Un día con los cerditos (cuento)

Un día con los cerditos
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Cuento para niños pequeños
Autor(a)(es)(as)Pedro Pablo Sacristán
GéneroCuento

Un día con los cerditos. Cuento sobre un niños muy lento para vestirse sus padres no sabían cómo lograr que fuera más rápido al vestirse ya que siempre estaban atrasados a la hora de salir a trabajar, hasta que paso lo que nadie habría pensado nunca.

Datos del autor

Pedro Pablo Sacristán nació en Madrid, España en 1973, y es el segundo de seis hermanos. Realizó estudios en el colegio privado en el que su padre trabajaba como profesor de educación física. Proviene de una familia muy modesta, con muchas dificultades económicas, por lo que a sus padres les costó sacar adelante a sus 6 hijos y darles una buena educación, con un sueldo mínimo, cada noche comenzó a leerles los cuentos que escribía y dedicó la mayor parte de su tiempo a escribir libros, a hacer talleres de cuentos, charlas, etc.

Sus cuentos trasmiten valores tradicionales, generosidad, esfuerzo, honestidad, principalmente dirigidos a padres, madres y maestros. Su idea original fue centrarse en las familias con niños de entre cero y once años. En estos momentos muchos padres plantean que gracias a que sus hijos leen estos cuentos han cambiados de actitud.

Valores

Enseñar a vestirse rápido y colaborar

Personajes

Un niño, sus padres, un cuidador de cerdos y sus cerdos

Cuento

Había una vez un niño al que no le gustaba vestirse cuando querían sus papás, ni ponerse lo que le decían tras el baño. Él prefería vestir de forma mucho más rara, pero sobre todo, tardar mucho. Sus papás, que siempre tenían prisa, querían que fuera más rápido, pero a él eso no le gustaba y tardaba aún más.

Hasta que un día sus padres tenían prisa, y se enfadaron tanto cuando se negó a vestirse, que le dijeron que saldría desnudo, lo que no le importó en absoluto.

Así que salieron, y mientras esperaba desnudo junto a la casa que sus padres trajeran el coche, pasó el cuidador de los cerdos del pueblo. Ese hombre, que estaba medio sordo y veía muy poco, además había olvidado sus gafas, así que cuando vio la piel rosada del niño, creyó que era uno de sus cerdos, y a voces y empujones se llevó al niño a la pocilga. El niño protestó todo el tiempo, pero como el hombre no oía bien, no le sirvió de nada. Y así pasó todo el día, viviendo entre los cerdos, confundido con uno de ellos, compartiendo su comida y su casa, hasta que sus padres consiguieron encontrarle.

Y el niño lo pasó tan mal ese día, que ya nunca más quiere que le confundan con otra cosa que no sea un niño, y siempre es el primero en vestirse y arreglarse para ser un niño perfecto, de los de libro.

Fuentes