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| − | == El santo evangelio de [[Jesucristo]] según [[San Mateo]]==
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| − | ===Mateo 1===
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| − | 1 Libro de la generación de [[Jesucristo]], hijo de [[David]], hijo de [[Abraham]]:
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| − | 2 [[Abraham]] engendró a [[Isaac]], Isaac engendró a [[Jacob]], Jacob engendró a [[Judá]] y a sus hermanos,
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| − | 3 Judá engendró, de [[Tamar]], a [[Fares]] y a [[Zara]], Fares engendró a [[Esrom]], [[Esrom]] engendró a [[Aram]],
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| − | 4 Aram engendró a [[Aminadab]], [[Aminadab]] engendró a [[Naassón]], Naassón engendró a [[Salmón]],
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| − | 5 Salmón engendró, de [[Rajab]], a [[Booz]], Booz engendró, de [[Rut]], a [[Obed]], [[Obed]] engendró a [[Jesé]],
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| − | 6 Jesé engendró al rey David. David engendró, de la que fue mujer de [[Urías]], a [[Salomón]],
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| − | 7 [[Salomón]] engendró a [[Roboam]], [[Roboam]] engendró a [[Abiá]], [[Abiá]] engendró a [[Asaf]],
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| − | 8 [[Asaf]] engendró a [[Josafat]], [[Josafat]] engendró a [[Joram]], [[Joram]] engendró a [[Ozías]],
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| − | 9 [[Ozías]] engendró a [[Joatam]], [[Joatam]] engendró a [[Acaz]], [[Acaz]] engendró a [[Ezequías]],
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| − | 10 [[Ezequías]] engendró a [[Manasés]], [[Manasés]] engendró a [[Amón]], [[Amón]] engendró a [[Josías]],
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| − | 11 [[Josías]] engendró a [[Jeconías]] y a sus hermanos, cuando la deportación a [[Babilonia]].
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| − | 12 Después de la deportación a [[Babilonia]], [[Jeconías]] engendró a [[Salatiel]], [[Salatiel]] engendró a
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| − | [[Zorobabel]],
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| − | 13 [[Zorobabel]] engendró a [[Abiud]], [[Abiud]] engendró a [[Eliakim]], [[Eliakim]] engendró a [[Azor]],
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| − | 14 [[Azor]] engendró a [[Sadoq]], [[Sadoq]] engendró a [[Aquim]], [[Aquim]] engendró a [[Eliud]],
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| − | 15 [[Eliud]] engendró a [[Eleazar]], [[Eleazar]] engendró a [[Mattán]], [[Mattán]] engendró a [[Jacob]],
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| − | 16 y [[Jacob]] engendró a [[José]], el esposo de [[María]], de la que nació [[Jesús]], llamado [[Cristo]].
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| − | 17 Así que el total de las generaciones son: desde [[Abraham]] hasta [[David]], catorce generaciones;
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| − | desde [[David]] hasta la deportación a [[Babilonia]], catorce generaciones; desde la deportación a
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| − | [[Babilonia]] hasta [[Cristo]], catorce generaciones.
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| − | 18 La generación de [[Jesucristo]] fue de esta manera: Su madre, [[María]], estaba desposada con [[José]] y,
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| − | antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del [[Espíritu Santo]].
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| − | 19 Su marido [[José]], como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
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| − | 20 Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «[[José]], hijo
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| − | de [[David]], no temas tomar contigo a [[María]] tu mujer porque lo engendrado en ella es del
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| − | [[Espíritu Santo]].
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| − | 21 Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre [[Jesús]], porque él salvará a su pueblo de sus
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| − | pecados.»
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| − | 22 Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta:
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| − | 23 = Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre [[Emmanuel]], = que
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| − | traducido significa: «[[Dios]] con nosotros.»
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| − | 24 Despertado [[José]] del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a
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| − | su mujer.
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| − | 25 Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre [[Jesús]].
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| − | ===Mateo 2===
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| − | 1 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente
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| − | se presentaron en Jerusalén,
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| − | 2 diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y
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| − | hemos venido a adorarle.»
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| − | 3 En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén.
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| − | 4 Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando
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| − | del lugar donde había de nacer el Cristo.
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| − | 5 Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta:
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| − | 6 = Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de
| |
| − | ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.» =
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| − | 7 Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la
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| − | estrella.
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| − | 8 Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le
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| − | encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.»
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| − | 9 Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el
| |
| − | Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño.
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| − | 10 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.
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| − | 11 Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron
| |
| − | luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.
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| − | 12 Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.
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| − | 13 Después que ellos se retiraron, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
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| − | «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga.
| |
| − | Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.»
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| − | 14 El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto;
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| − | 15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio
| |
| − | del profeta: = De Egipto llamé a mi hijo. =
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| − | 16 Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y
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| − | envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el
| |
| − | tiempo que había precisado por los magos.
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| − | 17 Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías:
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| − | 18 = Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no
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| − | quiere consolarse, porque ya no existen. =
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| − | 19 Muerto Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo:
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| − | 20 «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya
| |
| − | han muerto los que buscaban la vida del niño.»
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| − | 21 El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel.
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| − | 22 Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo
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| − | de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea,
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| − | 23 y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: =
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| − | Será llamado Nazareno.
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| − | ===Mateo 3===
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| − | 1 Por aquellos días aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea:
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| − | 2 «Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos.»
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| − | 3 Este es aquél de quien habla el profeta Isaías cuando dice: = Voz del que clama en el desierto:
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| − | Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. =
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| − | 4 Tenía Juan su vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a sus lomos, y su
| |
| − | comida eran langostas y miel silvestre.
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| − | 5 Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán,
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| − | 6 y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
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| − | 7 Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os
| |
| − | ha enseñado a huir de la ira inminente?
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| − | 8 Dad, pues, fruto digno de conversión,
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| − | 9 y no creáis que basta con decir en vuestro interior: "Tenemos por padre a Abraham"; porque os
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| − | digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham.
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| − | 10 Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y
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| − | arrojado al fuego.
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| − | 11 Yo os bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo,
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| − | y no soy digno de llevarle las sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
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| − | 12 En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la
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| − | quemará con fuego que no se apaga.»
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| − | 13 Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él.
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| − | 14 Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: «Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú
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| − | vienes a mí?»
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| − | 15 Jesús le respondió: «Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia.» Entonces le
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| − | dejó.
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| − | 16 Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios
| |
| − | que bajaba en forma de paloma y venía sobre él.
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| − | 17 Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.»
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| − | ===Mateo 4===
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| − | 1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
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| − | 2 Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre.
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| − | 3 Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en
| |
| − | panes.»
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| − | 4 Mas él respondió: «Está escrito: = No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale
| |
| − | de la boca de Dios.» =
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| − | 5 Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo,
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| − | 6 y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: = A sus ángeles te encomendará,
| |
| − | y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna.» =
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| − | 7 Jesús le dijo: «También está escrito: = No tentarás al Señor tu Dios.» =
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| − | 8 Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su
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| − | gloria,
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| − | 9 y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras.»
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| − | 10 Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: = Al Señor tu Dios adorarás, y
| |
| − | sólo a él darás culto.» =
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| − | 11 Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.
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| − | 12 Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea.
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| − | 13 Y dejando Nazará, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí;
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| − | 14 para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías:
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| − | 15 = ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles!
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| − | 16 = El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de
| |
| − | sombras de muerte una luz les ha amanecido. =
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| − | 17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha
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| − | llegado.»
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| − | 18 Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su
| |
| − | hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores,
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| |
| − | 19 y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.»
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| − | 20 Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron.
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| − | 21 Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que
| |
| − | estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó.
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| |
| − | 22 Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.
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| − | 23 Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del
| |
| − | Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
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| − | 24 Su fama llegó a toda Siria; y le trajeron todos los que se encontraban mal con enfermedades y
| |
| − | sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curó.
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| − | 25 Y le siguió una gran muchedumbre de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del
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| − | Jordán.
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| − | ===Mateo 5===
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| − | 1 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.
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| − | 2 Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
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| − | 3 «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
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| − | 4 Bienaventurados = los mansos =, porque = ellos poseerán en herencia la tierra. =
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| − | 5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
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| − | 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
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| − | 7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
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| − | 8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
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| − | 9 Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
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| − | 10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
| |
| − | Cielos.
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| − | 11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal
| |
| − | contra vosotros por mi causa.
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| − | 12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma
| |
| − | manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
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| − | 13 «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve
| |
| − | para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
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| − |
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| − | 14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.
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| − |
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| − | 15 Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero,
| |
| − | para que alumbre a todos los que están en la casa.
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| − | 16 Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a
| |
| − | vuestro Padre que está en los cielos.
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| − |
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| − | 17 «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar
| |
| − | cumplimiento.
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| − |
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| − | 18 Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que
| |
| − | todo suceda.
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| − |
| |
| − | 19 Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los
| |
| − | hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe,
| |
| − | ése será grande en el Reino de los Cielos.
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| − |
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| − | 20 «Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis
| |
| − | en el Reino de los Cielos.
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| − | 21 «Habéis oído que se dijo a los antepasados: = No matarás; = y aquel que mate será reo ante el
| |
| − | tribunal.
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| − |
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| − | 22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero
| |
| − | el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo
| |
| − | de la gehenna de fuego.
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| − |
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| − | 23 Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene
| |
| − | algo contra ti,
| |
| − |
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| − | 24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves
| |
| − | y presentas tu ofrenda.
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| − |
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| − | 25 Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu
| |
| − | adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
| |
| − |
| |
| − | 26 Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.
| |
| − |
| |
| − | 27 «Habéis oído que se dijo: = No cometerás adulterio. =
| |
| − |
| |
| − | 28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su
| |
| − | corazón.
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| − |
| |
| − | 29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que
| |
| − | se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.
| |
| − |
| |
| − | 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se
| |
| − | pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.
| |
| − |
| |
| − | 31 «También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. =
| |
| − |
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| − | 32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser
| |
| − | adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.
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| − |
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| − | 33 «Habéis oído también que se dijo a los antepasados: = No perjurarás, sino que cumplirás al
| |
| − | Señor tus juramentos. =
| |
| − |
| |
| − | 34 Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el = Cielo =, porque es = el trono de Dios, =
| |
| − |
| |
| − | 35 ni por = la Tierra, = porque es = el escabel de sus pies; = ni por = Jerusalén =, porque es = la
| |
| − | ciudad del gran rey. =
| |
| − |
| |
| − | 36 Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o
| |
| − | negro.
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| − |
| |
| − | 37 Sea vuestro lenguaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.
| |
| − |
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| − | 38 «Habéis oído que se dijo: = Ojo por ojo y diente por diente. =
| |
| − |
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| − | 39 Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele
| |
| − | también la otra:
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| − |
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| − | 40 al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto;
| |
| − |
| |
| − | 41 y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.
| |
| − |
| |
| − | 42 A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
| |
| − |
| |
| − | 43 «Habéis oído que se dijo: = Amarás a tu prójimo = y odiarás a tu enemigo.
| |
| − |
| |
| − | 44 Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,
| |
| − |
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| − | 45 para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y
| |
| − | llover sobre justos e injustos.
| |
| − |
| |
| − | 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo
| |
| − | también los publicanos?
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| − |
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| − | 47 Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo
| |
| − | también los gentiles?
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| − |
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| − | 48 Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 6===
| |
| − |
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| − | 1 «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo
| |
| − | contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
| |
| − |
| |
| − | 2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas
| |
| − | en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que
| |
| − | ya reciben su paga.
| |
| − |
| |
| − | 3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
| |
| − |
| |
| − | 4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
| |
| − |
| |
| − | 5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las
| |
| − | esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya
| |
| − | reciben su paga.
| |
| − |
| |
| − | 6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, = entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora =
| |
| − | a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
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| − |
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| − | 7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser
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| − | escuchados.
