Diferencia entre revisiones de «Teófilo Stevenson»
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El fornido joven antillano enfrentó la dura realidad del pueblo de Cuba en aquellos tiempos: desempleo, discriminación, hambre, espantosa miseria. Para poder subsistir, llegó a celebrar varias peleas como boxeador rentado, por lo que conoció la desgracia de liarse a golpes para recibir a cambio míseros centavos. Por suerte fue capaz de escapar a tiempo de aquella trampa. | El fornido joven antillano enfrentó la dura realidad del pueblo de Cuba en aquellos tiempos: desempleo, discriminación, hambre, espantosa miseria. Para poder subsistir, llegó a celebrar varias peleas como boxeador rentado, por lo que conoció la desgracia de liarse a golpes para recibir a cambio míseros centavos. Por suerte fue capaz de escapar a tiempo de aquella trampa. | ||
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| − | [[John Herrera]], quien era amigo del viejo Stevenson, fue el primer entrenador del futuro gran campeón, quien le enseñó su estilo, el mismo que lo llevó, en sus años mozos, a ganar los títulos de campeón nacional en las divisiones semicompleta y completa en el [[Boxeo profesional|boxeo profesional]] cubano allá por los años 30 del <span style="text-decoration: underline;">s</span>[[Siglo XX|iglo XX]]. | + | [[John Herrera]], quien era amigo del viejo Stevenson, fue el primer entrenador del futuro gran campeón, quien le enseñó su estilo, el mismo que lo llevó, en sus años mozos, a ganar los títulos de campeón nacional en las divisiones semicompleta y completa en el [[Boxeo profesional|boxeo profesional]] cubano allá por los años 30 del <span style="text-decoration: underline;">s</span>[[Siglo XX|iglo XX]]. |
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Revisión del 09:43 5 nov 2010
Plantilla:Personaje deportivoTeófilo Stevenson. Conocido como Pirolo, boxeador cubano. Tricampeón olímpico y mundial.
Infancia y juventud
Nace en Puerto Padre, Las Tunas el 29 de marzo de 1952 en el seno de una familia humilde, radicada en las cercanías del Central Delicias (hoy Antonio Guiteras), del municipio de Puerto Padre, en la entonces Provincia de Oriente; fue el primogénito del matrimonio formado por el inmigrante Teófilo Stevenson Pearson, oriundo de la isla antillana de San Vicente y la cubana Dolores Lawrence.
La llegada del padre a estas tierras del norte tunero, ocurrió al principio de la década de 1920 del siglo XX, cuando junto a otros familiares y amigos, creyó en las mentiras de los traficantes de fuerza de trabajo que aseguraban la existencia de una Cuba opulenta en la cual todos bailaban al compás de una supuesta danza de los millones.
El fornido joven antillano enfrentó la dura realidad del pueblo de Cuba en aquellos tiempos: desempleo, discriminación, hambre, espantosa miseria. Para poder subsistir, llegó a celebrar varias peleas como boxeador rentado, por lo que conoció la desgracia de liarse a golpes para recibir a cambio míseros centavos. Por suerte fue capaz de escapar a tiempo de aquella trampa.
Aquí suele decirse que el hijo de majá sale pinto, y el bichito del boxeo se le metió en la sangre al primer vástago. Por eso, el viejo Teófilo debió interceder ante la esposa, porque ella no quería ver al muchacho recibir golpes sobre un ring.
John Herrera, quien era amigo del viejo Stevenson, fue el primer entrenador del futuro gran campeón, quien le enseñó su estilo, el mismo que lo llevó, en sus años mozos, a ganar los títulos de campeón nacional en las divisiones semicompleta y completa en el boxeo profesional cubano allá por los años 30 del siglo XX.
Inicios
El primer combate ocurrió a los 14 años, en 1966. Peleó en la división de 71 kilogramos, en un cartel efectuado en un ring ubicado junto a las gradas del Estadio de béisbol Julio Antonio Mella, en Las Tunas, actual capital provincial. El inexperto muchachón perdió por puntos ante Luis Enríquez, un peleador que ya había celebrado cerca de 20 combates.
Tras positivas experiencias en lides de las categorías menores, ganó el título nacional juvenil en 1968 y un año después, perdió cerrada decisión en la pelea por la corona de los pesos completos ante Gabriel García, de Pinar del Río; en el máximo evento de este deporte en Cuba, el Torneo Playa Girón.
