Vuelo 011 de Avianca

Vuelo 011 de Avianca
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Solo se registraron 11 sobrevivientes
Fecha27 de Noviembre de 1983]]
Origenaeropuerto internacional de Frankfurt
Destinoaeropuerto internacional El Dorado en Bogotá, Colombia
Fallecidos181
Implicado
Sobrevivientes11


Vuelo 011 de Avianca .Vuelo largo que colapsó por negligencias de muchas personas y error fatal del capitán, su salida se originó en el Aeropuerto de Frankfurt, su destino final era el Aeropuerto El Dorado en Bogotá, Colombia.


Historia y desarrollo

El 27 de noviembre de 1983,el Boeing 747-283BM de Avianca, con matricula HK2910, se encontraba cubriendo un vuelo largo desde el Aeropuerto de Frankfurt, en la entonces República Federal de Alemania, tuvo una escala en el Aeropuerto Charles de Gaulle en Paris, Francia y su segunda escala debía ser en el Aeropuerto de Barajas, en Madrid para finalmente llegar al Aeropuerto El Dorado en Bogotá, Colombia.

El avión con 169 pasajeros atendidos por 20 sobrecargos, está guiado por el capitán Tulio Hernández, uno de los mejores de Avianca y de Sudamérica, junto a otros primeros oficiales e ingenieros de vuelo.

El control aéreo de Madrid les orientó seguir la ruta de Pamplona para llegar finalmente al aterrizaje.

Explosión

Del avión se registro una trasmisión hecha por el capitán antes de aterrizar.

---Vuelo 011 de Avianca: Avianca 011 está pasando por Barahora, ahora procedo a Charlie Papa Lima y descendiendo a nivel 9-0, cambio...

El capitán realiza una maniobra pero comete un lamentable error que lo llevo a cometer otros que resultaron ser fatales ya que el tren de aterrizaje se desplegó fuera de tiempo cuando el avión volaba a baja altura, la maniobra de los trenes se hizo antes de dar un viraje que nunca se hizo, y no se comprobaron los datos del radiofaro de Madrid y este error mantenía al aparato cayendo poco a poco el avión se estrelló en tierra por lo menos en tres ocasiones y finalmente explotó.

La trágica dejó un total de 181 muertos, entre ellos el capitán Tulio Hernández, su tripulación de cabina y todos los sobrecargos, sólo se registraron 11 sobrevivientes. Entre los fallecidos se encontraban el poeta peruano Manuel Scorza, el crítico de arte literario uruguayo Angel Rama y el novelista mexicano Jorge Ibargüengoitia.

Galeria


El accidente. Los sobrevivientes

Entre los once sobrevivientes del vuelo 011 de avianca (Boeing 747 HK- 2910-X) se encontraba la familia Neger (Patrick, francés, su esposa Elizabeth, colombiana, y sus dos hijos, Katty y Ludovic que venían en una sección situada ante la puerta de emergencia donde empezaba el ala derecha del Jumbo). También sobrevivió un bebé de apellido Billitis que fue hallado por Patrick Neger entre los restos chisporroteantes, pero no sobrevivieron los padres del niño.

Sobrevivió también Carmen Navas de Garlich (venezolana, por entonces 31 años) que venía en la parte trasera de la nave y la niña francesa (4 años) Beatriz Boniol, la argentina Palma Vergara (34 años) y su hijo Diego Pocca (8 años) y el alemán Peter Steinman (45 años). Un joven de 30 años sobrevivió al golpe pero falleció luego de 15 días en el hospital de Madrid. El caso sorprendente de aquel accidente fue el del ingeniero eléctrico colombiano Hugo Bernal que después de una minuciosa revisión médica fue dado de alta el mismo día de la tragedia, porque no sufrió ni un rasguño (lo que él atribuyó a la determinación de Dios y a sus rezos antes de emprender un viaje). Por su testimonio, recogido por el periodista colombiano Heriberto Fiorillo tenemos noticias de primera mano de los últimos momentos que vivieron los pasajeros del Boeing 747 de Avianca y algunos datos relevantes para confirmar o refutar las hipótesis de la comisión de investigación de accidentes de España sobre las causas que condujeron a este desastre: el ingeniero electrónico Hugo Bernal venía dialogando (en la silla 47F, sección de no fumadores) con un español, cuando los sorprendió el accidente. Un minuto después se encontró colgando cabeza abajo en medio de un montón de chatarra chisporroteante, apenas sostenido por el cinturón de seguridad que lo mantuvo atado a su silla. Bernal desabrochó el cinturón y empezó a patear la ventanilla y por entre las bocanadas del incendio vio entonces a Elizabeth Neger y pidió su ayuda. Ambos lograron retirar la ventanilla y así logró Bernal salir caminando ileso del único trozo entero del avión que quedó luego de que la nave diera el giro sobre su trompa y quedara con el tren de aterrizaje mirando hacia el cielo. Lo último que recordaba Hugo Bernal de los instantes previos al accidente fue oír el altavoz con el anuncio de aproximación al aeropuerto de Barajas, las instrucciones de seguridad de marras a los pasajeros y un saludo de parte del capitán Tulio Hernández por haber elegido viajar en Avianca, la segunda aerolínea más antigua del mundo.