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| − |
| |
| − | 8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
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| − |
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| − | 9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
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| − |
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| − | 10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
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| − |
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| − | 11 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
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| − |
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| − | 12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
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| − |
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| − | 13 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
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| − |
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| − | 14 «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
| |
| − | Padre celestial;
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| − |
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| − | 15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
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| − |
| |
| − | 16 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que
| |
| − | los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.
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| − |
| |
| − | 17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
| |
| − |
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| − | 18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y
| |
| − | tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
| |
| − |
| |
| − | 19 «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones
| |
| − | que socavan y roban.
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| − |
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| − | 20 Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni
| |
| − | ladrones que socaven y roben.
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| − |
| |
| − | 21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
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| − |
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| − | 22 «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso;
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| − |
| |
| − | 23 pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad,
| |
| − | ¡qué oscuridad habrá!
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| − |
| |
| − | 24 Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará
| |
| − | a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.
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| − |
| |
| − | 25 «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo,
| |
| − | con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
| |
| − |
| |
| − | 26 Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre
| |
| − | celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
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| − |
| |
| − | 27 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la
| |
| − | medida de su vida?
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| − |
| |
| − | 28 Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se
| |
| − | fatigan, ni hilan.
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| − |
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| − | 29 Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.
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| − |
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| − | 30 Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo
| |
| − | hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?
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| − |
| |
| − | 31 No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué
| |
| − | vamos a vestirnos?
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| − |
| |
| − | 32 Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis
| |
| − | necesidad de todo eso.
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| − |
| |
| − | 33 Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.
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| − |
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| − | 34 Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene
| |
| − | bastante con su propio mal.
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| − |
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| − | ===Mateo 7===
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| − |
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| − | 1 «No juzguéis, para que no seáis juzgados.
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| − |
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| − | 2 Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os
| |
| − | medirá.
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| − |
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| − | 3 ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en
| |
| − | tu ojo?
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| − |
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| − | 4 ¿O cómo vas a decir a tu hermano: "Deja que te saque la brizna del ojo", teniendo la viga en el
| |
| − | tuyo?
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| − |
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| − | 5 Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu
| |
| − | hermano.
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| − |
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| − | 6 «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que
| |
| − | las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen.
| |
| − |
| |
| − | 7 «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
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| − |
| |
| − | 8 Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá.
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| − |
| |
| − | 9 ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra;
| |
| − |
| |
| − | 10 o si le pide un pez, le dé una culebra?
| |
| − |
| |
| − | 11 Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro
| |
| − | Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!
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| − |
| |
| − | 12 «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos;
| |
| − | porque ésta es la Ley y los Profetas.
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| − |
| |
| − | 13 «Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la
| |
| − | perdición, y son muchos los que entran por ella;
| |
| − |
| |
| − | 14 mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo
| |
| − | encuentran.
| |
| − |
| |
| − | 15 «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por
| |
| − | dentro son lobos rapaces.
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| − |
| |
| − | 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
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| − |
| |
| − | 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.
| |
| − |
| |
| − | 18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos.
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| − |
| |
| − | 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego.
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| − |
| |
| − | 20 Así que por sus frutos los reconoceréis.
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| − |
| |
| − | 21 «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la
| |
| − | voluntad de mi Padre celestial.
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| − |
| |
| − | 22 Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre
| |
| − | expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?"
| |
| − |
| |
| − | 23 Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; = apartaos de mí, agentes de iniquidad!" =
| |
| − |
| |
| − | 24 «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre
| |
| − | prudente que edificó su casa sobre roca:
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| − |
| |
| − | 25 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero
| |
| − | ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
| |
| − |
| |
| − | 26 Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre
| |
| − | insensato que edificó su casa sobre arena:
| |
| − |
| |
| − | 27 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó,
| |
| − | y fue grande su ruina.»
| |
| − |
| |
| − | 28 Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina;
| |
| − |
| |
| − | 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 8===
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| − |
| |
| − | 1 Cuando bajó del monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre.
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| − |
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| − | 2 En esto, un leproso se acercó y se postró ante él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme.»
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| − |
| |
| − | 3 El extendió la mano, le tocó y dijo: «Quiero, queda limpio.» Y al instante quedó limpio de su lepra.
| |
| − |
| |
| − | 4 Y Jesús le dice: «Mira, no se los digas a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y presenta la
| |
| − | ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio.
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| − |
| |
| − | 5 Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó
| |
| − |
| |
| − | 6 diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.»
| |
| − |
| |
| − | 7 Dícele Jesús: «Yo iré a curarle.»
| |
| − |
| |
| − | 8 Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de
| |
| − | palabra y mi criado quedará sano.
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| − |
| |
| − | 9 Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y
| |
| − | va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.»
| |
| − |
| |
| − | 10 Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he
| |
| − | encontrado en nadie una fe tan grande.
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| − |
| |
| − | 11 Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham,
| |
| − | Isaac y Jacob en el reino de los Cielos,
| |
| − |
| |
| − | 12 mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el
| |
| − | rechinar de dientes.»
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| − |
| |
| − | 13 Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído.» Y en aquella hora sanó el
| |
| − | criado.
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| − |
| |
| − | 14 Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre.
| |
| − |
| |
| − | 15 Le tocó la mano y la fiebre la dejó; y se levantó y se puso a servirle.
| |
| − |
| |
| − | 16 Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó
| |
| − | a todos los enfermos,
| |
| − |
| |
| − | 17 para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: = El tomó nuestras flaquezas y cargó con
| |
| − | nuestras enfermedades. =
| |
| − |
| |
| − | 18 Viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra orilla.
| |
| − |
| |
| − | 19 Y un escriba se acercó y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.»
| |
| − |
| |
| − | 20 Dícele Jesús: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no
| |
| − | tiene donde reclinar la cabeza.»
| |
| − |
| |
| − | 21 Otro de los discípulos le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
| |
| − |
| |
| − | 22 Dícele Jesús: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.»
| |
| − |
| |
| − | 23 Subió a la barca y sus discípulos le siguieron.
| |
| − |
| |
| − | 24 De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las
| |
| − | olas; pero él estaba dormido.
| |
| − |
| |
| − | 25 Acercándose ellos le despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!»
| |
| − |
| |
| − | 26 Díceles: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?» Entonces se levantó, increpó a los
| |
| − | vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza.
| |
| − |
| |
| − | 27 Y aquellos hombres, maravillados, decían: «¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le
| |
| − | obedecen?»
| |
| − |
| |
| − | 28 Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados
| |
| − | que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino.
| |
| − |
| |
| − | 29 Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para
| |
| − | atormentarnos antes de tiempo?»
| |
| − |
| |
| − | 30 Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo.
| |
| − |
| |
| − | 31 Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos.»
| |
| − |
| |
| − | 32 El les dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al
| |
| − | mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas.
| |
| − |
| |
| − | 33 Los porqueros huyeron, y al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los
| |
| − | endemoniados.
| |
| − |
| |
| − | 34 Y he aquí que toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase
| |
| − | de su término.
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 9===
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| − |
| |
| − | 1 Subiendo a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad.
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| − |
| |
| − | 2 En esto le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al
| |
| − | paralítico: «¡ Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados.»
| |
| − |
| |
| − | 3 Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí: «Este está blasfemando.»
| |
| − |
| |
| − | 4 Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: «¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es
| |
| − | más fácil, decir: "Tus pecados te son perdonados", o decir:
| |
| − |
| |
| − | 5 "Levántate y anda"?
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| − |
| |
| − | 6 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice
| |
| − | entonces al paralítico -: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".»
| |
| − |
| |
| − | 7 El se levantó y se fue a su casa.
| |
| − |
| |
| − | 8 Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.
| |
| − |
| |
| − | 9 Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de
| |
| − | impuestos, y le dice: «Sígueme.» El se levantó y le siguió.
| |
| − |
| |
| − | 10 Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores,
| |
| − | y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos.
| |
| − |
| |
| − | 11 Al verlo los fariseos decían a los discípulos: «¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos
| |
| − | y pecadores?»
| |
| − |
| |
| − | 12 Mas él, al oírlo, dijo: «No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal.
| |
| − |
| |
| − | 13 Id, pues, a aprender qué significa aquello de: = Misericordia quiero, que no sacrificio. = Porque
| |
| − | no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»
| |
| − |
| |
| − | 14 Entonces se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: «¿Por qué nosotros y los fariseos
| |
| − | ayunamos, y tus discípulos no ayunan?»
| |
| − |
| |
| − | 15 Jesús les dijo: «Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con
| |
| − | ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán.
| |
| − |
| |
| − | 16 Nadie echa un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, porque lo añadido tira del
| |
| − | vestido, y se produce un desgarrón peor.
| |
| − |
| |
| − | 17 Ni tampoco se echa vino nuevo en pellejos viejos; pues de otro modo, los pellejos revientan, el
| |
| − | vino se derrama, y los pellejos se echan a perder; sino que el vino nuevo se echa en pellejos nuevos,
| |
| − | y así ambos se conservan.»
| |
| − |
| |
| − | 18 Así les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante él diciendo: «Mi hija
| |
| − | acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá.»
| |
| − |
| |
| − | 19 Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos.
| |
| − |
| |
| − | 20 En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y
| |
| − | tocó la orla de su manto.
| |
| − |
| |
| − | 21 Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré.»
| |
| − |
| |
| − | 22 Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado.» Y se salvó la mujer desde
| |
| − | aquel momento.
| |
| − |
| |
| − | 23 Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando,
| |
| − |
| |
| − | 24 decía: «¡Retiraos! La muchacha no ha muerto; está dormida.» Y se burlaban de él.
| |
| − |
| |
| − | 25 Mas, echada fuera la gente, entró él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó.
| |
| − |
| |
| − | 26 Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.
| |
| − |
| |
| − | 27 Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros,
| |
| − | Hijo de David!»
| |
| − |
| |
| − | 28 Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?»
| |
| − | Dícenle: «Sí, Señor.»
| |
| − |
| |
| − | 29 Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe.»
| |
| − |
| |
| − | 30 Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!»
| |
| − |
| |
| − | 31 Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.
| |
| − |
| |
| − | 32 Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado.
| |
| − |
| |
| − | 33 Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio
| |
| − | cosa igual en Israel.»
| |
| − |
| |
| − | 34 Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios.»
| |
| − |
| |
| − | 35 Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena
| |
| − | Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia.
| |
| − |
| |
| − | 36 Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como
| |
| − | ovejas que no tienen pastor.
| |
| − |
| |
| − | 37 Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos.
| |
| − |
| |
| − | 38 Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.»
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 10===
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| − |
| |
| − | 1 Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y
| |
| − | para curar toda enfermedad y toda dolencia.
| |
| − |
| |
| − | 2 Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano
| |
| − | Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan;
| |
| − |
| |
| − | 3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo;
| |
| − |
| |
| − | 4 Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó.
| |
| − |
| |
| − | 5 A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni
| |
| − | entréis en ciudad de samaritanos;
| |
| − |
| |
| − | 6 dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
| |
| − |
| |
| − | 7 Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca.
| |
| − |
| |
| − | 8 Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis;
| |
| − | dadlo gratis.
| |
| − |
| |
| − | 9 No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas;
| |
| − |
| |
| − | 10 ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su
| |
| − | sustento.
| |
| − |
| |
| − | 11 «En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta
| |
| − | que salgáis.
| |
| − |
| |
| − | 12 Al entrar en la casa, saludadla.
| |
| − |
| |
| − | 13 Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros.
| |
| − |
| |
| − | 14 Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad aquella
| |
| − | sacudiendo el polvo de vuestros pies.
| |
| − |
| |
| − | 15 Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para
| |
| − | aquella ciudad.
| |
| − |
| |
| − | 16 «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las
| |
| − | serpientes, y sencillos como las palomas.
| |
| − |
| |
| − | 17 Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas;
| |
| − |
| |
| − | 18 y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y
| |
| − | ante los gentiles.
| |
| − |
| |
| − | 19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que
| |
| − | hablar se os comunicará en aquel momento.
| |
| − |
| |
| − | 20 Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en
| |
| − | vosotros.
| |
| − |
| |
| − | 21 «Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los
| |
| − | matarán.
| |
| − |
| |
| − | 22 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se
| |
| − | salvará.
| |
| − |
| |
| − | 23 «Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a
| |
| − | otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del
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| − | hombre.
