Síndrome de dolor regional complejo

Algodistrofia o Distrofia simpática refleja
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Clasificación:Síndrome de Dolor Regional Complejo Tipo 1

Síndrome de dolor regional complejo también llamado Algodistrofia o distrofia simpática refleja es una enfermedad osteomuscular crónica) rara que se caracteriza por dolor intenso, hinchazón y otros cambios en la piel. El dolor sobrepasa lo esperado en función de la causa aparentemente originaria. Se clasifica en dos tipos y cuando ocurre como un trastorno neurológico crónico casi siempre en brazos y piernas se denomina Atrofia de Sudeck o Síndrome de Sudeck.

Descripción

Enfermedad osteomuscular crónica rara que se caracteriza por dolor intenso urente (con sensación de quemazón), espontáneo y a la palpación generalmente de la parte distal (más alejado de un centro tronco o línea media) de una extremidad.

Se acompaña de hipersensibilidad cutánea (la piel de la zona afectada puede ser extremadamente sensible al tacto y a las temperaturas calientes o frías) y de signos y síntomas de inestabilidad vasomotora (sudoración profusa y aumento del calor local), cambios tróficos (del crecimiento) de la piel y desmineralización ósea de desarrollo rápido.

Tipos

Forma parte del llamado síndrome doloroso regional complejo, descrito en 1994 por la Asociación Internacional para el estudio del Dolor (International Assotiation for Study of Pain-IASP) y que clasificó en dos tipos:

  • Tipo I o distrofia simpática refleja.
  • Tipo II o causalgia.

La distrofia simpática refleja puede producirse a cualquier edad, pero es más frecuente en mujeres entre los 40-60 años, aunque cada vez se diagnostica más entre los adolescentes y los jóvenes, sin presentar preferencias étnicas.

Causas

El sistema nervioso simpático es la parte del sistema nervioso autonómico que regula funciones involuntarias del organismo tales como el aumento del ritmo cardíaco, la constricción (estrechamiento reactivo) de los vasos sanguíneos y el aumento de la presión arterial.

Se desconoce la causa de esta enfermedad pero se piensa que el dolor asociado a este síndrome puede deberse a una respuesta exagerada o anormal por lesión del sistema nervioso simpático, por lo que estos nervios dañados envían señales inapropiadas al cerebro, interfiriendo en la información normal de las sensaciones, la temperatura y el flujo sanguíneo.

En dos terceras partes de los casos, se puede identificar un episodio desencadenante que puede ser un traumatismo causado por heridas, secundarias a impactos a alta velocidad por: balas, metralla, o accidente de tráfico. Con menor frecuencia puede originarse por fracturas, cirugías ortopédicas o vasculares con lesiones de los nervios periféricos y también se relaciona con enfermedades como osteoartritis, discopatías intervertebrales, lupus eritematoso sistémico, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular agudo aunque también puede ocurrir sin lesión aparente.

Partes que se afectan

Por lo general se afectan las extremidades y preferentemente la totalidad de la mano o del pie, aunque en ocasiones se puede afectar una región aislada de hombro, rodilla o cadera o bien las bandas laterales del pie o la mano. Prácticamente en todos los individuos existe una enfermedad subclínica contralateral, que sólo se manifiesta en la mitad de los pacientes, siendo característico que la intensidad de los síntomas sea desproporcionada a la severidad de la lesión y del trauma.

Evolución y sintomatología

El dolor, desproporcionado respecto al episodio inicial, es continuo y se intensifica al tratar de movilizar las articulaciones afectadas, es espontáneo, la alodinia, la hiperalgesia y/o la hiperpatía no se limitan al territorio de un solo nervio periférico. El edema, las anomalías del flujo vascular cutáneo y las anomalías sudomotoras son perceptibles desde el punto de vista clínico por las lesiones distales o mesomélicas. Evoluciona en tres fases clínicas:

  • Fase 1: caracterizada por dolor intenso y urente e hinchazón del extremo distal que aparece semanas o meses después del proceso desencadenante. El dolor suele ser continuo, pero con periodos de reagudización. Puede haber sudoración excesiva e hipertricosis (crecimiento excesivo del pelo) localizada.
  • Fase 2: En tres a seis meses la piel se va adelgazando gradualmente y se hace brillante y fría. Las manifestaciones de estas dos primeras fases pueden superponerse.
  • Fase 3: En los siguientes tres a seis meses se producen cambios irreversibles en la piel y en los huesos originando atrofia (disminución de volumen y peso de un órgano) de la piel y el tejido celular subcutáneo con producción de una contractura irreversible en flexión de la mano o el pie, típica de la enfermedad.

