Diferencia entre revisiones de «Herman Norrman»
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Herman Norrman llega a [[Nueva York]] entre octubre de [[1887]] y vuelve a [[Europa]] vía [[París]] en algún momento de la primavera de [[1891]]. El retrato que hizo de Martí no está fechado, pues ésa era, lamentablemente, una mala costumbre que el pintor no empezó a corregir hasta mucho después. En París estuvo un año pintando, aprendiendo, pasando hambre y vagabundeando, hasta que regresó a su pueblo natal. Allí vivió el resto de su vida trabajando como ebanista y decorador de muebles, en un taller de carpintería donde era decorador, tallador y tornero. Laboraba hasta muy tarde, de modo que sólo podía pintar por las tardes y de noche. No es extraño, pues, que muchos de sus paisajes tengan el colorido cobrizo del sol poniente del Norte, que tiñe a la naturaleza de un matiz rojizo. De ahí que sus lagunas parezcan llenas de un fuego líquido y estancado. Aunque tuvo dos mecenas importantes que lo admiraron y lo ayudaron, principalmente la pintora [[Eva Bonnier]] (1857-1909) y el [[Príncipe Eugenio]] (1884-1965), Herman Norrman nunca logró vivir de su pintura. | Herman Norrman llega a [[Nueva York]] entre octubre de [[1887]] y vuelve a [[Europa]] vía [[París]] en algún momento de la primavera de [[1891]]. El retrato que hizo de Martí no está fechado, pues ésa era, lamentablemente, una mala costumbre que el pintor no empezó a corregir hasta mucho después. En París estuvo un año pintando, aprendiendo, pasando hambre y vagabundeando, hasta que regresó a su pueblo natal. Allí vivió el resto de su vida trabajando como ebanista y decorador de muebles, en un taller de carpintería donde era decorador, tallador y tornero. Laboraba hasta muy tarde, de modo que sólo podía pintar por las tardes y de noche. No es extraño, pues, que muchos de sus paisajes tengan el colorido cobrizo del sol poniente del Norte, que tiñe a la naturaleza de un matiz rojizo. De ahí que sus lagunas parezcan llenas de un fuego líquido y estancado. Aunque tuvo dos mecenas importantes que lo admiraron y lo ayudaron, principalmente la pintora [[Eva Bonnier]] (1857-1909) y el [[Príncipe Eugenio]] (1884-1965), Herman Norrman nunca logró vivir de su pintura. | ||
==Historia del retrato de Martí== | ==Historia del retrato de Martí== | ||
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==Muerte== | ==Muerte== | ||
Revisión del 14:29 30 ene 2023
Herman Norrman | |
|---|---|
| Datos personales | |
| Nacimiento | 5 de agosto de 1864 |
| Fallecimiento | 24 de agosto de 1906 Tranås, |
| Nacionalidad | Sueca |
| Ocupación | Pintor |
| Datos artísticos | |
| Área | Pintura |
Herman Norrman. Fue un pintor sueco de gran talento que realizó el único retrato que existe de José Martí, pintado del natural que se encuentra en el Museo Casa Natal de José Martí.
Síntesis biográfica
Norrman nació en el seno de una familia pobre en el pequeño pueblo de Tranås, en los extensos bosques de Småland, en 1864. Tanto el padre como el abuelo paterno de Norrman eran curtidores: aldeanos sencillos y rudos, habituados al trabajo duro y las penalidades. Sus ancestros fueron todos, sin excepción, campesinos pobres. La comarca que rodea al pueblo de Tranås está rodeada de bosques tupidos y dos lagos enormes, el Vettern y el Sommen, en el que confluyen riachuelos y arroyos cuya belleza cristalina fascinaron al pintor desde su infancia. Norrman se convirtió en un agudo observador del bosque bajo los cambios de luz, y desde muy joven era capaz de pintar de memoria, y con gran precisión, los robles, los abedules, los pinos y los abetos, y de reproducir la frescura agreste del follaje.
Herman Norrman llega a Nueva York entre octubre de 1887 y vuelve a Europa vía París en algún momento de la primavera de 1891. El retrato que hizo de Martí no está fechado, pues ésa era, lamentablemente, una mala costumbre que el pintor no empezó a corregir hasta mucho después. En París estuvo un año pintando, aprendiendo, pasando hambre y vagabundeando, hasta que regresó a su pueblo natal. Allí vivió el resto de su vida trabajando como ebanista y decorador de muebles, en un taller de carpintería donde era decorador, tallador y tornero. Laboraba hasta muy tarde, de modo que sólo podía pintar por las tardes y de noche. No es extraño, pues, que muchos de sus paisajes tengan el colorido cobrizo del sol poniente del Norte, que tiñe a la naturaleza de un matiz rojizo. De ahí que sus lagunas parezcan llenas de un fuego líquido y estancado. Aunque tuvo dos mecenas importantes que lo admiraron y lo ayudaron, principalmente la pintora Eva Bonnier (1857-1909) y el Príncipe Eugenio (1884-1965), Herman Norrman nunca logró vivir de su pintura.
Historia del retrato de Martí
Ese fue el breve lapso de tiempo en el que el joven sueco permaneció en Nueva York. Debido a la afición por la pintura, Martí lo descubre en la bohemia neoyorquina y le sirvió como modelo. Este pequeño retrato al óleo que lo representa sentado a su mesa de trabajo, en su histórico despacho de 120 Front St., en New York, da una idea cabal y justa del Apóstol. El retrato no está fechado, pues ésa era, lamentablemente, una mala costumbre que el pintor no empezó a corregir hasta mucho después.
Muerte
Herman Norrman falleció en su aldea de Tranås en 1906, o sea a los 42 años.