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| − |
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| − | 24 «No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo.
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| − |
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| − | 25 Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al dueño de la casa le
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| − | han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a sus domésticos!
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| − |
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| − | 26 «No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto
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| − | que no haya de saberse.
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| − |
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| − | 27 Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo
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| − | desde los terrados.
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| − |
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| − | 28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel
| |
| − | que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
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| − |
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| − | 29 ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el
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| − | consentimiento de vuestro Padre.
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| − |
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| − | 30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
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| − |
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| − | 31 No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
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| − |
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| − | 32 «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi
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| − | Padre que está en los cielos;
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| − |
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| − | 33 pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los
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| − | cielos.
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| − |
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| − | 34 «No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada.
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| − |
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| − | 35 Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su
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| − | suegra;
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| − |
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| − | 36 y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.
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| − |
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| − | 37 «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a
| |
| − | su hija más que a mí, no es digno de mí.
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| − |
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| − | 38 El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí.
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| − |
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| − | 39 El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
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| − |
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| − | 40 «Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha
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| − | enviado.
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| − |
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| − | 41 «Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un
| |
| − | justo por ser justo, recompensa de justo recibirá.
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| − |
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| − | 42 «Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por
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| − | ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa.»
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| − |
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| − | ===Mateo 11===
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| − |
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| − | 1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para
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| − | enseñar y predicar en sus ciudades.
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| − |
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| − | 2 Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle:
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| − |
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| − | 3 «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?»
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| − |
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| − | 4 Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que oís y veis:
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| − |
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| − | 5 los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos
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| − | resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva;
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| − |
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| − | 6 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!»
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| − |
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| − | 7 Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el
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| − | desierto? ¿Una caña agitada por el viento?
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| − |
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| − | 8 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia
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| − | están en los palacios de los reyes.
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| − |
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| − | 9 Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta.
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| − |
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| − | 10 Este es de quien está escrito: = He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará
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| − | por delante tu camino. =
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| − |
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| − | 11 «En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el
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| − | Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.
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| − |
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| − | 12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los
| |
| − | violentos lo arrebatan.
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| − |
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| − | 13 Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron.
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| − |
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| − | 14 Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir.
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| − |
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| − | 15 El que tenga oídos, que oiga.
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| − |
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| − | 16 «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las
| |
| − | plazas, se gritan unos a otros diciendo:
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| − |
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| − | 17 "Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis
| |
| − | lamentado."
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| − |
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| − | 18 Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Demonio tiene."
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| − |
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| − | 19 Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo
| |
| − | de publicanos y pecadores." Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras.»
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| − |
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| − | 20 Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus
| |
| − | milagros, porque no se habían convertido:
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| − |
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| − | 21 «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los
| |
| − | milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido.
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| − |
| |
| − | 22 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras.
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| − |
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| − | 23 Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? = ¡Hasta el Hades te hundirás! = Porque si
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| − | en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy.
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| − |
| |
| − | 24 Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti.»
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| − |
| |
| − | 25 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la
| |
| − | tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
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| − |
| |
| − | 26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
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| − |
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| − | 27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre
| |
| − | le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
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| − |
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| − | 28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
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| − |
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| − | 29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; = y
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| − | hallaréis descanso para vuestras almas. =
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| − |
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| − | 30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
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| − |
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| − | ===Mateo 12===
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| − |
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| − | 1 En aquel tiempo cruzaba Jesús un sábado por los sembrados. Y sus discípulos sintieron hambre y
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| − | se pusieron a arrancar espigas y a comerlas.
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| − |
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| − | 2 Al verlo los fariseos, le dijeron: «Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado.»
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| − |
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| − | 3 Pero él les dijo: «¿No habéis leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y los que le
| |
| − | acompañaban,
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| − |
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| − | 4 cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la Presencia, que no le era lícito comer a
| |
| − | él, ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes?
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| − |
| |
| − | 5 ¿Tampoco habéis leído en la Ley que en día de sábado los sacerdotes, en el Templo, quebrantan
| |
| − | el sábado sin incurrir en culpa?
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| − |
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| − | 6 Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo.
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| − |
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| − | 7 Si hubieseis comprendido lo que significa aquello de: = Misericordia quiero, que no sacrificio, = no
| |
| − | condenaríais a los que no tienen culpa.
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| − |
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| − | 8 Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»
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| − |
| |
| − | 9 Pasó de allí y se fue a la sinagoga de ellos.
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| − |
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| − | 10 Había allí un hombre que tenía una mano seca. Y le preguntaron si era lícito curar en sábado,
| |
| − | para poder acusarle.
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| − |
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| − | 11 El les dijo: «¿Quién de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta cae en un hoyo en sábado, no
| |
| − | la agarra y la saca?
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| − |
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| − | 12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en sábado.»
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| − |
| |
| − | 13 Entonces dice al hombre: «Extiende tu mano.» El la extendió, y quedó restablecida, sana como la
| |
| − | otra.
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| − |
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| − | 14 Pero los fariseos, en cuanto salieron, se confabularon contra él para ver cómo eliminarle.
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| − |
| |
| − | 15 Jesús, al saberlo, se retiró de allí. Le siguieron muchos y los curó a todos.
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| − |
| |
| − | 16 Y les mandó enérgicamente que no le descubrieran;
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| − |
| |
| − | 17 para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías:
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| − |
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| − | 18 = He aquí mi Siervo, a quien elegí, mi Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu
| |
| − | sobre él, y anunciará el juicio a las naciones. =
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| − |
| |
| − | 19 = No disputará ni gritará, ni oirá nadie en las plazas su voz. =
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| − |
| |
| − | 20 = La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante, hasta que lleve a la victoria el
| |
| − | juicio: =
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| − |
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| − | 21 = en su nombre pondrán las naciones su esperanza. =
| |
| − |
| |
| − | 22 Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo. Y le curó, de suerte que el mudo
| |
| − | hablaba y veía.
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| − |
| |
| − | 23 Y toda la gente atónita decía: «¿No será éste el Hijo de David?»
| |
| − |
| |
| − | 24 Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: «Este no expulsa los demonios más que por Beelzebul,
| |
| − | Príncipe de los demonios.»
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| − |
| |
| − | 25 El, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado,
| |
| − | y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir.
| |
| − |
| |
| − | 26 Si Satanás expulsa a Satanás, contra sí mismo está dividido: ¿cómo, pues, va a subsistir su reino?
| |
| − |
| |
| − | 27 Y si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso,
| |
| − | ellos serán vuestros jueces.
| |
| − |
| |
| − | 28 Pero si por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de
| |
| − | Dios.
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| − |
| |
| − | 29 «O, ¿cómo puede uno entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte?
| |
| − | Entonces podrá saquear su casa.
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| − |
| |
| − | 30 «El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.
| |
| − |
| |
| − | 31 «Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia
| |
| − | contra el Espíritu no será perdonada.
| |
| − |
| |
| − | 32 Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra
| |
| − | el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro.
| |
| − |
| |
| − | 33 «Suponed un árbol bueno, y su fruto será bueno; suponed un árbol malo, y su fruto será malo;
| |
| − | porque por el fruto se conoce el árbol.
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| − |
| |
| − | 34 Raza de víboras, ¿cómo podéis vosotros hablar cosas buenas siendo malos? Porque de lo que
| |
| − | rebosa el corazón habla la boca.
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| − |
| |
| − | 35 El hombre bueno, del buen tesoro saca cosas buenas y el hombre malo, del tesoro malo saca
| |
| − | cosas malas.
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| − |
| |
| − | 36 Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta en el día del Juicio.
| |
| − |
| |
| − | 37 Porque por tus palabras serás declarado justo y por tus palabras serás condenado.»
| |
| − |
| |
| − | 38 Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestro, queremos ver una señal hecha
| |
| − | por ti.»
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| − |
| |
| − | 39 Mas él les respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide, y no se le dará otra
| |
| − | señal que la señal del profeta Jonás.
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| − |
| |
| − | 40 Porque de la misma manera que Jonás = estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches,
| |
| − | = así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches.
| |
| − |
| |
| − | 41 Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se
| |
| − | convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
| |
| − |
| |
| − | 42 La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella
| |
| − | vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.
| |
| − |
| |
| − | 43 «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos en busca de
| |
| − | reposo, pero no lo encuentra.
| |
| − |
| |
| − | 44 Entonces dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí." Y al llegar la encuentra desocupada,
| |
| − | barrida y en orden.
| |
| − |
| |
| − | 45 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final
| |
| − | de aquel hombre viene a ser peor que el principio. Así le sucederá también a esta generación
| |
| − | malvada.»
| |
| − |
| |
| − | 46 Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron
| |
| − | fuera y trataban de hablar con él.
| |
| − |
| |
| − | 47 Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte.»
| |
| − |
| |
| − | 48 Pero él respondió al que se lo decía: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»
| |
| − |
| |
| − | 49 Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos.
| |
| − |
| |
| − | 50 Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi
| |
| − | madre.»
| |
| − |
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| − | ===Mateo 13===
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| − |
| |
| − | 1 Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar.
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| − |
| |
| − | 2 Y se reunió tanta gente junto a él, que hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente
| |
| − | quedaba en la ribera.
| |
| − |
| |
| − | 3 Y les habló muchas cosas en parábolas. Decía: «Una vez salió un sembrador a sembrar.
| |
| − |
| |
| − | 4 Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron.
| |
| − |
| |
| − | 5 Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener
| |
| − | hondura de tierra;
| |
| − |
| |
| − | 6 pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron.
| |
| − |
| |
| − | 7 Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron.
| |
| − |
| |
| − | 8 Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta.
| |
| − |
| |
| − | 9 El que tenga oídos, que oiga.»
| |
| − |
| |
| − | 10 Y acercándose los discípulos le dijeron: «¿Por qué les hablas en parábolas?»
| |
| − |
| |
| − | 11 El les respondió: «Es que a vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de los
| |
| − | Cielos, pero a ellos no.
| |
| − |
| |
| − | 12 Porque a quien tiene se le dará y le sobrará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará.
| |
| − |
| |
| − | 13 Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
| |
| − |
| |
| − | 14 En ellos se cumple la profecía de Isaías: = Oír, oiréis, pero no entenderéis, mirar, miraréis, pero
| |
| − | no veréis. =
| |
| − |
| |
| − | 15 = Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han
| |
| − | cerrado; no sea que vean con sus ojos, con sus oídos oigan, con su corazón entiendan y se
| |
| − | conviertan, y yo los sane. =
| |
| − |
| |
| − | 16 «¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!
| |
| − |
| |
| − | 17 Pues os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo
| |
| − | vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron.
| |
| − |
| |
| − | 18 «Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador.
| |
| − |
| |
| − | 19 Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la comprende, que viene el Maligno y
| |
| − | arrebata lo sembrado en su corazón: éste es el que fue sembrado a lo largo del camino.
| |
| − |
| |
| − | 20 El que fue sembrado en pedregal, es el que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría;
| |
| − |
| |
| − | 21 pero no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o
| |
| − | persecución por causa de la Palabra, sucumba enseguida.
| |
| − |
| |
| − | 22 El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero los preocupaciones del
| |
| − | mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto.
| |
| − |
| |
| − | 23 Pero el que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la comprende: éste sí que
| |
| − | da fruto y produce, uno ciento, otro sesenta, otro treinta.»