Refieren los pacientes que el dolor empeora con el tiempo, en lugar de mejorar y puede acentuarse con la tensión emocional. También pueden aparecer espasmos musculares, osteomalacia (reblandecimiento de los huesos), problemas motores y cambios en las uñas y en la piel, cercana al lugar de la herida que está caliente, enrojecida y brillante y luego se vuelve fría y azulada.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Las radiografías muestran cambios en los huesos. Algunas autores recomiendan el uso de la termografía (técnica diagnóstica para medir el flujo sanguíneo determinando variaciones de calor emitidas por el cuerpo) para detectar cambios de temperatura corporal. A diferencia de la causalgia, la lesión del nervio periférico no es demostrable en el Electromiograma. En el 50% de los casos, el dolor persiste más allá de los 6 meses y, a veces, dura años. El diagnóstico y tratamiento tardío de este síndrome puede producir graves problemas físicos y psicológicos, pues el proceso puede extenderse a toda la extremidad y los cambios en los huesos y músculos pueden llegar a ser irreversibles.

Tratamiento

El tratamiento debe instaurarse de forma precoz, preferentemente en los tres primeros meses, como primer paso están indicadas las inyecciones de anestésicos locales, tal como la lidocaína, acompañados de elevación de la extremidad y fisioterapia. Otros fármacos empleados son corticoides, vasodilatadores y alfa y beta bloqueantes. La estimulación eléctrica transcutánea (aplicación de breves impulsos eléctricos a las terminaciones nerviosas debajo de la piel), ayuda en algunos casos a aliviar el dolor crónico.

En los casos refractarios al tratamiento, la simpatectomía (interrupción quirúrgica de parte del de las vías nerviosas simpáticas, realizada para aliviar el dolor crónico) quirúrgica o química con interrupción de la porción afectada del sistema nervioso simpático es necesaria para aliviar el dolor, pero deben valorarse que conlleva la abolición de otras sensaciones.

Los tratamientos que se utilizan para combatir la algodistrofia están orientados especialmente para luchar contra el dolor y son:

  • los analgésicos ;
  • los antiinflamatorios no esteroideos;
  • la fisioterapia y la ergoterapia;
  • la balnoterapia ;
  • los métodos alternativos manuales pueden tener efectos beneficiosos: la fisioterapia, la osteopatía, la quiropráctica.

Síndrome de Sudeck

Síndrome de Sudek

La enfermedad de Sudeck es una alteración neurovegetativa en la que lo más importante es evitar el dolor y reducir el nivel de arrousal para que haya un reconocimiento de la lesión y se active la fase de regeneración. Hay diferentes técnicas y tratamientos de fisioterapia, osteopatía y/o PNI a los que se puede recurrir para ayudar a conseguir dicho objetivo.

La información de la zona dañada llega a la médula (en el nivel que corresponda) en el llamado cuerno posterior de la médula, desde aquí la información llega al cerebro, que la procesa y emite la respuesta correspondiente.

En el síndrome de Sudeck, el principal trastorno de la información se genera a nivel medular, por lo tanto, serán más importantes los tratamientos a nivel central en una primera fase. Por ejemplo, en una distrofia en el pie deberíamos tratar en primer lugar la zona lumbar, pues los niveles medulares que corresponden al pie son L4-L5 y la zona sacra.

Tratamientos

En la zona lumbar

  • Tratamientos de tejido conjuntivo y electroterapia para frenar el sistema ortosimpático, y disminuir el nivel de arrousal.
  • Crioterapia a nivel sacro para activar el sistema parasimpático.
  • Tratamientos osteopáticos cráneo-sacrales para equilibrar los 2 sistemas.

A nivel local

  • Técnicas de piel muy superficiales.
  • Movilizaciones articulares indoloras en todas aquellas articulaciones que presenten rigidez.
  • Cinesiterapia indolora.
  • Ejercicios de propiocepción y neuroentrenamiento.

Importantísimo durante el/los tratamientos, controlar continuamente la temperatura de la zona afectada. Cualquier alteración anormal de la temperatura, durante el tratamiento implica interrumpir el tratamiento con esa técnica.

Acelerar la recuperación con suplementos

  • Vitamina D3 y Calcio orgánico para recuperar el hueso.
  • Complejos de Vitamina B, sobre todo B6, y Magnesio para regular el dolor.
  • Triptófano y/o Melatonina para estimular el parasimpático.

Por supuesto una alimentación correcta y ejercicio aeróbico indoloro también ayuda mucho en la recuperación.

Fuentes