Diferencia entre revisiones de «Hotel Armadores de Santander»

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El edificio contiguo al principal, ubicado en la calle San Pedro, fue  comprado también por el comerciante santanderino en [[1900]] y luego pasó a propiedad de sus herederos hasta [[1920]].
 
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Se  conoce que desde finales del [[siglo XIX]] aquí funcionaba una fonda y en  su planta baja radicaban diversos tipos de comercios como vidrieras de  tabacos y cigarros, café-cantina, bar y otros. En [[1899]], el edificio fue  arrendado a José Moure García, quien poco tiempo después instaló allí  una posada denominada Las Cuatro Naciones.
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Se  conoce que desde finales del siglo XIX aquí funcionaba una fonda y en  su planta baja radicaban diversos tipos de comercios como vidrieras de  tabacos y cigarros, café-cantina, bar y otros. En [[1899]], el edificio fue  arrendado a José Moure García, quien poco tiempo después instaló allí  una posada denominada Las Cuatro Naciones.
  
 
Entrado el [[siglo XX]] en los altos de la edificación se estableció el  Centro Balear, asociación de beneficencia de residentes españoles. La  planta baja la ocuparon diferentes establecimientos comerciales.  Permaneció en poder de la familia Cabrero Mier hasta la década del 40  de ese siglo.
 
Entrado el [[siglo XX]] en los altos de la edificación se estableció el  Centro Balear, asociación de beneficencia de residentes españoles. La  planta baja la ocuparon diferentes establecimientos comerciales.  Permaneció en poder de la familia Cabrero Mier hasta la década del 40  de ese siglo.
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Los colores seleccionados para lograr  una atmósfera marina son, en lo fundamental, las tonalidades entre el  verde y el azul, como demuestran los pisos del restaurante Cantabria y del lobby-bar La Marina, donde los tonos y los dibujos de las losas simulan el movimiento de las olas.
 
Los colores seleccionados para lograr  una atmósfera marina son, en lo fundamental, las tonalidades entre el  verde y el azul, como demuestran los pisos del restaurante Cantabria y del lobby-bar La Marina, donde los tonos y los dibujos de las losas simulan el movimiento de las olas.
 
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La alusión al tema marino se recrea, además, mediante un mural que  reproduce la ciudad portuaria de Santander, así como con un galeón y un  velero, manufacturados en detalle por el artista matancero Joel Peláez.  Se añaden al decorado fotos antiguas de anuncios de itinerarios de  vapores españoles de pasaje y carga, muchos de los cuales hacían escala  en La Habana.  
 
La alusión al tema marino se recrea, además, mediante un mural que  reproduce la ciudad portuaria de Santander, así como con un galeón y un  velero, manufacturados en detalle por el artista matancero Joel Peláez.  Se añaden al decorado fotos antiguas de anuncios de itinerarios de  vapores españoles de pasaje y carga, muchos de los cuales hacían escala  en La Habana.  
  

Revisión del 12:35 29 sep 2012

Hotel Hotel Armadores de Santander
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Edificio)
260px
Hotel 4 estrellas
Descripción
Tipo:Edificio
Localización:Calle Luz No. 4 esq. a San Pedro, La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Uso inicial:Diversas actividades de comercio como dulcería, bar, barbería y vidrieras para el cambio de monedas y la venta de tabacos, cigarros y café.
Uso actual:Hotel

Hotel Armadores de Santander. Situado frente a la bahía de La Habana, en la intersección de las calles Luz y San Pedro (Avenida del Puerto) en la Habana Vieja, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Ocupa tres inmuebles de diferentes épocas y estilos, los cuales fueron sometidos a un proceso de rehabilitación para adecuarlos a su función como hotel. Restaurado en el año 2002, el nuevo proyecto permitió evocar en sus motivos y decoración la provincia marítima española del mismo nombre.

Historia

Aún se conservan grabadas en la puerta de madera de la entrada principal sus iniciales J. C. y en la parte superior de la fachada, esculpido en bajo relieve, una réplica del escudo de la ciudad natal.

Sus inicios

Antes de 1897 en este terreno existían dos viviendas: una de ellas la ocupaba el santanderino Ramón Herrera y Sancibrián, reconocido armador de buques, a quien por Real Despacho del 20 de enero de 1876 se le concedió el título de conde de la Mortera.

Hacia 1884 la línea de vapores de Herrera tenía sus oficinas en uno de esos inmuebles, situado en la calle San Pedro No. 26, donde permaneció durante varios años. Continuadores de la tradición, los sucesores y herederos del Conde permanecieron allí con su empresa de vapores, correos y transportes militares.

Los Herrera ocuparon el inmueble hasta inicios de los años 90 del siglo XIX, cuando compraron el de la calle San Pedro esquina a Sol, conocido como «La casa del conde de la Mortera».

En aquellos terrenos de la calle Luz, donde los condes tuvieron su domicilio y empresa de vapores, José Cabrero Mier alza en 1897 el inmueble que constituye el actual edificio principal del hotel Armadores de Santander.

Años después, de 1903 a 1909, en la planta alta de este edificio se estableció el Centro Balear, asociación de beneficencia y auxilios mutuos de residentes españoles. Mientras la planta baja fue arrendada para diversas actividades de comercio como dulcería, bar, barbería y vidrieras para el cambio de monedas y la venta de tabacos, cigarros y café. Este inmueble perteneció hasta 1944 a los descendientes de Cabrero Mier.