| |
| − |
| |
| − | 24 Otra parábola les propuso, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que
| |
| − | sembró buena semilla en su campo.
| |
| − |
| |
| − | 25 Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue.
| |
| − |
| |
| − | 26 Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña.
| |
| − |
| |
| − | 27 Los siervos del amo se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo?
| |
| − | ¿Cómo es que tiene cizaña?"
| |
| − |
| |
| − | 28 El les contestó: "Algún enemigo ha hecho esto." Dícenle los siervos: "¿Quieres, pues, que
| |
| − | vayamos a recogerla?"
| |
| − |
| |
| − | 29 Díceles: "No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo.
| |
| − |
| |
| − | 30 Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores:
| |
| − | Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero."»
| |
| − |
| |
| − | 31 Otra parábola les propuso: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que
| |
| − | tomó un hombre y lo sembró en su campo.
| |
| − |
| |
| − | 32 Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las
| |
| − | hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.»
| |
| − |
| |
| − | 33 Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y
| |
| − | la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.»
| |
| − |
| |
| − | 34 Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas,
| |
| − |
| |
| − | 35 para que se cumpliese el oráculo del profeta: = Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que
| |
| − | estaba oculto desde la creación del mundo. =
| |
| − |
| |
| − | 36 Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo:
| |
| − | «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.»
| |
| − |
| |
| − | 37 El respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
| |
| − |
| |
| − | 38 el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del
| |
| − | Maligno;
| |
| − |
| |
| − | 39 el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los
| |
| − | ángeles.
| |
| − |
| |
| − | 40 De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del
| |
| − | mundo.
| |
| − |
| |
| − | 41 El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los
| |
| − | obradores de iniquidad,
| |
| − |
| |
| − | 42 y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
| |
| − |
| |
| − | 43 Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.
| |
| − |
| |
| − | 44 «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un
| |
| − | hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el
| |
| − | campo aquel.»
| |
| − |
| |
| − | 45 «También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas,
| |
| − |
| |
| − | 46 y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
| |
| − |
| |
| − | 47 «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de
| |
| − | todas clases;
| |
| − |
| |
| − | 48 y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los
| |
| − | malos.
| |
| − |
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| − | 49 Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos
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| − |
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| − | 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
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| − | 51 «¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí.»
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| − | 52 Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante
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| − | al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.»
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| − |
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| − | 53 Y sucedió que, cuando acabó Jesús estas parábolas, partió de allí.
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| − | 54 Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: «¿De
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| − | dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?
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| − | 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José,
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| − | Simón y Judas?
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| − | 56 Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?»
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| − | 57 Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa
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| − | carece de prestigio.»
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| − | 58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.
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| − | ===Mateo 14===
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| − | 1 En aquel tiempo se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús,
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| − | 2 y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso
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| − | actúan en él fuerzas milagrosas.»
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| − | 3 Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de
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| − | Herodías, la mujer de su hermano Filipo.
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| − | 4 Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla.»
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| − | 5 Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta.
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| − | 6 Mas llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando
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| − | tanto a Herodes,
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| − | 7 que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese.
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| − | 8 Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».
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| − | 9 Entristecióse el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese,
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| − |
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| − | 10 y envió a decapitar a Juan en la cárcel.
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| − | 11 Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre.
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| − | 12 Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a
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| − | Jesús.
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| − | 13 Al oírlo Jesús, se retiró de allí en una barca, aparte, a un lugar solitario. En cuanto lo supieron las
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| − | gentes, salieron tras él viniendo a pie de las ciudades.
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| − |
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| − | 14 Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos.
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| − |
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| − | 15 Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: «El lugar está deshabitado, y la hora es ya
| |
| − | pasada. Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida.»
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| − |
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| − | 16 Mas Jesús les dijo: «No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer.»
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| − | 17 Dícenle ellos: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces.»
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| − | 18 El dijo: «Traédmelos acá.»
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| − | 19 Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y
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| − | levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos
| |
| − | y los discípulos a la gente.
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| − |
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| − | 20 Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos.
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| − |
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| − | 21 Y los que habían comido eran unos 5.000 hombres, sin contar mujeres y niños.
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| − |
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| − | 22 Inmediatamente obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de él a la otra orilla,
| |
| − | mientras él despedía a la gente.
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| − |
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| − | 23 Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.
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| − |
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| − | 24 La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el
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| − | viento era contrario.
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| − | 25 Y a la cuarta vigilia de la noche vino él hacia ellos, caminando sobre el mar.
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| − | 26 Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de
| |
| − | miedo se pusieron a gritar.
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| − | 27 Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Animo!, que soy yo; no temáis.»
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| − | 28 Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde ti sobre las aguas.»
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| − | 29 «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús.
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| − | 30 Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor,
| |
| − | sálvame!»
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| − | 31 Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?»
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| − | 32 Subieron a la barca y amainó el viento.
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| − | 33 Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de
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| − | Dios.»
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| − | 34 Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret.
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| − | 35 Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella
| |
| − | comarca y le presentaron todos los enfermos.
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| − | 36 Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.
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| − | ===Mateo 15===
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| − | 1 Entonces se acercan a Jesús algunos fariseos y escribas venidos de Jerusalén, y le dicen:
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| − | 2 «¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los antepasados?; pues no se lavan las manos a
| |
| − | la hora de comer.»
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| − |
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| − | 3 El les respondió: «Y vosotros, ¿por qué traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?
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| − |
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| − | 4 Porque Dios dijo: = Honra a tu padre y a tu madre, = y: = El que maldiga a su padre o a su
| |
| − | madre, sea castigado con la muerte. =
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| − |
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| − | 5 Pero vosotros decís: El que diga a su padre o a su madre: "Lo que de mí podrías recibir como
| |
| − | ayuda es ofrenda",
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| − |
| |
| − | 6 ése no tendrá que honrar a su padre y a su madre. Así habéis anulado la Palabra de Dios por
| |
| − | vuestra tradición.
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| − | 7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo:
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| − |
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| − | 8 = Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. =
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| − |
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| − | 9 = En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.» =
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| − |
| |
| − | 10 Luego llamó a la gente y les dijo: «Oíd y entended.
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| − |
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| − | 11 No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo
| |
| − | que contamina al hombre.»
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| − |
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| − | 12 Entonces se acercan los discípulos y le dicen: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al
| |
| − | oír tu palabra?»
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| − |
| |
| − | 13 El les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz.
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| − |
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| − | 14 Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el
| |
| − | hoyo.»
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| − |
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| − | 15 Tomando Pedro la palabra, le dijo: «Explícanos la parábola.»
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| − | 16 El dijo: «¿También vosotros estáis todavía sin inteligencia?
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| − |
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| − | 17 ¿No comprendéis que todo lo que entra en la boca pasa al vientre y luego se echa al excusado?
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| − | 18 En cambio lo que sale de la boca viene de dentro del corazón, y eso es lo que contamina al
| |
| − | hombre.
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| − | 19 Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos,
| |
| − | falsos testimonios, injurias.
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| − |
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| − | 20 Eso es lo que contamina al hombre; que el comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.»
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| − |
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| − | 21 Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.
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| − |
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| − | 22 En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad
| |
| − | de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.»
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| − |
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| − | 23 Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que
| |
| − | viene gritando detrás de nosotros.»
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| − |
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| − | 24 Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»
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| − |
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| − | 25 Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»
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| − |
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| − | 26 El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»
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| − | 27 «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa
| |
| − | de sus amos.»
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| − |
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| − | 28 Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde
| |
| − | aquel momento quedó curada su hija.
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| − |
| |
| − | 29 Pasando de allí Jesús vino junto al mar de Galilea; subió al monte y se sentó allí.
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| − |
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| − | 30 Y se le acercó mucha gente trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos; los
| |
| − | pusieron a sus pies, y él los curó.
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| − |
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| − | 31 De suerte que la gente quedó maravillada al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban
| |
| − | curados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.
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| − |
| |
| − | 32 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque hace ya tres días
| |
| − | que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que
| |
| − | desfallezcan en el camino.»
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| − |
| |
| − | 33 Le dicen los discípulos: «¿Cómo hacernos en un desierto con pan suficiente para saciar a una
| |
| − | multitud tan grande?»
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| − |
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| − | 34 Díceles Jesús: «¿Cuántos panes tenéis?» Ellos dijeron: «Siete, y unos pocos pececillos.»
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| − |
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| − | 35 El mandó a la gente acomodarse en el suelo.
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| − |
| |
| − | 36 Tomó luego los siete panes y los peces y, dando gracias, los partió e iba dándolos a los
| |
| − | discípulos, y los discípulos a la gente.
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| − |
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| − | 37 Comieron todos y se saciaron, y de los trozos sobrantes recogieron siete espuertas llenas.
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| − | 38 Y los que habían comido eran 4.000 hombres, sin contar mujeres y niños.
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| − |
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| − | 39 Despidiendo luego a la muchedumbre, subió a la barca, y se fue al término de Magadán.
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| − |
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| − | ===Mateo 16===
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| − |
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| − | 1 Se acercaron los fariseos y saduceos y, para ponerle a prueba, le pidieron que les mostrase una
| |
| − | señal del cielo.
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| − |
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| − | 2 Mas él les respondió: «Al atardecer decís: "Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo
| |
| − | de fuego",
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| − |
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| − | 3 y a la mañana:' Hoy habrá tormenta, porque el cielo tiene un rojo sombrío." ¡Conque sabéis
| |
| − | discernir el aspecto del cielo y no podéis discernir las señales de los tiempos!
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| − |
| |
| − | 4 ¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide y no se le dará otra señal que la señal de Jonás.»
| |
| − | Y dejándolos, se fue.
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| − |
| |
| − | 5 Los discípulos, al pasar a la otra orilla, se habían olvidado de tomar panes.
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| − |
| |
| − | 6 Jesús les dijo: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.»
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| − |
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| − | 7 Ellos hablaban entre sí diciendo: «Es que no hemos traído panes.»
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| − |
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| − | 8 Mas Jesús, dándose cuenta, dijo: «Hombres de poca fe, ¿por qué estáis hablando entre vosotros
| |
| − | de que no tenéis panes?
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| − |
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| − | 9 ¿Aún no comprendéis, ni os acordáis de los cinco panes de los 5.000 hombres, y cuántos
| |
| − | canastos recogisteis?
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| − |
| |
| − | 10 ¿Ni de los siete panes de los 4.000, y cuántas espuertas recogisteis?
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| − |
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| − | 11 ¿Cómo no entendéis que no me refería a los panes? Guardaos, sí, de la levadura de los fariseos y
| |
| − | saduceos.»
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| − |
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| − | 12 Entonces comprendieron que no había querido decir que se guardasen de la levadura de los
| |
| − | panes, sino de la doctrina de los fariseos y saduceos.
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| − |
| |
| − | 13 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién
| |
| − | dicen los hombres que es el Hijo del hombre?»
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| − |
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| − | 14 Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los
| |
| − | profetas.»
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| − |
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| − | 15 Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
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| − |
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| − | 16 Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»
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| − |
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| − | 17 Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado
| |
| − | esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
| |
| − |
| |
| − | 18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del
| |
| − | Hades no prevalecerán contra ella.
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| − |
| |
| − | 19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los
| |
| − | cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»
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| − |
| |
| − | 20 Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo.
| |
| − |
| |
| − | 21 Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir
| |
| − | mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al
| |
| − | tercer día.
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| − |
| |
| − | 22 Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo
| |
| − | te sucederá eso!»
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| − |
| |
| − | 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí,
| |
| − | porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!
| |
| − |
| |
| − | 24 Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
| |
| − | tome su cruz y sígame.
| |
| − |
| |
| − | 25 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará.
| |
| − |
| |
| − | 26 Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?
| |
| − |
| |
| − | 27 «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces
| |
| − | pagará a cada uno según su conducta.
