Anita Lizana de Ellis
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Sumario
Anita Lizana de Ellis
Fue una de las mejores exponentes femeninas en la historia del tenis mundial y la mejor chilena de todos los tiempos en este deporte.
Biografía
Nació el 19 de Noviembre de 1915, La llamaban cariñosamente “La ratita”, apodo que se ganó debido a su baja estatura, su cuerpo ágil y menudo, solo 1.59 metros que no fueron impedimento como para destacar dentro de una familia plagada de tenistas.
Su tío Aurelio Lizana fue un tenista mítico de principios del siglo XX. Pudo ser el primer gran campeón chileno, pero no tuvo muchas oportunidades económicas de salir del país ya que si un tenista amateur (como lo era Aurelio) recibía dinero, lo castigaban. Por eso, la familia nunca alcanzó una posición holgada. Sin embargo, Aurelio en Santiago fue invencible. Le llevaban a los mejores tenistas que llegaban a Chile y los derrotaba a todos. Este personaje fue pieza fundamental en la formación de “la ratita”, junto a Roberto Lizana, su padre y profesor de tenis del entonces Club de Tenis de los alemanes en Quinta Normal llamado “Club Tennis Riege des Deutschen Turvereins”. Aurelio le inculcó a Anita el tenis desde pequeña, a los 6 años ya dormía con raqueta, su talento y facilidad para el deporte la hicieron participar oficialmente en su primera competencia a los 11 años, torneo en el que le ganó a una experimentada de la época, María Salas. Aquel año 1926 el deporte se consideraba como Amateur. Roberto (su padre), comenzó a administrar la cancha de los alemanes. Se fue quedando y quedando. Los alemanes le tomaron cariño y un día le regalaron una casita de cuidador donde nacieron todos. "De niños nos sentíamos más cómodos entre raquetas y pelotas que con muñecas o trenes de juguete". Comenta Anita en 1986, la única entrevista que un chileno le logró hacer en su hogar de Escocia. La familia del cuidador Roberto Lizana estaba compuesta por su esposa y seis hijos: Clotilde, Loreto, Anita, Ricardo, Roberto y Juan. No le era fácil alimentarlos y mantenerlos con el sueldo de administrador del club, además de los pesos que recibía del Ministerio de Agricultura por cuidar sus terrenos. El papá nos metía el estudio. No podíamos ser flojos. Tenía que criarnos derechitos, ya que éramos muy pobres y ésa era la única forma de surgir. Anita era la más revoltosa. Pero eso no duró mucho. Adolescente, se puso seria. Y ni siquiera fue muy polola. No nos dejaban salir muy seguido. Todos los hermanos se dedicaron al tenis, con la difenrencia de que les daba por épocas, mientras que a Anita, le gustó como forma de vida. Jamás pensó hacer otra cosa, una fiel muestra de la fuerza y perseverancia que la llevó tan arriba, a ninguno de los hermanos le faltaban condiciones para el deporte, pero ella era superdotada. Los fines de semana los pasaba esperando que se fueran los socios del club para irse a las canchas o a los jardines y hacer gimnasia. El resto de los días, regresaba corriendo de sus clases en el Liceo Nº 4 de Niñas, directo a practicar. Pasaba horas ejercitando las piernas y puliendo defectos de su juego, bajo la mirada de su padre y de su tío.
Logros
En 1930 resaltaría por primera vez el nombre de Anita, su inapelables condiciones para el deporte la hicieron coronarse campeona de Chile en la categoría adulta a los 13 años, condición que mantuvo durante 4 años hasta 1934. Las ganas, entusiasmo y la imposibilidad de encontrar rivales de su categoría, la hicieron partir al extranjero a probar suerte con su raqueta. En ese entonces un puñado de gente que creyó en su talento hizo de forma pública un llamado a apoyar las ansias e innatas habilidades de triunfos de la joven tenistas creando colectas que costearían sus viajes internacionales, para de esta manera poder comenzar su carrera deportiva a lo largo del mundo donde sin duda triunfaría y haría historia. Se juntaron 120 mil pesos (una fortuna de la época) y pudo viajar a Europa en 1935 cruzando el océano atlántico a disputar sus primeros torneos alrededor del orbe, sus estaciones fueron Europa y Estados Unidos. En 1936 alcanzó su consagración definitiva, ganó varios torneos en Europa y alcanzó los cuartos de final de Wimbledon, hechos que la posicionaron en la octava posición del ranking mundial, época en que no había registro, sino que las escalas las hacían periodistas de revistas especializadas.
Vencida por la guerra
Ya entonces era campeona de Estados Unidos por Forest Hills y le restaba ganar Wimbledon para tocar el cielo con su raqueta. Pero para esta mujer nacida durante la primera guerra mundial llegaron los hijos y, junto con ellos, la segunda guerra. La guerra dio muerte a la tenista. Siguió - como pudo- practicando en Escocia, donde el tenis femenino era débil, y entonces debieron ser varones quienes la ayudaron a mantenerse en forma. Pero no resultó suficiente ayuda, y por eso hoy tiene todavía un sentimiento negativo que no oculta bien. Seguramente sin la segunda guerra, yo habría ganado Wimbledon para Chile. Perdí en 1946 y desde entonces no he vuelto a competir, aseguró Lizana en 1986. Después de haber pasado a ser la esposa de ese único comerciante en carbón de Dundee. Practica golf desde hace varios años y hasta hoy no abandona por completo el tenis. La ganadora de Forest Hills juega hoy en Fort Hill, pequeño club vecino a su casa de Escocia, peloteando sin mucho esfuerzo con su hija Carmen, sólo aficionada, como sus dos hermanas. Invitada oficialmente por el presidente Eduardo Frei Montalva a jugar el Campeonato Sudamericano de Tenis realizado en el Estadio Español, visitó nuestro país en 1966. Su visita fue todo un acontecimiento y fue aclamada por un Estadio Nacional repleto. Recibió merecidas muestra de cariño que siempre agradeció. Su última visita al país fue en 1989. El 21 de agosto de 1994 falleció (2 años después de que lo hiciera su esposo) víctima de un cáncer estomacal cuando tenía 78 años, ya con 3 bisnietos ingleses, muchos nietos y tres hijas que rondaban los 60 años. Sus últimos años los vivió en la ciudad inglesa de Ferdown, y sus cenizas fueron depositadas junto a los restos de su marido, en Dundee, Escocia
Con raíces escocesas
Ella mucha veces dijo que su triunfo era obra de su papá y del tío Aurelio. Pero su hermano decía siempre que pesaban más sus dotes. Quizás por eso ningún otro en su familia obtuvo título de categoría mundial. Pero todos tuvieron "la enfermedad del tenis". Ricardo fue profesor en el Estadio Manquehue durante 15 años. Después echó a andar las escuelas para niños y enseñaba en el Club de Campo. Su hermana Loreto mantuvo el título nacional por 8 años. Su sobrina Esther formó parte de la Selección y su sobrino Ricardo dirigía la Escuela de tenis de la Contraloría. Y su otro sobrino, Aurelio, era instructor del Estadio Santa Rosa de las Condes. Muchos raquetazos y poco dinero. Por falta de medios ninguno de ellos la pudo ir a visitar a Escocia. En más de 40 años, vieron una sola vez a Anita, en 1966, cuando el gobierno de Frei padre la invitó. La llamaron por teléfono en 1978 -al enviudar- para pedirle que volviera. Pero se negó, argumentando que en Gran Bretaña estaban sus hijas, sus nietos, todo lo principal.
Fuentes:
http://www.tenischile.com/biografias/biografia_anita_lizana.htm