Recordaba que el avión descendió vertiginosamente provocando el consiguiente vacío estomacal que advierten todos los pasajeros en la aproximación. Era la 1:06 de la madrugada. Fue entonces cuando ocurrió el primer impacto de los tres que tendría el Boeing 747 antes de pulverizarse en un sitio conocido como Balcones de Mejorada del campo, a cuarenta y cinco segundos de vuelo de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Barajas. El golpe que sintió Hugo Bernal fue en el ala derecha del Boeing. Dijo que alcanzó a ver por la ventanilla que había fuego en el ala. Dato que confirmó Elizabeth Neger antes de abrazar a sus dos hijos contra la puerta de emergencia que al desprenderse expulsaría a toda la familia Neger fuera del avión y los dejaría a resguardo del incendio. El informe técnico de la comisión de investigación de accidentes confirmó que el primer golpe había sido contra un árbol que fue cortado por la mitad y roturó uno de los motores: “Impactó la turbina numero 4, dejando allí la carena inferior y parte de la caja de accesorios del motor. La punta del plano derecho colisionó con un árbol de unos cuatro a cinco metros de altura, cortándolo aproximadamente por el tercio superior, rompiendo parte del alerón exterior derecho y punta de plano”. Hugo Bernal recordó también que después del primer golpe se oyó el altavoz de la cabina, pero no recordaba el contenido de la comunicación, o si hubo alguna por parte de la tripulación. Tres segundos después Hugo Bernal sintió una segunda sacudida. Carmen Navas dijo que tras el segundo golpe creyó que el avión había logrado aterrizar porque el golpe fue esta vez por debajo como se siente normalmente el tren de aterrizaje al contacto con la pista. El informe técnico de la comisión precisó que el golpe en la segunda loma (a doscientos cuarenta metros del primer impacto) comprometió el tren de aterrizaje, de ahí que la señora venezolana haya imaginado erróneamente que el avión había logrado aterrizar. Bernal dijo que por el contrario, tras el segundo golpe, el avión tomó más velocidad como si tratara de despegar. El informe técnico confirmó esa aceleración que percibió Bernal y la explicó como un intento fallido de la tripulación de elevar el vuelo del Jumbo después de desatender la alarma automática que advertía estar cerca a tierra. Seis segundos después, a ochocientos metros del segundo golpe, entre Mejorada del campo y Barajas el avión se estrelló dando un giro aparatoso sobre su nariz, en el sentido inverso del reloj, para caer de morro, partiéndose en cuatro pedazos y quedándole una sola parte íntegra: la que encontrarían los cuerpo de socorro y los fotógrafos con un tren de aterrizaje mirando hacia el cielo.

La transcripción del CVR (caja negra) con la última media hora de diálogos no permite establecer mayor información porque los pilotos sólo mantuvieron activo uno de los cuatro sistemas registradores de voces de cabina: el que recogía el sonido ambiente. Por esa transcripción somera, apenas puede advertirse la activación de los sistemas de alarma que acusaba la proximidad de tierra cuando descendieron de los 1000 pies de altura, las coordenadas erróneas que da el primer oficial Eduardo Ramírez sobre la posición equivocada del avión y una sucesión de sonidos sin diálogos en los que se establece que la tripulación nunca supo que estaban prontos a estrellarse y desconfiaban de la veracidad del altímetro y que murieron sin saber que estaban desviados peligrosamente de la pista de Barajas. También puede esclarecerse que el controlador aéreo tampoco sabía la posición del avión, porque de haber comprobado las falsas coordenadas su deber habría sido advertir y dar instrucciones precisas al piloto para que corrigiera el rumbo, lo que no hizo.

Caja negra

La investigación de la comisión de accidentes determinó que el mismo ocurrió por un error cometido por la tripulación al no seguir las indicaciones de la carta de aproximación dada a la torre de control y al descender por debajo de los niveles mínimos para el terreno que sobrevolaban, chocando contra las tres colinas sucesivamente.

En los asientos 39, 40 y 41 viajaban Manuel Scorza, Angel Rama y Marta Traba. De Jorge Ibargüengoitia no ha podido establecerse el número de asiento. ¿Cómo llegaron allí? ¿Cómo encontraron este destino compartido?

Se comprobó que los diferentes controles de la cabina fueron manipulado fuera de tiempo, la altitud estaba por debajo de los estándares permitidos, el capitán tomó una ruta incorrecta a la que se le había indicado.

No se realizaron algunas coordinaciones determinantes, sobre todo la entrega de un turno a otro, la terminación del turno de radar para el vuelo 011 implicaba también que a partir de ese momento el control de la aproximación final de ese avión pasaba a manos de la torre de control del aeropuerto de Barajas, y éstos tampoco recibieron notificación.


Fuentes