Sin destino

Sin destino
Información sobre la plantilla
Sorstalanság.GIF
Primera y célebre novela de Imre Kertész, narrada y sentida por alguien que se enfrentó al sin sentido de su existencia en un acontecimiento que sobrepasa el sufrimiento inimaginable, marcando un antes y un después en la vida de los occidentales y de la humanidad.
Autor(a)(es)(as)Imre Kertész
Edición1ra
ISBN84-206-1381-9
PaísBandera de Hungría Hungría
PremiosPremio Nobel

Sin destino. Premio Nobel con cierto contenido autobiográfico, es para muchos la mejor novela sobre el Holocausto y una de las grandes obras de la literatura contemporánea. En el verano de 1944 el húngaro llegó a ser la lengua más hablada en Auschwitz. Casi medio millón de judíos magiares deportados de un mes a otro contribuyeron a esa mutación lingüística en el campo de exterminio más grande de la historia. Entre ellos se encontraba el adolescente Imre Kertész, un muchacho de apenas quince años. Exactamente como el protagonista de Sin destino, la primera novela que treinta años después escribiera el nuevo inquilino de Auschwitz.

Sinopsis

La primera parte es la aventura de un adolescente inocente; la distancia se halla implícita en el tono de la narración. A partir de la llegada a Auschwitz, el protagonista va tomando conciencia de la prisión en que se encuentra; el tono ya es más sombrío

Llama la atención el tono neutro de la narración, como si no le hubiera ocurrido al autor. No hay morbo ni truculencias en el relato. Y esto es precisamente lo que hace que la historia parezca más escalofriante.

Contexto de la obra

Historia del año y medio de la vida de un adolescente en diversos campos de concentración nazis (experiencia que el autor vivió en propia carne), Sin destino no es, sin embargo, ningún texto autobiográfico. Con la fría objetividad del entomólogo y desde una distancia irónica, Kertész nos muestra en su historia la hiriente realidad de los campos de exterminio en sus efectos más eficazmente perversos: aquellos que confunden justicia y humillación arbitraria, y la cotidianidad más inhumana con una forma aberrante de felicidad. Testigo desapasionado, Sin destino es, por encima de todo, gran literatura, y una de las mejores novelas del siglo XX, capaz de dejar una huella profunda e imperecedera en el lector. Calificada como una de las mejores novelas jamás escritas sobre los campos de concentración nazis, una lectura nada complaciente (nada que ver con la película "La vida es bella") sobre una historia que no hay que olvidar ni enmascarar.

Sobre el autor

Imre Kertész nació en Budapest en 1929, en el seno de una modesta familia judía asimilada (esto es, no practicante). Escritor húngaro de origen judío, superviviente de los campos de exterminio nazis que por razones cronológicas y geopolíticas, le tocaba vivir un destino judío, con todas las consecuencias que a la sazón esto conllevaba.

Él no había elegido nada de lo que luego inapelablemente se convirtió en su destino. «Yo había vivido un destino determinado; no era mi destino pero lo había vivido (medita el álter ego del autor en su novela Sin destino, cuando al volver del campo de concentración intenta entenderse con algunos supervivientes de su familia y de su vecindad). No comprendía cómo no les entraba en la cabeza que ahora tendría que vivir con ese destino, tendría que relacionarlo con algo, conectarlo con algo, al fin y al cabo ya no bastaba con decir que había sido un error, una equivocación, un caso fortuito o que simplemente no había ocurrido.» Por increíble que parezca, al futuro autor de estas meditaciones no le costó mucho conectar su infame experiencia con la realidad cotidiana de su nueva vida.

Su libro Sin destino, con cierto contenido autobiográfico, es para muchos la mejor novela sobre el Holocausto y una de las grandes obras de la literatura contemporánea. En el verano de 1944 el húngaro llegó a ser la lengua más hablada en Auschwitz. Casi medio millón de judíos magiares deportados de un mes a otro contribuyeron a esa mutación lingüística en el campo de exterminio más grande de la historia. Entre ellos se encontraba el adolescente Imre Kertész, un muchacho de apenas quince años. Exactamente como el protagonista de Sin destino, la primera novela que treinta años después escribiera el nuevo inquilino de Auschwitz.

Ejemplos de parráfos

"Otro día vimos a unos hombres que caminaban detrás de la valla. Nos dijeron que regresaban del trabajo, pero yo mismo pude ver que los últimos de la fila empujaban unos carros pequeños llenos de cadáveres. Por supuesto, aquellos espectáculos hacían trabajar mi imaginación. Sin embargo, tampoco era suficiente para pasar el día entero. Así me di cuenta de que hasta en Auschwitz uno puede aburrirse..." (p. 117).

"En Buchenwald también había un crematorio, por supuesto, pero sólo uno, y no era el objetivo del campo... , sino que en él sólo se incineraba a la gente que moría en el campo, debido a accidentes naturales de la vida, por decirlo así" (p.123).

Temas relacionados

Fuentes