León Ricaurte Miranda
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Sintesis biografica
Nació en la pequeña población de Mera, Provincia de Pastaza, el 10 de Agosto de 1934, De estatura más bien baja, blanco tostado por el sol, ojos y pelo negro, bigote canoHijo Legítimo del Mayor José Alejandro Ricaurte Dávalos, natural de Guano, que se retiró del ejército a raíz de la Guerra de los Cuatro Días en 1932.
El cuarto hijo de una larga familia compuesta de nueve hermanos que se ayudaban entre sí, por eso recibió las primeras letras de su hermano Hernán y el 1939 fue enviado a casa de su abuela Rosario Dávalos de Ricaurte en Latacunga, asistiendo al Jardín de Infantes de la Profesora Laura Baquero donde aprendió a leer cuentos como el de la Cucarachita Mandinga en unas tiras de papel dibujadas por ella y como el niño era hábil para los paisajes, a su pedido hizo algunos.
En 1941 pasó directamente al segundo grado de la escuela Isidro Ayora. Vivía con su madre y hermanos, su padre seguía en el oriente.
Muerte
Sus últimos años fueron de soledad y pobreza, en constante meditación y con una gran paz interior, hasta que aquejado de un cáncer que le postró varios meses ocurrió su fallecimiento el 2002. Está sepultado en el Cementerio de Salinas.
Estudios
Sus estudios primarios los realizo en la escuela Tulcán donde acabó la primaria en la escuela Fiscal Simón Bolívar y en el año 1946 comenzó la secundaría en el Vicente León de Latacunga, era secretario su tío Luís Dávalos, propietario de una finquita con caballos, árboles frutales y el Río Yanayacu pasaba cerca.
Su profesor de dibujo, admirado de su facilidad para dicho arte, le enseñó a mezclar la tierra de colores con aceite, pero los óleos salían defectuosos y decidió continuar con acuarelas y lápices de colores. Entonces su padre comenzó a padecer los primeros síntomas de la enfermedad final. - un quiste al cerebro - y viajó a atenderse al Hospital Militar de Quito.
Comienzo de su carrera
Comienza su carrera en el año 1955 donde fue enviado como Cabo ayudante al Arsenal Naval de Guayaquil y tras un segundo intento en Septiembre del 1956, de entrar a la Escuela Superior Naval de Salinas, se retiró de la Armada para dedicarse al dibujo publicitario, inicialmente con Nelson D'Avigno Nath, hasta que éste se ausentó a los Estado Unidos. Hacían vallas de carreteras, letreros, dibujos y ganaba .
En el año 1958 contrajo matrimonio con Melba Vélez Alvarado, puso taller propio en Sucre entre Boyacá y García Avilés y tuvo tres hijos. Así comenzó el Taller de León. En el 1959 envió una obra al Salón de Octubre y fue aceptada.
En Febrero del 1960 vio un aviso del Centro Ecuatoriano - Norteamericano. El Prof. León Wooten dictaría un curso de tres meses sobre pintura al óleo y se inscribió.
En Julio salió premiado como el mejor alumno y expuso una muestra personal en el CEN. Hubo mucha concurrencia, vendió siete cuadros, cinco de los cuales fueron adquiridos en por un japonés de paso por Guayaquil.
Sus primeros trabajos fueron bodegones, naturalezas muertas, paisajes del malecón, del suburbio y unos primeros intentos cubistas. Entre los asistentes estuvieron Jorge Reyes,Humberto Moré, Alfredo Vera Arrata, Luis Martínez Moreno, Zalacaín, quienes pertenecían al grupo La Manga.
En noviembre del 1963 consiguió un cupo en el viaje logístico mensual de la Embajada del Brasil y viajó a Río. Allí hizo amistad con Luis Tabares Simoes, pintor aficionado residente en Copacabana, a quien conoció de casualidad durante un paseo, en su casa vivió seis meses y expuso una muestra en la Vía Das Larangeiras.
A mediados de Junio del 1964 volvió con nuevas imágenes tomadas de pintores y dibujantes japoneses que influyeron de un modo determinante en su arte. Estaba formado y todo lo demás seria su habilidad, su instinto, su enorme facilidad para dibujar y sobre todo su inquietud, según ha opinado Hernán Rodríguez Castelo, a quien seguiremos.