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| − |
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| − | 28 Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al
| |
| − | Hijo del hombre venir en su Reino.»
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| − |
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| − | ===Mateo 17===
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| − |
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| − | 1 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto.
| |
| − |
| |
| − | 2 Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron
| |
| − | blancos como la luz.
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| − |
| |
| − | 3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él.
| |
| − |
| |
| − | 4 Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres
| |
| − | tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
| |
| − |
| |
| − | 5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía
| |
| − | una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.»
| |
| − |
| |
| − | 6 Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo.
| |
| − |
| |
| − | 7 Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.»
| |
| − |
| |
| − | 8 Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo.
| |
| − |
| |
| − | 9 Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del
| |
| − | hombre haya resucitado de entre los muertos.»
| |
| − |
| |
| − | 10 Sus discípulos le preguntaron: «¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?»
| |
| − |
| |
| − | 11 Respondió él: «Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo.
| |
| − |
| |
| − | 12 Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto
| |
| − | quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos.»
| |
| − |
| |
| − | 13 Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista.
| |
| − |
| |
| − | 14 Cuando llegaron donde la gente, se acercó a él un hombre que, arrodillándose ante él,
| |
| − |
| |
| − | 15 le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está mal; pues muchas veces cae en el
| |
| − | fuego y muchas en el agua.
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| − |
| |
| − | 16 Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarle.»
| |
| − |
| |
| − | 17 Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros?
| |
| − | ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá!
| |
| − |
| |
| − | 18 Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde aquel momento.
| |
| − |
| |
| − | 19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le dijeron: «¿Por qué nosotros no
| |
| − | pudimos expulsarle?
| |
| − |
| |
| − | 20 Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza,
| |
| − | diréis a este monte: "Desplázate de aquí allá", y se desplazará, y nada os será imposible.»
| |
| − |
| |
| − | 22 Yendo un día juntos por Galilea, les dijo Jesús: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos
| |
| − | de los hombres;
| |
| − |
| |
| − | 23 le matarán, y al tercer día resucitará.» Y se entristecieron mucho.
| |
| − |
| |
| − | 24 Cuando entraron en Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban el didracma y le dijeron:
| |
| − | «¿No paga vuestro Maestro el didracma?»
| |
| − |
| |
| − | 25 Dice él: «Sí.» Y cuando llegó a casa, se anticipó Jesús a decirle: «¿Qué te parece, Simón?; los
| |
| − | reyes de la tierra, ¿de quién cobran tasas o tributo, de sus hijos o de los extraños?»
| |
| − |
| |
| − | 26 Al contestar él: «De los extraños», Jesús le dijo: «Por tanto, libres están los hijos.
| |
| − |
| |
| − | 27 Sin embargo, para que no les sirvamos de escándalo, vete al mar, echa el anzuelo, y el primer
| |
| − | pez que salga, cógelo, ábrele la boca y encontrarás un estáter. Tómalo y dáselo por mí y por ti.»
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 18===
| |
| − |
| |
| − | 1 En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: «¿Quién es, pues, el mayor en
| |
| − | el Reino de los Cielos?»
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| − |
| |
| − | 2 El llamó a un niño, le puso en medio de ellos
| |
| − |
| |
| − | 3 y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los
| |
| − | Cielos.
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| − |
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| − | 4 Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos.
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| − |
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| − | 5 «Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.
| |
| − |
| |
| − | 6 Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al
| |
| − | cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar.
| |
| − |
| |
| − | 7 ¡Ay del mundo por los escándalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan escándalos, pero ¡ay de
| |
| − | aquel hombre por quien el escándalo viene!
| |
| − |
| |
| − | 8 «Si, pues, tu mano o tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar
| |
| − | en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego eterno.
| |
| − |
| |
| − | 9 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida con un
| |
| − | solo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna del fuego.
| |
| − |
| |
| − | 10 «Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los
| |
| − | cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos.
| |
| − |
| |
| − | 12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los
| |
| − | montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada?
| |
| − |
| |
| − | 13 Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las 99 no
| |
| − | descarriadas.
| |
| − |
| |
| − | 14 De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos
| |
| − | pequeños.
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| − |
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| − | 15 «Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a
| |
| − | tu hermano.
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| − |
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| − | 16 Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que = todo asunto quede zanjado por la
| |
| − | palabra de dos o tres testigos. =
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| − |
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| − | 17 Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como
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| − | el gentil y el publicano.
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| − |
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| − | 18 «Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en
| |
| − | la tierra quedará desatado en el cielo.
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| − |
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| − | 19 «Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo,
| |
| − | sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos.
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| − |
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| − | 20 Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»
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| − |
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| − | 21 Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que
| |
| − | me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?»
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| − |
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| − | 22 Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»
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| − |
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| − | 23 «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.
| |
| − |
| |
| − | 24 Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos.
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| − |
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| − | 25 Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo
| |
| − | cuanto tenía, y que se le pagase.
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| − |
| |
| − | 26 Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te
| |
| − | lo pagaré."
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| − |
| |
| − | 27 Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
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| − |
| |
| − | 28 Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios;
| |
| − | le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes."
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| − |
| |
| − | 29 Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré."
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| − |
| |
| − | 30 Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía.
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| − |
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| − | 31 Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo
| |
| − | sucedido.
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| − |
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| − | 32 Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: "Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella
| |
| − | deuda porque me lo suplicaste.
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| − |
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| − | 33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí
| |
| − | de ti?"
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| − |
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| − | 34 Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.
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| − |
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| − | 35 Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro
| |
| − | hermano.»
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| − |
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| − | ===Mateo 19===
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| − |
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| − | 1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y fue a la región de Judea,
| |
| − | al otro lado del Jordán.
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| − |
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| − | 2 Le siguió mucha gente, y los curó allí.
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| − |
| |
| − | 3 Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: «¿Puede uno repudiar a su
| |
| − | mujer por un motivo cualquiera?»
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| − |
| |
| − | 4 El respondió: «¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, = los hizo varón y hembra, =
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| − |
| |
| − | 5 y que dijo: = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se
| |
| − | harán una sola carne? =
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| − |
| |
| − | 6 De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el
| |
| − | hombre.»
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| − |
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| − | 7 Dícenle: «Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?»
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| − |
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| − | 8 Díceles: «Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras
| |
| − | mujeres; pero al principio no fue así.
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| − |
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| − | 9 Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra,
| |
| − | comete adulterio.»
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| − |
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| − | 10 Dícenle sus discípulos: «Si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta
| |
| − | casarse.»
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| − |
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| − | 11 Pero él les dijo: «No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido.
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| − |
| |
| − | 12 Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí
| |
| − | mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda.»
| |
| − |
| |
| − | 13 Entonces le fueron presentados unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los
| |
| − | discípulos les reñían.
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| − |
| |
| − | 14 Mas Jesús les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son
| |
| − | como éstos es el Reino de los Cielos.»
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| − |
| |
| − | 15 Y, después de imponerles las manos, se fue de allí.
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| − |
| |
| − | 16 En esto se le acercó uno y le dijo: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida
| |
| − | eterna?»
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| − |
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| − | 17 El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres
| |
| − | entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
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| − |
| |
| − | 18 «¿Cuáles?» - le dice él. Y Jesús dijo: = «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no
| |
| − | levantarás falso testimonio, =
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| − |
| |
| − | 19 = honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.» =
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| − |
| |
| − | 20 Dícele el joven: «Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?»
| |
| − |
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| − | 21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás
| |
| − | un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme.»
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| − |
| |
| − | 22 Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.
| |
| − |
| |
| − | 23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino
| |
| − | de los Cielos.
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| − |
| |
| − | 24 Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre
| |
| − | en el Reino de los Cielos.»
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| − |
| |
| − | 25 Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían: «Entonces, ¿quién se podrá salvar?»
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| − |
| |
| − | 26 Jesús, mirándolos fijamente, dijo: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es
| |
| − | posible.»
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| − |
| |
| − | 27 Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te
| |
| − | hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?»
| |
| − |
| |
| − | 28 Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando
| |
| − | el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos,
| |
| − | para juzgar a las doce tribus de Israel.
| |
| − |
| |
| − | 29 Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por
| |
| − | mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna.
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| − |
| |
| − | 30 «Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.»
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 20===
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| − |
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| − | 1 «En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la
| |
| − | mañana a contratar obreros para su viña.
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| − |
| |
| − | 2 Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
| |
| − |
| |
| − | 3 Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados,
| |
| − |
| |
| − | 4 les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo."
| |
| − |
| |
| − | 5 Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo.
| |
| − |
| |
| − | 6 Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontar a otros que estaban allí, les dice: "¿Por qué
| |
| − | estáis aquí todo el día parados?"
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| − |
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| − | 7 Dícenle: "Es que nadie nos ha contratado." Díceles: "Id también vosotros a la viña."
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| − |
| |
| − | 8 Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: "Llama a los obreros y págales el jornal,
| |
| − | empezando por los últimos hasta los primeros."
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| − |
| |
| − | 9 Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno.
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| − |
| |
| − | 10 Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada
| |
| − | uno.
| |
| − |
| |
| − | 11 Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario,
| |
| − |
| |
| − | 12 diciendo: "Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que
| |
| − | hemos aguantado el peso del día y el calor."
| |
| − |
| |
| − | 13 Pero él contestó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo
| |
| − | en un denario?
| |
| − |
| |
| − | 14 Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti.
| |
| − |
| |
| − | 15 ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy
| |
| − | bueno?".
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| − |
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| − | 16 Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.»
| |
| − |
| |
| − | 17 Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino:
| |
| − |
| |
| − | 18 «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y
| |
| − | escribas; le condenarán a muerte
| |
| − |
| |
| − | 19 y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.
| |
| − |
| |
| − | 20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para
| |
| − | pedirle algo.
| |
| − |
| |
| − | 21 El le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu
| |
| − | derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.»
| |
| − |
| |
| − | 22 Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle:
| |
| − | «Sí, podemos.»
| |
| − |
| |
| − | 23 Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el
| |
| − | concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.
| |
| − |
| |
| − | 24 Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos.
| |
| − |
| |
| − | 25 Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores
| |
| − | absolutos, y los grandes las oprimen con su poder.
| |
| − |
| |
| − | 26 No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será
| |
| − | vuestro servidor,
| |
| − |
| |
| − | 27 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo;
| |
| − |
| |
| − | 28 de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su
| |
| − | vida como rescate por muchos.»
| |
| − |
| |
| − | 29 Cuando salían de Jericó, le siguió una gran muchedumbre.
| |
| − |
| |
| − | 30 En esto, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al enterarse que Jesús pasaba, se
| |
| − | pusieron a gritar: «¡Señor, ten compasión de nosotros, Hijo de David!»
| |
| − |
| |
| − | 31 La gente les increpó para que se callaran, pero ellos gritaron más fuerte: «¡Señor, ten compasión
| |
| − | de nosotros, Hijo de David!»
| |
| − |
| |
| − | 32 Entonces Jesús se detuvo, los llamó y dijo: «¿Qué queréis que os haga?»
| |
| − |
| |
| − | 33 Dícenle: «¡Señor, que se abran nuestros ojos!»
| |
| − |
| |
| − | 34 Movido a compasión Jesús tocó sus ojos, y al instante recobraron la vista; y le siguieron.
