática de la infancia, generalmente benigna y más frecuente en los niños menores de 4 años, sobre todo alrededor del año de edad, caracterizada por fiebre alta y seguida por una erupción maculopapular que se desvanece con mucha rapidez. Es causada por el virus herpes tipo 6.
Causas
Es una enfermedad causada por un virus, el herpes tipo 6 (HHV6), que produce fiebre alta y erupción en la piel.
Es muy frecuente, afecta al 30% de los niños entre 4 y 24 meses de vida. En los niños mayores también puede aparecer, aunque no es tan frecuente.
Epidemiología
El período de incubación es de unos 10 días. Esta enfermedad, es probablemente la enfermedad exantemática más frecuente en los 2 primeros años de vida. Parece no obstante, tener un grado de contagiosidad bajo; es posible una difusión endémica con inmunidad permanente. Probablemente el recién nacido tenga inmunidad transmitida por la madre, que dura 6 meses.
Síntomas
La roséola puede ser fácilmente diagnosticada cuando aparece el exantema o erupción. Lo más característico es la presencia de fiebre alta, que puede llegar a los 40 grados o más acompañada , acompañada de cierta toma del estado general, anorexia, irritabilidad y, en ocasiones algunas manifestaciones catarrales.
La fiebre es alta y continua persistiendo entre 3 y 5 días, y raramente desciende a la normalidad; los antipiréticos logran bajar la fiebre, pero poco tiempo. Al quinto día, aproximadamente, la fiebre cae en crisis y aparece súbitamente un exantema macular o maculopapular, y que raramente coalesce y es similar al de la rubéola o del sarampión atenuado; primero aparece en el tronco, para después aparecer en el cuello, las extremidades superiores, la cara y las extremidades inferiores, con uno a tres días de duración su desaparición es rápida y por lo general no presenta descamación.
Existe un contraste entre la hipertermia y el buen estado general del enfermo y en relación con la intensidad de la fiebre puede presentarse adenopatías, sobre todo cervicales posteriores. Puede aparecer irritabilidad y debe valorarse la posibilidad de una convulsión febril. La desaparición del exantema está ligada a la normalidad total del enfermo.
Diagnóstico
Hasta que no aparece la erupción no se puede diagnosticar el exantema súbito. En un principio el pediatra diagnosticará al niño de una infección de vías respiratorias altas (otitis o catarro).
El diagnostico diferencial hay que realizarlo, con otras enfermedades virales exantemáticas, tales como la rubéola, el sarampión y el dengue, entre otras. A veces es difícil diferenciar el exantema súbito de otras erupciones, pero a medida que se desarrolla su cuadro clínico típico, éste se define fácilmente.
Tratamiento
No existe tratamiento específico, se recomiendan las medidas generales y antipiréticas. En los niños que padecen de convulsión febril, se recomiendan sedantes o anticonvulsivos en dosis profilácticas.
Como es una enfermedad vírica no hay tratamiento específico y lo único que se debe hacer es tratar la fiebre con antitérmicos.
Una vez pasada la erupción, el niño puede hacer vida normal y acudir a la escuela o guardería.
Complicaciones
La convulsión es la más frecuente y puede estar acompañada por fiebre o ser consecuencia de ésta. Raramente se presentan encefalitis y otras complicaciones del sistema nervioso central.
Fuentes
- mapfre.com[1]
- Editorial Ciencias Médicas: Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. MINSAP. Vedado, Ciudad de La Habana, Cuba.
- Cuba. MINSAP: Anuario estadístico 1983. La Habana, 1984.
- Francisco Pérez Carballás. Candidato a Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Titular de *Medicina Interna de la Facultad de Medicina ¨General Calixto García¨ del ISCM-H. Especialista de II-grado en Neumología.