El edificio contiguo al principal, ubicado en la calle San Pedro, fue comprado también por el comerciante santanderino en 1900 y luego pasó a propiedad de sus herederos hasta 1920.

Se conoce que desde finales del siglo XIX aquí funcionaba una fonda y en su planta baja radicaban diversos tipos de comercios como vidrieras de tabacos y cigarros, café-cantina, bar y otros. En 1899, el edificio fue arrendado a José Moure García, quien poco tiempo después instaló allí una posada denominada Las Cuatro Naciones.

Entrado el siglo XX en los altos de la edificación se estableció el Centro Balear, asociación de beneficencia de residentes españoles. La planta baja la ocuparon diferentes establecimientos comerciales. Permaneció en poder de la familia Cabrero Mier hasta la década del 40 de ese siglo.

En la tercera propiedad que conforma el hotel Armadores de Santander radicó, desde los primeros años del siglo XX y hasta mediados de la década del treinta, el hotel, café, restaurante y lunch El Universo, propiedad de don José Cuenco Bodes. Después su planta alta se utilizó como casa de huéspedes y posada. La planta baja fue empleada para comercios de diversa índole: vidrieras para la venta de tabacos y cigarros, cambio de monedas, café-cantina, restaurante y venta de dulces.

Restitución de los inmuebles

El proceso de restauración emprendido de 1999 a 2002 por la Oficina del Historiador de la Ciudad, logró integrar funcionalmente tres edificaciones: dos de ellas con disímiles estilos arquitectónicos y la otra reconstruida en su totalidad.

En la actualidad, se reconocen por los diferentes colores de sus fachadas, pues cada inmueble tiene uno que lo particulariza en su conjunto. En la construcción principal se empleó el color piedra; en la aledaña, el sepia –ambos tonos se corresponden con los que poseían originalmente–, y en la otra, azul claro. La intención de lograr integrar las edificaciones, no impidió que se respetaran sus sellos distintivos.

Además de las iniciales J.C. de su primer propietario, José Cabrero, en la puerta de madera que da acceso al lobby, en el transcurso de la restauración se pudieron rescatar otros elementos originales de la antigua construcción, como son: la escalera principal de mármol de Carrara con baranda también de mármol y hierro fundido, la cúpula central con sus pinturas, varias paredes testigos en habitaciones, y las columnas interiores del bar y del lobby.

La carpintería y la cristalería de la persianería francesa fueron componentes que se perdieron con el transcurso del tiempo; por eso se restablecieron a imagen de las de antaño, al igual que el piso de torcho de hormigón del portal y las vigas de madera de su techo. También se restituyó el diseño primigenio de los vanos de la fachada.

Uno de los motivos distintivos del hotel es el escudo de la ciudad de Santander que remata la fachada del edificio principal, el cual fue rescatado al igual que la cúpula interior y el techo casetonado de madera con estilo ecléctico del hall.

En general, el diseño y ambiente interior y exterior de los edificios se mantuvo de acuerdo a los estilos originales, aunque logró enriquecer la armonía arquitectónica y decorativa del actual hotel.

Características del hotel

Logo del Hotel Armadores de Santander.
El edificio principal, con su frente a la calle Luz, fue construido en 1897 por José Cabrero Mier, natural de Santander.

El motivo marino personaliza al hotel, pues se ha tomado como referencia la relación de su historia con la ciudad española y su entorno frente a la bahía. Por ello en su ambiente interior se conjugan armónicamente el tópico marítimo y los elementos de época que aluden al siglo en que se edificaron los inmuebles que constituyen el actual parador.

Los colores seleccionados para lograr una atmósfera marina son, en lo fundamental, las tonalidades entre el verde y el azul, como demuestran los pisos del restaurante Cantabria y del lobby-bar La Marina, donde los tonos y los dibujos de las losas simulan el movimiento de las olas.

Suite del hotel.

La alusión al tema marino se recrea, además, mediante un mural que reproduce la ciudad portuaria de Santander, así como con un galeón y un velero, manufacturados en detalle por el artista matancero Joel Peláez. Se añaden al decorado fotos antiguas de anuncios de itinerarios de vapores españoles de pasaje y carga, muchos de los cuales hacían escala en La Habana.

Por su parte, el diseño interior del restaurante Cantabria simula los salones de lujo de los vapores de transporte de pasajeros de principios de la década del 20 del pasado siglo. Esto se aprecia en su techo de casetones de madera, dispuesto con luces insertadas en pequeños conos, y en las curiosas lamparitas en sus paredes que simulan un camarote de navío, a lo que se suma la vista al mar que se tiene desde sus amplios ventanales de cristal.

Murales de madera que recrean la ciudad española y su escudo, además de piezas de barcos y herramientas de trabajo de antiguos armadores realizados por el escultor Regi Soler, constituyen otros elementos que complementan el mobiliario.

La distinción del Cantabria se reconoce en la elaboración de platos típicos de Santander y de la cocina internacional.

En las 39 habitaciones del hotel también el asunto marino forma parte de su diseño, sobre todo en el moblaje y en los elementos decorativos.

Fuentes