Andrei Chervonenko, entrenador de la Unión Soviética, que en ese entonces trabajaba con la preselección cubana de boxeo, se percató de las excepcionales condiciones del jovencito color ébano y propuso incorporarlo al grupo elite que se preparaba para los principales compromisos internacionales. En 1970 comenzó el largo reinado nacional de Stevenson y un año después, en los Juegos Panamericanos de Cali, Colombia; ganó la medalla de bronce, al caer por decisión dividida 3-2, ante el norteamericano Duane Bobick, conocido por la Esperanza Blanca.
El desquite fue histórico, porque 12 meses después, en los Juegos Olímpicos de Munich, Alemania; Teófilo se inscribió con letras de oro en el boxeo amateur mundial, cuando virtualmente destrozó al gigantón norteño y se erigió monarca absoluto de los pesos completos.
. La brillante trayectoria de este boxeador lo llevó a ostentar todos los títulos de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (AIBA), con tres coronas olímpicas Munich 1972 Montreal 1976 y Moscú 1980 e igual número en Mundiales La Habana 1974, Belgrado 1978 y Reno, 1961. Pero la fama no envaneció a Pirolo, sobrenombre por el que se conocía en el batey de Delicias, y siempre asumió una posición caballerosa frente a cualquier rival, desde el menos connotado hasta el de mayor rango.
En los 20 años en el ring, 14 de ellos como estrella indiscutida, enfrentó a muchos púgiles de calidad, pero el que le resultó el más difícil de todos, fue el soviético Igor Visotski, quien lo derrotó en dos ocasiones, sin que tuviera oportunidad de conseguir el desquite. Un episodio interesante en la vida de Teófilo Stevenson fue cuando en la década del 80 del siglo pasado, hubo la intención, por parte de los dirigentes del boxeo profesional de Estados Unidos, de concertar una pelea frente al reconocido campeón mundial rentado de los pesos completos, Mohamed Alí.
Aquel posible enfrentamiento definiría, según los encargado de organizarlo, quién era el mejor pugilista del mundo en la máxima división. Por supuesto, el principal objetivo era obtener una gran suma de dinero que sería el saldo de lo que hubiera sido, sin lugar a dudas, la pelea del siglo.
Las condiciones de aquel combate nunca llegaron a concretarse, porque debía efectuarse bajo las reglas del boxeo amateur.
Los mercaderes se quedaron con las ganas de adjudicarse una buena bolsa y los dos extraordinarios pugilistas, quienes son grandes amigos, no midieron jamás sus fuerzas sobre el ring, mas son igualmente admirados en todo el planeta, no solo por su grandeza en el deporte, sino por su enorme calidad humana.
Después de su formidable victoria en el mundial de Reno, Estados Unidos, en 1986, el gran campeón decidió retirarse del boxeo activo. Su adiós fue un acontecimiento nacional, ocurrido en esta ciudad de Las Tunas en julio de 1988, en ocasión del Torneo internacional Giraldo Córdova Cardín y de la inauguración de la Sala polivalente Leonardo McKenzie Grant, símbolo del desarrollo deportivo de esta joven provincia del oriente cubano.
El apoteósico acto, colofón de un triunfal recorrido por las principales arterias de la ciudad, precedió al cartel final del histórico evento. Se retiraba el extraordinario boxeador que ganó 301 de los 321 combates celebrados a lo largo de 20 años en el ring.
Aporte de experiencias
Hoy Stevenson trabaja con su entusiasmo característico, en la Federación cubana de boxeo y en la Comisión nacional de atención a atletas retirados y en activo. Muchas veces elegido atleta del año en Cuba y Latinoamérica, alcanzó un puesto entre los más destacados del siglo XX en el país y el mejor en su querida provincia.
La grandeza de Teófilo Stevenson Lawrence no puede medirse solo por sus glorias deportivas; él es paradigma de hombre de su tiempo, representativo de un pueblo que hizo la revolución y construye el socialismo; un ejemplo a imitar por los jóvenes atletas de cualquier parte del mundo.
Las palabras certeras del Comandante Fidel Castro en el deporte cubano resumieron la trayectoria de este atleta de pueblo, cuando expresó: "Teófilo Stevenson merece el reconocimiento de nuestro pueblo por su éxito deportivo derivado de su disciplina, de su consagración al deporte, de su valor, de su moral...".
"Creemos que él dejó un ejemplo todavía más valioso que eso y es el instante en que le hablaron de la posibilidad de ganarse un millón de dólares. Ese joven, hijo de humilde familia y un humilde obrero oriental, dijo que él no cambiaba su pueblo por todos los dólares del mundo..."
Véase también
Fuentes
- Torres Diego, Mario José. Fidel y el deporte. Selección de pensamientos 1959-2006. Ciudad de la Habana: Editorial Deportes; 2006