Yasumasa Morimura

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NombreYasumasa Morimura
Nacimiento11 de junio de 1951
Osaka, Japón
NacionalidadJaponesa
EducaciónUniversidad de Arte de Kyoto.
OcupaciónPintor y Fotógrafo
Conocido porEl hombre de las mil caras

Yasumasa Morimura. Artista plástico japonés conocido por ser un representante de la fotografía escenificada, ​ así como de la corriente artística conocida como Apropiacionismo.

Síntesis biográfica

Nació en Japón pocos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, acontecimiento que supuso profundos cambios en las relaciones entre Japón y Occidente. Estos cambios influyeron intensamente en su educación y en su posterior obra. Comenzó su formación en Osaka, hasta que en 1975 obtuvo una beca para la Kyoto City University of Art, donde permaneció estudiando diseño hasta 1978.

En sus primeras creaciones se puede observa la base dualista de su obra (Oriente frente a Occidente, lo femenino frente a lo masculino, lo propio y lo extranjero, lo tradicional y lo contemporáneo).

A mediados de los ochenta incorporó la fotografía a su obra donde a través de la cámara, analiza los complejos intercambios culturales entre Oriente y Occidente y denuncia la imposición cultural y económica de Occidente sobre Japón. Asimismo, rechaza otras oposiciones como predeterminadas, poniendo en tela de juicio la identidad sexual, cultural o nacional, denunciando una globalización desequilibrada e impositiva.

Ha sido englobado en el grupo de artistas de los setenta que utilizaron la técnica del “apropiacionismo”, mediante este procedimiento, se apropia de imágenes clásicas del arte occidental para reinterpretarlas y recrearlas dándoles una nueva significación, cosifica la obra (gran influencia de autores como Marcel Duchamp o Andy Warhol), del mismo modo en el que siente que el pueblo japonés ha sido cosificado por la opresión occidental. A pesar de que su obra generalmente la desarrolla en fotografías en color sobre lienzos u otros soportes, también realiza audio/vídeo-instalaciones, e incluso colabora en giras teatrales desde el año 2000.

Su trabajo siempre ha gozado de aspecto teatral: el propio pintor es el actor de su obra. Mediante un elaborado maquillaje y un agudo narcisismo, se transforma en los personajes de los grandes clásicos, dando una nueva identidad a las grandes obras canónicas.

Sus trabajos representan meticulosamente reconstrucciones de obras maestras. Son obras conocidas a las que añade un tinte de homenaje y parodia. En general se trata de interpretaciones que en ocasiones resultan burlescas o satíricas o que intentan despertar emociones.

Algunos entre la larga lista de personajes plasmados en sus instantáneas son Marilyn Monroe, Che Guevara, la Mona Lisa, Liza Minnelli, Audrey Hepburn, Frida Kahlo, Jodie Foster, Albert Einstein, Michael Jackson, Adolf Hitler, Mao Zedong, Diego Velázquez y las meninas.

Él mismo define que su identidad está dentro de toda la gama de posibilidades, por lo que califica su obra como “autorretrato abierto”. No juega al travestismo o simple provocación, sino que plantea una reflexión en las convenciones visuales y lo que significan. La relevancia social, el género y la historia varían ampliamente.

Morimura es omnipresente, ubicuo, él representa a todos sus personajes en un minucioso despliegue técnico de caracterización, escenografía e iluminación que lejos de ser un alarde de ego anula por completo su personalidad. Su trabajo tiene una enorme potencia política y ontológica. Es un terrorista. Rompe con lo binario y lo jerárquico, es homenaje, pero también crítica. Podría ser cualquiera y es, a su vez, nadie.

Sorprende la escasa tradición del retrato en el arte japonés por influencia del budismo, pero Morimura lo despliega hábilmente como arma arrojadiza contra el poder de las imágenes de masas, un poder del que se apropia para responder con contundencia a los cánones hegemónicos de la historia del arte y la industria cultural.

En su trabajo se superponen tiempos históricos que yacen en una continua resignificación. Anula la realidad única y evoca una lectura poscolonial, mientras cuestiona la noción de autoría produciendo espectaculares copias digitales y precisos detalles a la altura de la pintura original.

Fuentes