Sabotaje a la emisora CMQ

Sabotaje a la emisora CMQ
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Trabajadores de la estación lucharon arduamente por eliminar el incendio
Fecha:15 de diciembre de 1960
Lugar:Emisora CMQ, La Habana Bandera de Cuba Cuba
Descripción:
Incendio provocado por agentes de la Agencia Central de Inteligencia CIA. que destruyó entre el cuarto y sexto pisos del edificio Radiocentro en el capitalino Vedado
Consecuencias:
Daños materiales calculados , en una cifra cercana al millón de pesos y múltiples heridos.
Ejecutores o responsables del hecho:
Carlos Alberto Montaner
Organizaciones involucradas:
CIA


Sabotaje a la emisora CMQ. En la madrugada del 15 de diciembre de 1960, un sabotaje con fósforo vivo desató un incendio que destruyó entre el cuarto y sexto pisos del edificio Radiocentro en el capitalino Vedado, afectando zonas neurálgicas de la actividad difusora, como los controles maestros de la Televisión y de la Radio, estudios, equipos de proyecciones y microondas.

CMQ, historia

Goar Mestre construyó en 1950 CMQ, la primera estación televisiva de Cuba. Era la tercera en América, después de México y Brasil. En 1954 CMQ-TV se había expandido en siete cadenas de televisión lo que convirtió a Cuba en el segundo país, después de Estados Unidos, en proveer a sus habitantes de servicios televisivos profesionales. Esta cadena, rápidamente se convirtió en una de las más innovadoras de todo el mundo: fue la primera en introducir el color en la región y la primera en explotar el concepto de telenovela.

Aunque el proceso de intervención estatal en la Radio y la Televisión cubana fue un proceso paulatino iniciado en el propio Enero de 1959, con la confiscación del Circuito Nacional Cubano –CNC-, en esencia, propiedad del dictador Fulgencio Batista, se prolongó hasta Septiembre de 1960 cuando el Ministro de Hacienda dispuso la intervención y confiscación de los bienes de los hermanos Mestre Espinosa, simbolizados en nuestro país por el emporio CMQ, aunque su actividad rebasaba ampliamente los Medios de Comunicación.

Su edificio emblema era Radiocentro, moderno inmueble inaugurado en 1948, en la denominada Rampa, zona del barrio conocido como Vedado, en La Habana. Allí radicaban la sede de las emisoras radiales y televisivas de los hermanos Mestre Espinosa, propietarios también de circuitos cinematográficos y con fuertes intereses en múltiples sectores de la economía, tanto en las industrias, como en los servicios, incluidos los inmobiliarios.

Luego del abandono de las Empresas por sus dueños el 31 de marzo de 1960 y la posterior intervención de CMQ S.A. y Radio Reloj S.A. (con fecha 12 de septiembre de 1960 por la Resolución 20042 del Ministerio del Trabajo, como una forma de preservar las fuentes de empleo para sus trabajadores), en Radiocentro, tras sucesivas reestructuraciones y reorganizaciones de las emisoras y televisoras habaneras, allí se concentró el núcleo básico de la radiodifusión nacional constituido en estandarte divulgativo, informativo y esclarecedor del nuevo proyecto revolucionario en esos convulsos primeros años revolucionarios. Aunque las contradicciones parecían zanjadas, no era así. La reacción no descansaba.

Las agresiones

En el segundo semestre de 1960 y primeros meses de 1961, se incrementa la ola de terror contrarrevolucionario: se intenta destruir instalaciones industriales y agropecuarias, cosechas, medios y vías de comunicación, escuelas, etc.; son incendiadas grandes tiendas por departamentos La Epoca, y El Encanto con pérdidas de vidas de trabajadores; se multiplican los atentados contra dirigentes y militantes revolucionarios, sobre todo contra Fidel Castro; se producen desembarcos de grupos contrarrevolucionarios armados.

El incendio

En la madrugada del 15 de diciembre de 1960, el máster de transmisiones de la estación CMQ, sufrió un sabotaje que desbarató la mayoría de los equipos. El fuego no caminó a otros lugares del edificio porque los trabajadores junto a los bomberos y los oficiales del Ejército Rebelde lucharon contra las llamas; algunos de los cuales resultaron lesionados luego, con muchas iniciativas, ese colectivo pudo mantener la señal de TV en el aire.

Los daños materiales calculados después, en una cifra cercana al millón y medio de pesos equivalentes a dólares, pero eso no impidió que en esfuerzo titánico los técnicos y especialistas, cumplieran su misión de mantener al aire la señal y después, recuperaran y reconvirtieran paso a paso, la tecnología en busca de un nivel superior.

El diario identificó, entre los sospechosos, a un joven extremista, Carlos Alberto Montaner, “vecino de 88ª, número 309, esquina a Tercera A”, en el entonces exclusivo barrio de Miramar, en la capital. En el domicilio de Montaner, precisa el periódico,

“se ocupó un maletín de lona, cuatro detonadores, un rollo de mecha, un pomo con tres barras de fósforo vivo, dos rollos de tape, cuatro cartuchos de municiones, dos pantalones verde oliva y dos camisas de miliciano”.[1]

Aunque tenía sólo 17 años, Montaner ya había desarrollado lazos con la CIA por su vinculación con el llamado Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR). Mientras, sus cómplices son juzgados por un tribunal y condenados ante la enorme cantidad de pruebas, las autoridades judiciales, teniendo en cuenta su edad, confían a Montaner a una institución para menores, de seguridad mínima. Pocos meses más tarde, se escapa... para refugiarse en una Embajada latinoamericana complaciente, donde se le esperaba con instrucciones de facilitarle un salvoconducto. El joven terrorista salió de Cuba con destino a Estados Unidos el 8 de septiembre de 1961.

El reto para los hombres y mujeres de la televisión

Mientras unos identificaban daños, otros extraían escombros Los técnicos y obreros trabajaron 72 horas seguidas armando un control maestro provisional en la azotea de Radiocentro, reponiendo los cables dañados en los estudios que comenzaron a utilizarse sin aire acondicionado, con el esfuerzo también de realizadores y artistas que terminaban las transmisiones exhaustos por el calor y la falta de oxigeno.

Fueron estos técnicos los que con los dos equipos portátiles de enlaces de microondas incinerados, crearon los legendarios X 4, que se mantuvieron en uso en los controles remotos hasta la década de 1970, cuando comenzó la renovación de una tecnología estadounidense, con proveedores de otros países. Entre esos técnicos estaban, los ingenieros José Raúl Stolk, Ángel Saavedra, Juan Felipe Madariaga, José Ramón Díaz Delgado y el técnico Oscar Vázquez.

Véase También

Referencias

Enlaces externos

Fuentes