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 21===
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| − |
| |
| − | 1 Cuando se aproximaron a Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, entonces
| |
| − | envió Jesús a dos discípulos,
| |
| − |
| |
| − | 2 diciéndoles: «Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asna atada y
| |
| − | un pollino con ella; desatadlos y traédmelos.
| |
| − |
| |
| − | 3 Y si alguien os dice algo, diréis: El Señor los necesita, pero enseguida los devolverá.»
| |
| − |
| |
| − | 4 Esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del profeta:
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| − |
| |
| − | 5 = Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino,
| |
| − | hijo de animal de yugo. =
| |
| − |
| |
| − | 6 Fueron, pues, los discípulos e hicieron como Jesús les había encargado:
| |
| − |
| |
| − | 7 trajeron el asna y el pollino. Luego pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima.
| |
| − |
| |
| − | 8 La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles
| |
| − | y las tendían por el camino.
| |
| − |
| |
| − | 9 Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba: = «¡Hosanna = al Hijo de David! = ¡Bendito el
| |
| − | que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna = en las alturas!»
| |
| − |
| |
| − | 10 Y al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. «¿Quién es éste?» decían.
| |
| − |
| |
| − | 11 Y la gente decía: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.»
| |
| − |
| |
| − | 12 Entró Jesús en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo; volcó
| |
| − | las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas.
| |
| − |
| |
| − | 13 Y les dijo: «Está escrito: = Mi Casa será llamada Casa de oración. = ¡Pero vosotros estáis
| |
| − | haciendo de ella una = cueva de bandidos!» =
| |
| − |
| |
| − | 14 También en el Templo se acercaron a él algunos ciegos y cojos, y los curó.
| |
| − |
| |
| − | 15 Mas los sumos sacerdotes y los escribas, al ver los milagros que había hecho y a los niños que
| |
| − | gritaban en el Templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron
| |
| − |
| |
| − | 16 y le dijeron: «¿Oyes lo que dicen éstos?» «Sí - les dice Jesús -. ¿No habéis leído nunca que = De
| |
| − | la boca de los niños y de los que aún maman te preparaste alabanza?» =
| |
| − |
| |
| − | 17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, donde pasó la noche.
| |
| − |
| |
| − | 18 Al amanecer, cuando volvía a la ciudad, sintió hambre;
| |
| − |
| |
| − | 19 y viendo una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró en ella más que hojas.
| |
| − | Entonces le dice: «¡Que nunca jamás brote fruto de ti!» Y al momento se secó la higuera.
| |
| − |
| |
| − | 20 Al verlo los discípulos se maravillaron y decían: «¿Cómo al momento quedó seca la higuera?»
| |
| − |
| |
| − | 21 Jesús les respondió: «Yo os aseguro: si tenéis fe y no vaciláis, no sólo haréis lo de la higuera, sino
| |
| − | que si aun decís a este monte: "Quítate y arrójate al mar", así se hará.
| |
| − |
| |
| − | 22 Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis.»
| |
| − |
| |
| − | 23 Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del
| |
| − | pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?»
| |
| − |
| |
| − | 24 Jesús les respondió: «También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré
| |
| − | a mi vez con qué autoridad hago esto.
| |
| − |
| |
| − | 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?» Ellos discurrían entre sí: «Si
| |
| − | decimos: "Del cielo", nos dirá: "Entonces ¿por qué no le creísteis?"
| |
| − |
| |
| − | 26 Y si decimos: "De los hombres", tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por
| |
| − | profeta.»
| |
| − |
| |
| − | 27 Respondieron, pues, a Jesús: «No sabemos.» Y él les replicó asimismo: «Tampoco yo os digo
| |
| − | con qué autoridad hago esto.»
| |
| − |
| |
| − | 28 «Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: "Hijo, vete
| |
| − | hoy a trabajar en la viña."
| |
| − |
| |
| − | 29 Y él respondió: "No quiero", pero después se arrepintió y fue.
| |
| − |
| |
| − | 30 Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: "Voy, Señor", y no fue.
| |
| − |
| |
| − | 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?» - «El primero» - le dicen. Díceles Jesús: «En
| |
| − | verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios.
| |
| − |
| |
| − | 32 Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los
| |
| − | publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para
| |
| − | creer en él.
| |
| − |
| |
| − | 33 «Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en
| |
| − | ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.
| |
| − |
| |
| − | 34 Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos.
| |
| − |
| |
| − | 35 Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le
| |
| − | apedrearon.
| |
| − |
| |
| − | 36 De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma
| |
| − | manera.
| |
| − |
| |
| − | 37 Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarán."
| |
| − |
| |
| − | 38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y
| |
| − | quedémonos con su herencia."
| |
| − |
| |
| − | 39 Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron.
| |
| − |
| |
| − | 40 Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
| |
| − |
| |
| − | 41 Dícenle: «A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores,
| |
| − | que le paguen los frutos a su tiempo.»
| |
| − |
| |
| − | 42 Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: = La piedra que los constructores
| |
| − | desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a
| |
| − | nuestros ojos? =
| |
| − |
| |
| − | 43 Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos.»
| |
| − |
| |
| − | 45 Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose
| |
| − | a ellos.
| |
| − |
| |
| − | 46 Y trataban de detenerle, pero tuvieron miedo a la gente porque le tenían por profeta.
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 22===
| |
| − |
| |
| − | 1 Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:
| |
| − |
| |
| − | 2 «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.
| |
| − |
| |
| − | 3 Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.
| |
| − |
| |
| − | 4 Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está
| |
| − | preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda."
| |
| − |
| |
| − | 5 Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;
| |
| − |
| |
| − | 6 y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.
| |
| − |
| |
| − | 7 Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.
| |
| − |
| |
| − | 8 Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.
| |
| − |
| |
| − | 9 Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda."
| |
| − |
| |
| − | 10 Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la
| |
| − | sala de bodas se llenó de comensales.
| |
| − |
| |
| − | 11 «Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,
| |
| − |
| |
| − | 12 le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" El se quedó callado.
| |
| − |
| |
| − | 13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;
| |
| − | allí será el llanto y el rechinar de dientes."
| |
| − |
| |
| − | 14 Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.»
| |
| − |
| |
| − | 15 Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna
| |
| − | palabra.
| |
| − |
| |
| − | 16 Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz
| |
| − | y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la
| |
| − | condición de las personas.
| |
| − |
| |
| − | 17 Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?»
| |
| − |
| |
| − | 18 Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis?
| |
| − |
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| − | 19 Mostradme la moneda del tributo.» Ellos le presentaron un denario.
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| − |
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| − | 20 Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?»
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| − |
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| − | 21 Dícenle: «Del César.» Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios
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| − | a Dios.»
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| − |
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| − | 22 Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron.
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| − |
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| − | 23 Aquel día se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le
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| − | preguntaron:
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| − |
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| − | 24 «Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin tener hijos, su hermano se casará con la mujer de
| |
| − | aquél para dar descendencia a su hermano.
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| − |
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| − | 25 Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y murió; y, no teniendo
| |
| − | descendencia, dejó su mujer a su hermano.
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| − |
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| − | 26 Sucedió lo mismo con el segundo, y con el tercero, hasta los siete.
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| − |
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| − | 27 Después de todos murió la mujer.
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| − |
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| − | 28 En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos la tuvieron.»
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| − |
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| − | 29 Jesús les respondió: «Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios.
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| − | 30 Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el
| |
| − | cielo.
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| − |
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| − | 31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído aquellas palabras de Dios cuando
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| − | os dice:
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| − |
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| − | 32 = Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? = No es un Dios de
| |
| − | muertos, sino de vivos.»
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| − |
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| − | 33 Al oír esto, la gente se maravillaba de su doctrina.
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| − |
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| − | 34 Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo,
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| − |
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| − | 35 y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba:
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| − |
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| − | 36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?»
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| − |
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| − | 37 El le dijo: = «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu
| |
| − | mente. =
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| − |
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| − | 38 Este es el mayor y el primer mandamiento.
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| − |
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| − | 39 El segundo es semejante a éste: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =
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| − |
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| − | 40 De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»
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| − |
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| − | 41 Estando reunidos los fariseos, les propuso Jesús esta cuestión:
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| − |
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| − | 42 «¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?» Dícenle: «De David.»
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| − |
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| − | 43 Díceles: «Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice:
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| − |
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| − | 44 = Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus
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| − | pies?
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| − |
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| − | 45 Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»
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| − |
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| − | 46 Nadie era capaz de contestarle nada; y desde ese día ninguno se atrevió ya a hacerle más
| |
| − | preguntas.
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| − |
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| − | ===Mateo 23===
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| − |
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| − | 1 Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos
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| − |
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| − | 2 y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos.
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| − |
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| − | 3 Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no
| |
| − | hacen.
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| − |
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| − | 4 Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren
| |
| − | moverlas.
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| − |
| |
| − | 5 Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y
| |
| − | bien largas las orlas del manto;
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| − |
| |
| − | 6 quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
| |
| − |
| |
| − | 7 que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí".
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| − |
| |
| − | 8 «Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y
| |
| − | vosotros sois todos hermanos.
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| − |
| |
| − | 9 Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo.
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| − |
| |
| − | 10 Ni tampoco os dejéis llamar "Directores", porque uno solo es vuestro Director: el Cristo.
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| − |
| |
| − | 11 El mayor entre vosotros será vuestro servidor.
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| − |
| |
| − | 12 Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.
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| − |
| |
| − | 13 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los
| |
| − | Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar.
| |
| − |
| |
| − | 15 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un
| |
| − | prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros!
| |
| − |
| |
| − | 16 «¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si
| |
| − | jura por el oro del Santuario, queda obligado!"
| |
| − |
| |
| − | 17 ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que hace sagrado el oro?
| |
| − |
| |
| − | 18 Y también: "Si uno jura por el altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él,
| |
| − | queda obligado."
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| − |
| |
| − | 19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda?
| |
| − |
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| − | 20 Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él.
| |
| − |
| |
| − | 21 Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita.
| |
| − |
| |
| − | 22 Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él.
| |
| − |
| |
| − | 23 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y
| |
| − | del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo
| |
| − | que había que practicar, aunque sin descuidar aquello.
| |
| − |
| |
| − | 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!
| |
| − |
| |
| − | 25 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato,
| |
| − | mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia!
| |
| − |
| |
| − | 26 ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!
| |
| − |
| |
| − | 27 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados,
| |
| − | que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda
| |
| − | inmundicia!
| |
| − |
| |
| − | 28 Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos
| |
| − | de hipocresía y de iniquidad.
| |
| − |
| |
| − | 29 «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y
| |
| − | adornáis los monumentos de los justos,
| |
| − |
| |
| − | 30 y decís: "Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido
| |
| − | parte con ellos en la sangre de los profetas!"
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| − |
| |
| − | 31 Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas.
| |
| − |
| |
| − | 32 ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!
| |
| − |
| |
| − | 33 «¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación de la gehenna?
| |
| − |
| |
| − | 34 Por eso, he aquí que yo envío a vosotros profetas, sabios y escribas: a unos los mataréis y los
| |
| − | crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad,
| |
| − |
| |
| − | 35 para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra, desde la sangre
| |
| − | del inocente Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el Santuario
| |
| − | y el altar.
| |
| − |
| |
| − | 36 Yo os aseguro: todo esto recaerá sobre esta generación.
| |
| − |
| |
| − | 37 «¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas
| |
| − | veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis
| |
| − | querido!
| |
| − |
| |
| − | 38 Pues bien, se os va a dejar desierta vuestra casa.
| |
| − |
| |
| − | 39 Porque os digo que ya no me volveréis a ver hasta que digáis: = ¡Bendito el que viene en nombre
| |
| − | del Señor!» =
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| − |
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| − | ===Mateo 24===
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| − |
| |
| − | 1 Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las
| |
| − | construcciones del Templo.
