Soneto

Soneto
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Concepto:Composición poética de catorce versos, por lo general de rima consonante, que se distribuyen en dos cuartetos y dos tercetos.

Soneto: Composición poética de catorce versos, por lo general de rima consonante, que se distribuyen en dos cuartetos y dos tercetos. La palabra, como tal, proviene del italiano sonetto, y este deriva del latín sonus, que significa 'sonido'.

Estructura

Los versos en el soneto clásico suelen ser de arte mayor, normalmente endecasílabos (compuestos por once sílabas). La estructura del soneto es de cuatro estrofas, siendo las dos primeras cuartetos y las dos últimas, tercetos. La rima en los cuartetos funciona de la siguiente manera: ABBA ABBA, es decir, armoniza el primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero. En los tercetos, la distribución de las rimas es más libre, y estas pueden combinarse de distintas maneras, siendo las más utilizadas CDE CDE, CDE DCE, CDE CED, CDC DCD, según las distintas correspondencias. Por otro lado, el contenido del soneto se organiza, aunque no de manera estricta, a la manera de principio, nudo y desenlace.

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En este sentido, el primer cuarteto presenta el tema, que será ampliado en el segundo.

A continuación, el primero de los tercetos reflexiona o asocia ideas o sentimientos al tema del soneto, siendo que el segundo lo cierra, bien con una reflexión grave o emotiva, o bien con un giro ingenioso o inesperado, que le da sentido a la composición. El soneto, como toda composición poética o literaria, aborda los más variados temas que interesan al alma e intelecto humanos. Temas como el amor y la pérdida, la vida y la muerte, así como asuntos más leves, en tono de sátira o humor.

Historia del soneto

El soneto, según se tiene noticia, apareció primero en Italia en el siglo XIII, donde fue primero cultivado por Giacomo da Lentini, de quien se cree que fue el creador de este tipo de composición, y posteriormente se extendió al resto de Europa y al mundo. En Italia fue cultivado por maestros de la literatura como Dante Alighieri o Petrarca. En nuestra lengua, el primero de sus cultores de ellos fue el Marqués de Santillana, alias de Íñigo López de Mendoza, pero también por genios de la poesía castellana como Lope de Vega, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca o sor Juana Inés de la Cruz. Uno de los momentos más importantes que ha tenido este tipo de composición poética fue en el periodo comprendido entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En concreto, se generalizó y recobró nuevamente su esplendor de la mano de autores de la llamada "Generación del 27". Entre ellos se encontraban tanto Rafael Alberti como Jorge Guillén o incluso Gerardo Diego. Obras de ese tipo existen muchas y muy variadas. No obstante, es interesante conocer el libro titulado "Cien sonetos de amor". Este fue publicado en el año 1959 y se ha convertido en uno de los trabajos más conocidos y afamados del escritor chileno Pablo Neruda, que está considerado por muchos como el poeta del siglo XX en todo el mundo. Los sonetos están presentes en todos los idiomas. Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Rubén Darío y Federico García Lorca son apenas algunos de los poetas que escribieron importantes sonetos en castellano. En otras lenguas, se destacaron con sus sonetos autores de la talla de Dante Alighieri (en italiano), William Shakespeare (inglés), Luís de Camões (portugués) y Charles Baudelaire (francés).

En tiempos más recientes, también hubo escritores que utilizaron el soneto y lo renovaron o alteraron, como Rubén Darío, que usó versos alejandrinos en sus poemas, o Pablo Neruda, que escribió sonetos sin rima.

Ejemplos

Dulce soñar y dulce congojarme

Dulce soñar y dulcce congojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco más durara el engañarme
dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
dulce placer, aunque me importunaba
que alguna vez llegaba a despertarme:
!oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras si vinieras tan pesado
que asentara en mí con más reposo!
Durmiendo, en fin, fui bienaventurado,
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.
Juan Boscán (Siglo XVI)

Feliciano me adora y le aborrezco

Feliciano me adora y le aborrezco;
Lizardo me aborrece y yo le adoro;
Por quien no me apetece ingrato, lloro,
Y al que me llora tierno, no apetezco.
A quien más me desdora, el alma ofrezco;
A quien me ofrece víctimas, desdoro;
Desprecio al que enriquece mi decoro,
Y al que le hace desprecios enriquezco.
Si con mi ofensa al uno reconvengo;
Me reconviene el otro a mí ofendido;
Y a padecer de todos modos vengo;
Pues ambos atormentan mi sentido:
Aquéste con pedir lo que no tengo;
Y aquél con no tener lo que le pido.
Sor Juana Inés de la Cruz

Soneto herido

La lluvia en el cristal de la ventana,
el aire de una plaza compartida,
el pañuelo de sombras de la vida,
la noche de Madrid y su mañana,
el amor, la ilusión del porvenir,
el dolor, la verdad de lo perdido,
la constancia de un sueño decidido,
la humana libertad de decidir,
la prisa, la política, el mercado,
las noticias, la voz, el indiscreto
deseo de saber lo silenciado,
el rumor, las mentiras y el secreto,
todo lo que la muerte os ha quitado
quisiera devolverlo en un soneto.
Luis García Montero (2004)

Fuentes