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| − |
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| − | 2 Pero él les respondió: «¿Veis todo esto? Yo os aseguro no quedará aquí piedra sobre piedra que
| |
| − | no sea derruida.»
| |
| − |
| |
| − | 3 Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le
| |
| − | dijeron: «Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo.»
| |
| − |
| |
| − | 4 Jesús les respondió: «Mirad que no os engañe nadie.
| |
| − |
| |
| − | 5 Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: "Yo soy el Cristo", y engañarán a
| |
| − | muchos.
| |
| − |
| |
| − | 6 Oiréis también hablar de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es
| |
| − | necesario que suceda, pero no es todavía el fin.
| |
| − |
| |
| − | 7 Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y
| |
| − | terremotos.
| |
| − |
| |
| − | 8 Todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento.
| |
| − |
| |
| − | 9 «Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por
| |
| − | causa de mi nombre.
| |
| − |
| |
| − | 10 Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente.
| |
| − |
| |
| − | 11 Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos.
| |
| − |
| |
| − | 12 Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará.
| |
| − |
| |
| − | 13 Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.
| |
| − |
| |
| − | 14 «Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las
| |
| − | naciones. Y entonces vendrá el fin.
| |
| − |
| |
| − | 15 «Cuando veáis, pues, = la abominación de la desolación, = anunciada por el profeta Daniel,
| |
| − | erigida en el Lugar Santo (el que lea, que entienda),
| |
| − |
| |
| − | 16 entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes;
| |
| − |
| |
| − | 17 el que esté en el terrado, no baje a recoger las cosas de su casa;
| |
| − |
| |
| − | 18 y el que esté en el campo, no regrese en busca de su manto.
| |
| − |
| |
| − | 19 ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días!
| |
| − |
| |
| − | 20 Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de sábado.
| |
| − |
| |
| − | 21 Porque habrá entonces una gran = tribulación, cual no la hubo = desde el principio del mundo =
| |
| − | hasta el presente = ni volverá a haberla.
| |
| − |
| |
| − | 22 Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se
| |
| − | abreviarán aquellos días.
| |
| − |
| |
| − | 23 «Entonces, si alguno os dice: "Mirad, el Cristo está aquí o allí =, no lo creáis.
| |
| − |
| |
| − | 24 Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces
| |
| − | de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos.
| |
| − |
| |
| − | 25 ¡Mirad que os lo he predicho!
| |
| − |
| |
| − | 26 «Así que si os dicen: "Está en el desierto", no salgáis; "Está en los aposentos", no lo creáis.
| |
| − |
| |
| − | 27 Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo
| |
| − | del hombre.
| |
| − |
| |
| − | 28 Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.
| |
| − |
| |
| − | 29 «Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará
| |
| − | su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas.
| |
| − |
| |
| − | 30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho
| |
| − | todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder
| |
| − | y gloria.
| |
| − |
| |
| − | 31 El enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos,
| |
| − | desde un extremo de los cielos hasta el otro.
| |
| − |
| |
| − | 32 «De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas,
| |
| − | sabéis que el verano está cerca.
| |
| − |
| |
| − | 33 Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que El está cerca, a las puertas.
| |
| − |
| |
| − | 34 Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
| |
| − |
| |
| − | 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
| |
| − |
| |
| − | 36 Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el
| |
| − | Padre.
| |
| − |
| |
| − | 37 «Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.
| |
| − |
| |
| − | 38 Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido,
| |
| − | hasta el día en que entró Noé en el arca,
| |
| − |
| |
| − | 39 y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida
| |
| − | del Hijo del hombre.
| |
| − |
| |
| − | 40 Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado;
| |
| − |
| |
| − | 41 dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.
| |
| − |
| |
| − | 42 «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
| |
| − |
| |
| − | 43 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría
| |
| − | en vela y no permitiría que le horadasen su casa.
| |
| − |
| |
| − | 44 Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el
| |
| − | Hijo del hombre.
| |
| − |
| |
| − | 45 «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para
| |
| − | darles la comida a su tiempo?
| |
| − |
| |
| − | 46 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así.
| |
| − |
| |
| − | 47 Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda.
| |
| − |
| |
| − | 48 Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: "Mi señor tarda",
| |
| − |
| |
| − | 49 y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos,
| |
| − |
| |
| − | 50 vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe,
| |
| − |
| |
| − | 51 le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 25===
| |
| − |
| |
| − | 1 «Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano,
| |
| − | salieron al encuentro del novio.
| |
| − |
| |
| − | 2 Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes.
| |
| − |
| |
| − | 3 Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite;
| |
| − |
| |
| − | 4 las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas.
| |
| − |
| |
| − | 5 Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron.
| |
| − |
| |
| − | 6 Mas a media noche se oyó un grito: "¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!"
| |
| − |
| |
| − | 7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas.
| |
| − |
| |
| − | 8 Y las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan."
| |
| − |
| |
| − | 9 Pero las prudentes replicaron: "No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es
| |
| − | mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis."
| |
| − |
| |
| − | 10 Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al
| |
| − | banquete de boda, y se cerró la puerta.
| |
| − |
| |
| − | 11 Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: "¡Señor, señor, ábrenos!"
| |
| − |
| |
| − | 12 Pero él respondió: "En verdad os digo que no os conozco."
| |
| − |
| |
| − | 13 Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.
| |
| − |
| |
| − | 14 «Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su
| |
| − | hacienda:
| |
| − |
| |
| − | 15 a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó.
| |
| − |
| |
| − | 16 Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco.
| |
| − |
| |
| − | 17 Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos.
| |
| − |
| |
| − | 18 En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su
| |
| − | señor.
| |
| − |
| |
| − | 19 Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos.
| |
| − |
| |
| − | 20 Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco
| |
| − | talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado."
| |
| − |
| |
| − | 21 Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te
| |
| − | pondré; entra en el gozo de tu señor."
| |
| − |
| |
| − | 22 Llegándose también el de los dos talentos dijo: "Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes
| |
| − | otros dos que he ganado."
| |
| − |
| |
| − | 23 Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te
| |
| − | pondré; entra en el gozo de tu señor."
| |
| − |
| |
| − | 24 Llegándose también el que había recibido un talento dijo: "Señor, sé que eres un hombre duro,
| |
| − | que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste.
| |
| − |
| |
| − | 25 Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo."
| |
| − |
| |
| − | 26 Mas su señor le respondió: "Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y
| |
| − | recojo donde no esparcí;
| |
| − |
| |
| − | 27 debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo
| |
| − | mío con los intereses.
| |
| − |
| |
| − | 28 Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos.
| |
| − |
| |
| − | 29 Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le
| |
| − | quitará.
| |
| − | 30 Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes."
| |
| − |
| |
| − | 31 «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se
| |
| − | sentará en su trono de gloria.
| |
| − |
| |
| − | 32 Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como
| |
| − | el pastor separa las ovejas de los cabritos.
| |
| − |
| |
| − | 33 Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
| |
| − |
| |
| − | 34 Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del
| |
| − | Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
| |
| − |
| |
| − | 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me
| |
| − | acogisteis;
| |
| − |
| |
| − | 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme."
| |
| − |
| |
| − | 37 Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer;
| |
| − | o sediento, y te dimos de beber?
| |
| − |
| |
| − | 38 ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos?
| |
| − |
| |
| − | 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"
| |
| − |
| |
| − | 40 Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más
| |
| − | pequeños, a mí me lo hicisteis."
| |
| − |
| |
| − | 41 Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
| |
| − | preparado para el Diablo y sus ángeles.
| |
| − |
| |
| − | 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
| |
| − |
| |
| − | 43 era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no
| |
| − | me visitasteis."
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| − |
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| − | 44 Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o
| |
| − | desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"
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| − |
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| − | 45 Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo."
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| − |
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| − | 46 E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»
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| − |
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| − | ===Mateo 26===
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| − |
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| − | 1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús todos estos discursos, dijo a sus discípulos:
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| − |
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| − | 2 «Ya sabéis que dentro de dos días es la Pascua; y el Hijo del hombre va a ser entregado para ser
| |
| − | crucificado.»
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| − |
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| − | 3 Entonces los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del Sumo
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| − | Sacerdote, llamado Caifás;
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| − |
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| − | 4 y resolvieron prender a Jesús con engaño y darle muerte.
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| − |
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| − | 5 Decían sin embargo: «Durante la fiesta no, para que no haya alboroto en el pueblo.»
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| − |
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| − | 6 Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
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| − |
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| − | 7 se acercó a él una mujer que traía un frasco de alabastro, con perfume muy caro, y lo derramó
| |
| − | sobre su cabeza mientras estaba a la mesa.
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| − |
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| − | 8 Al ver esto los discípulos se indignaron y dijeron: «¿Para qué este despilfarro?
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| − |
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| − | 9 Se podía haber vendido a buen precio y habérselo dado a los pobres.»
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| − |
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| − | 10 Mas Jesús, dándose cuenta, les dijo: «¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una "obra buena"
| |
| − | ha hecho conmigo.
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| − |
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| − | 11 Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre.
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| − |
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| − | 12 Y al derramar ella este ungüento sobre mi cuerpo, en vista de mi sepultura lo ha hecho.
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| − |
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| − | 13 Yo os aseguro: dondequiera que se proclame esta Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará
| |
| − | también de lo que ésta ha hecho para memoria suya.»
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| − |
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| − | 14 Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes,
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| − |
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| − | 15 y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?» Ellos le asignaron treinta monedas de
| |
| − | plata.
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| − |
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| − | 16 Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.
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| − |
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| − | 17 El primer día de los Azimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres
| |
| − | que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?»
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| − |
| |
| − | 18 El les dijo: «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi tiempo está cerca;
| |
| − | en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos."»
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| − |
| |
| − | 19 Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
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| − |
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| − | 20 Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce.
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| − |
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| − | 21 Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.»
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| − |
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| − | 22 Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?»
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| − |
| |
| − | 23 El respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará.
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| − |
| |
| − | 24 El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del
| |
| − | hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»
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| − |
| |
| − | 25 Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?» Dícele: «Sí, tú lo has
| |
| − | dicho.»
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| − |
| |
| − | 26 Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos,
| |
| − | dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.»
| |
| − |
| |
| − | 27 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos,
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| − |
| |
| − | 28 porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los
| |
| − | pecados.
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| − |
| |
| − | 29 Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo
| |
| − | beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre.»
| |
| − |
| |
| − | 30 Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.
| |
| − |
| |
| − | 31 Entonces les dice Jesús: «Todos vosotros vais a escandalizaros de mí esta noche, porque está
| |
| − | escrito: = Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño =.
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| − |
| |
| − | 32 Mas después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.»
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| − |
| |
| − | 33 Pedro intervino y le dijo: «Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.»
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| − |
| |
| − | 34 Jesús le dijo: «Yo te aseguro: esta misma noche, antes que el gallo cante, me habrás negado tres
| |
| − | veces.»
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| − |
| |
| − | 35 Dícele Pedro: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Y lo mismo dijeron también
| |
| − | todos los discípulos.
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| − |
| |
| − | 36 Entonces va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos:
| |
| − | «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.»
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| − |
| |
| − | 37 Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia.
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| − |
| |
| − | 38 Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.»
| |
| − |
| |
| − | 39 Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que
| |
| − | pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.»
| |
| − |
| |
| − | 40 Viene entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿Conque no
| |
| − | habéis podido velar una hora conmigo?
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| − |
| |
| − | 41 Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es
| |
| − | débil.»
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| − |
| |
| − | 42 Y alejándose de nuevo, por segunda vez oró así: «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin
| |
| − | que yo la beba, hágase tu voluntad.»
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| − |
| |
| − | 43 Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados.
| |
| − |
| |
| − | 44 Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
| |
| − |
| |
| − | 45 Viene entonces donde los discípulos y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Mirad, ha
| |
| − | llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
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| − |
| |
| − | 46 ¡Levantaos!, ¡vámonos! Mirad que el que me va a entregar está cerca.»
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| − |
| |
| − | 47 Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo
| |
| − | numeroso con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo.
| |
| − |
| |
| − | 48 El que le iba a entregar les había dado esta señal: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es;
| |
| − | prendedle.»
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| − |
| |
| − | 49 Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Rabbí!», y le dio un beso.
| |
| − |
| |
| − | 50 Jesús le dijo: «Amigo, ¡a lo que estás aquí!» Entonces aquéllos se acercaron, echaron mano a
| |
| − | Jesús y le prendieron.
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| − |
| |
| − | 51 En esto, uno de los que estaban con Jesús echó mano a su espada, la sacó e, hiriendo al siervo
| |
| − | del Sumo Sacerdote, le llevó la oreja.
| |
| − |
| |
| − | 52 Dícele entonces Jesús: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñen espada, a
| |
| − | espada perecerán.
| |
| − |
| |
| − | 53 ¿O piensas que no puedo yo rogar a mi Padre, que pondría al punto a mi disposición más de
| |
| − | doce legiones de ángeles?
| |
| − |
| |
| − | 54 Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?»
| |
| − |
| |
| − | 55 En aquel momento dijo Jesús a la gente: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme
| |
| − | con espadas y palos? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me detuvisteis.
| |
| − |
| |
| − | 56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas.» Entonces los
| |
| − | discípulos le abandonaron todos y huyeron.
| |
| − |
| |
| − | 57 Los que prendieron a Jesús le llevaron ante el Sumo Sacerdote Caifás, donde se habían reunido
| |
| − | los escribas y los ancianos.
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| − |
| |
| − | 58 Pedro le iba siguiendo de lejos hasta el palacio del Sumo Sacerdote; y, entrando dentro, se
| |
| − | sentó
| |
| − | con los criados para ver el final.
| |
| − |
| |
| − | 59 Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando un falso testimonio contra Jesús
| |
| − | con ánimo de darle muerte,
| |
| − |
| |
| − | 60 y no lo encontraron, a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Al fin se presentaron
| |
| − | dos,
| |
| − |
| |
| − | 61 que dijeron: «Este dijo: Yo puedo destruir el Santuario de Dios, y en tres días edificarlo.»
| |
| − |
| |
| − | 62 Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y le dijo: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos
| |
| − | atestiguan contra ti?»
| |
| − |
| |
| − | 63 Pero Jesús seguía callado. El Sumo Sacerdote le dijo: «Yo te conjuro por Dios vivo que nos
| |
| − | digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.»
| |
| − |
| |
| − | 64 Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis = al hijo del
| |
| − | hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo.» =
| |
| − |
| |
| − | 65 Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestidos y dijo: «¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad
| |
| − | tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia.
| |
| − |
| |
| − | 66 ¿Qué os parece?» Respondieron ellos diciendo: «Es reo de muerte.»
| |
| − |
| |
| − | 67 Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle,
| |
| − |
| |
| − | 68 diciendo: «Adivínanos, Cristo. ¿Quién es el que te ha pegado?»
| |
| − |
| |
| − | 69 Pedro, entretanto, estaba sentado fuera en el patio; y una criada se acercó a él y le dijo:
| |
| − | «También tú estabas con Jesús el Galileo.»
| |
| − |
| |
| − | 70 Pero él lo negó delante de todos: «No sé qué dices.»
| |
| − |
| |
| − | 71 Cuando salía al portal, le vio otra criada y dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el
| |
| − | Nazareno.»
| |
| − |
| |
| − | 72 Y de nuevo lo negó con juramento: «¡Yo no conozco a ese hombre!»
| |
| − |
| |
| − | 73 Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «¡Ciertamente, tú también eres
| |
| − | de ellos, pues además tu misma habla te descubre!»
| |
| − |
| |
| − | 74 Entonces él se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre!»
| |
| − | Inmediatamente cantó un gallo.
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| − |
| |
| − | 75 Y Pedro se acordó de aquello que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante, me habrás
| |
| − | negado tres veces.» Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 27===
| |
| − |
| |
| − | 1 Llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo
| |
| − | contra Jesús para darle muerte.
| |
| − |
| |
| − | 2 Y después de atarle, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato.
| |
| − |
| |
| − | 3 Entonces Judas, el que le entregó, viendo que había sido condenado, fue acosado por el
| |
| − | remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos,
| |
| − |
| |
| − | 4 diciendo: «Pequé entregando sangre inocente.» Ellos dijeron: «A nosotros, ¿qué? Tú verás.»
| |
| − |
| |
| − | 5 El tiró las monedas en el Santuario; después se retiró y fue y se ahorcó.
| |
| − |
| |
| − | 6 Los sumos sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: «No es lícito echarlas en el tesoro de las
| |
| − | ofrendas, porque son precio de sangre.»
| |
| − |
| |
| − | 7 Y después de deliberar, compraron con ellas el Campo del Alfarero como lugar de sepultura para
| |
| − | los forasteros.
| |
| − |
| |
| − | 8 Por esta razón ese campo se llamó «Campo de Sangre», hasta hoy.
| |
| − |
| |
| − | 9 Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: = «Y tomaron las treinta monedas de plata,
| |
| − | cantidad en que fue apreciado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel, =
| |
| − |
| |
| − | 10 = y las dieron por el Campo del Alfarero, según lo que me ordenó el Señor.» =
| |
| − |
| |
| − | 11 Jesús compareció ante el procurador, y el procurador le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los
| |
| − | judíos?» Respondió Jesús: «Sí, tú lo dices.»
| |
| − |
| |
| − | 12 Y, mientras los sumos sacerdotes y los ancianos le acusaban, no respondió nada.
| |
| − |
| |
| − | 13 Entonces le dice Pilato: «¿No oyes de cuántas cosas te acusan?»
| |
| − |
| |
| − | 14 Pero él a nada respondió, de suerte que el procurador estaba muy sorprendido.
| |
| − |
| |
| − | 15 Cada Fiesta, el procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran.
| |
| − |
| |
| − | 16 Tenían a la sazón un preso famoso, llamado Barrabás.
| |
| − |
| |
| − | 17 Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo Pilato: «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a
| |
| − | Jesús, el llamado Cristo?»,
| |
| − |
| |
| − | 18 pues sabía que le habían entregado por envidia.
| |
| − |
| |
| − | 19 Mientras él estaba sentado en el tribunal, le mandó a decir su mujer: «No te metas con ese justo,
| |
| − | porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa.»
| |
| − |
| |
| − | 20 Pero los sumos sacerdotes y los ancianos lograron persuadir a la gente que pidiese la libertad de
| |
| − | Barrabás y la muerte de Jesús.
| |
| − |
| |
| − | 21 Y cuando el procurador les dijo: «¿A cuál de los dos queréis que os suelte?», respondieron: «¡A
| |
| − | Barrabás!»
| |
| − |
| |
| − | 22 Díceles Pilato: «Y ¿qué voy a hacer con Jesús, el llamado Cristo?» Y todos a una: «¡Sea
| |
| − | crucificado!» -
| |
| − |
| |
| − | 23 «Pero ¿qué mal ha hecho?», preguntó Pilato. Mas ellos seguían gritando con más fuerza: «¡Sea
| |
| − | crucificado!»
| |
| − |
| |
| − | 24 Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua
| |
| − | y se lavó las manos delante de la gente diciendo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros
| |
| − | veréis.»
| |
| − |
| |
| − | 25 Y todo el pueblo respondió: «¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
| |
| − |
| |
| − | 26 Entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera
| |
| − | crucificado.
| |
| − |
| |
| − | 27 Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor
| |
| − | de él a toda la cohorte.
| |
| − |
| |
| − | 28 Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura;
| |
| − |
| |
| − | 29 y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una
| |
| − | caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»;
| |
| − |
| |
| − | 30 y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.
| |
| − |
| |
| − | 31 Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a
| |
| − | crucificarle.
| |
| − |
| |
| − | 32 Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz.
| |
| − |
| |
| − | 33 Llegados a un lugar llamado Gólgota, esto es, «Calvario»,
| |
| − |
| |
| − | 34 le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero él, después de probarlo, no quiso beberlo.
| |
| − |
| |
| − | 35 Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando a suertes.
| |
| − |
| |
| − | 36 Y se quedaron sentados allí para custodiarle.
| |
| − |
| |
| − | 37 Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los
| |
| − | judíos.»
| |
| − |
| |
| − | 38 Y al mismo tiempo que a él crucifican a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
| |
| − |
| |
| − | 39 Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo:
| |
| − |
| |
| − | 40 «Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de
| |
| − | Dios, y baja de la cruz!»
| |
| − |
| |
| − | 41 Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él
| |
| − | diciendo:
| |
| − |
| |
| − | 42 «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es: que baje ahora de la cruz, y
| |
| − | creeremos en él.
| |
| − |
| |
| − | 43 Ha puesto su confianza en Dios; que le salve ahora, si es que de verdad le quiere; ya que dijo:
| |
| − | "Soy Hijo de Dios."»
| |
| − |
| |
| − | 44 De la misma manera le injuriaban también los salteadores crucificados con él.
| |
| − |
| |
| − | 45 Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.
| |
| − |
| |
| − | 46 Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: = «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», = esto
| |
| − | es: = «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?» =
| |
| − |
| |
| − | 47 Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: «A Elías llama éste.»
| |
| − |
| |
| − | 48 Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola
| |
| − | a una caña, le ofrecía de beber.
| |
| − |
| |
| − | 49 Pero los otros dijeron: «Deja, vamos a ver si viene Elías a salvarle.»
| |
| − |
| |
| − | 50 Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu.
| |
| − |
| |
| − | 51 En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se
| |
| − | hendieron.
| |
| − |
| |
| − | 52 Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron.
| |
| − |
| |
| − | 53 Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se
| |
| − | aparecieron a muchos.
| |
| − |
| |
| − | 54 Por su parte, el centurión y los que con él estaban guardando a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: «Verdaderamente éste era Hijo de Dios.»
| |
| − |
| |
| − | 55 Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde
| |
| − | Galilea para servirle.
| |
| − |
| |
| − | 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los
| |
| − | hijos de Zebedeo.
| |
| − |
| |
| − | 57 Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también
| |
| − | discípulo de Jesús.
| |
| − |
| |
| − | 58 Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le
| |
| − | entregase.
| |
| − |
| |
| − | 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
| |
| − |
| |
| − | 60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran
| |
| − | piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue.
| |
| − |
| |
| − | 61 Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
| |
| − |
| |
| − | 62 Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante
| |
| − | Pilato
| |
| − |
| |
| − | 63 y le dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: "A los tres días
| |
| − | resucitaré."
| |
| − |
| |
| − | 64 Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus
| |
| − | discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: "Resucitó de entre los muertos", y la última impostura
| |
| − | sea peor que la primera.»
| |
| − |
| |
| − | 65 Pilato les dijo: «Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis.»
| |
| − |
| |
| − | 66 Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
| |
| − |
| |
| − | ===Mateo 28===
| |
| − |
| |
| − | 1 Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron
| |
| − | a ver el sepulcro.
| |
| − |
| |
| − | 2 De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Angel del Señor bajó del cielo y, acercándose,
| |
| − | hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.
| |
| − |
| |
| − | 3 Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve.
| |
| − |
| |
| − | 4 Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos.
| |
| − |
| |
| − | 5 El Angel se dirigió a las mujeres y les dijo: «Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el
| |
| − | Crucificado;
| |
| − |
| |
| − | 6 no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba.
| |
| − |
| |
| − | 7 Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de
| |
| − | vosotros a Galilea; allí le veréis." Ya os lo he dicho.»
| |
| − |
| |
| − | 8 Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus
| |
| − | discípulos.
| |
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| − | 9 En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron
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| − | de sus pies y le adoraron.
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| − | 10 Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me
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| − | verán.»
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| − | 11 Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes
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| − | todo lo que había pasado.
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| − | 12 Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los
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| − | soldados,
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| − | 13 advirtiéndoles: «Decid: "Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros
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| − | dormíamos."
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| − | 14 Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos
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| − | complicaciones.»
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| − | 15 Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión
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| − | entre los judíos, hasta el día de hoy.
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| − | 16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
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| − | 17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
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| − | 18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
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| − | 19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
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| − | del Espíritu Santo,
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| − | 20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros
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| − | todos los días hasta el fin del mundo.»
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| | == Fuentes == | | == Fuentes == |