Por aquellos días regresó de Barcelona Enrique Tabara y de Madrid Theo Constante. Se había asentado en su quehacer Aníbal Villacís y Gilberto Almeida residía en Guayaquil proyectado hacia el dibujo.Sintió la influencia precolombina de los cuadros de Tabara y descubrió que podía lograr maneras muy nuestras de expresar el arte, maneras muy ecuatorianas. Villacis , Almeida, en general todos los pintores jóvenes trabajaban signos prehispánicos.
Entre el año 1966 y el 1967 expuso en Guayaquil, Quito y Esmeraldas. "Su expresión plástica había llegado a niveles de calidad y sus cuadros lucían innegables alturas de composición, color y tratamiento de la materia, de una línea de abstracto que tendía a descomponer motivos figurativos en bloques fuertemente empastados, pero no se hallaba a gusto en esa dirección y a finales del 1967 - me había confiado, cuenta Hernán Rodríguez Castelo, que ese arte maduro lo estaba ahogando, que se sentía preso de esas formas estetizantes, de ese color bellamente trabajado. Buscaba maneras artísticas de trasgresión, recuerdo un danzante hecho con botones, latas, hebillas, alambres, chatarra pegados al lienzo.
En torno a esa obra, que muchos tuvieron por otra de sus rarezas y algunos hasta por burla, mantuvo una mesa redonda. Aclaró entonces que utilizar desechos industriales no significaba asumir una pasión tecnicista. Estoy - dijo - por el hombre antes que por la máquina. El hombre americano tiene gran sensibilidad hacia la magia y los pueblos primitivos tenían el poder de expresión de las cosas del modo más simple, con lo cual mostraba cuanto y cuan certeramente estaba madurando su poética."
Ese año se unió al grupo VAN, expuso en la antibienal que los de VAN opusieron a la oficialista II Bienal de la CCE., cuestionando el arte oficial; los de VAN eran Villacís, Tabara, Muriel, Moreno Heredia, Molinari, Cifuentes y Almeida(1) proclamaron la necesidad de un lenguaje nuevo en un Manifiesto que circuló por el país y constituyó un hito en la historia del Arte Contemporáneo del Ecuador “porque buscaban desvincular el arte del compromiso oficialista o del fácil folclore”. Así surgió “El arte de las Cosas. Las cosas en el arte” fórmula clave para llevar cosas al espacio.
El Grupo VAN no fue en realidad un movimiento pero cimentó las proyecciones futuras del arte en el Ecuador. En efecto, ya disuelto el grupo y trabajando individualmente los integrantes del VAN y otros pintores del país ensayaron nuevas concepciones y formas de expresión.
Según Hernán Rodríguez Castelo, iniciado con sus collages y cuadros objetos como Tanque, Pájaro, Sol de barro, Guitarras blancas, etc. En l967, en los que las texturas, la ruptura o superposición de planos, la integración de elementos extra pictóricos, el abandono del formato tradicional y la casi ausencia del color, marcaría su línea de trabajo en su vida artística.
artístico, sin privarles de su ser de cosas, pero integrándolas como elementos de una nueva naturaleza, como sintagmas de un lenguaje. La naturaleza y el lenguaje del arte. La propuesta, sin ser nueva en el mundo artístico occidental, fue tomada por Ricaurte en la exposición que presentó el 15 de agosto en el Centro Ecuatoriano - Norteamericano como su manera de expresión con lucidez y personalidad, lo cual se traducía en americanismo y situado en una sociedad de consumo, recoger esas cosas que la voraz sociedad consumió y desechó y reorganizarlas dentro de categorías mágicas, lúdicas, nostálgicas, irónicas y como estaba vinculado a los artistas de la generación precolombinista, se sintió poderosamente atraído por nuestra antigua cultura solar pisoteada por civilizaciones filisteas. Y con los productos de la cultura agresora hizo muchos soles de una nostalgia casi mítica. Grandes y desolados medallones, memoria heráldica degradada del choque de la cultura solar y de la cultura invasora. Sus máquinas confeccionadas con desechos del maquinismo - tanques, cohetes, submarinos, tractores, guías, guitarras, máquinas de escribir - de fina ironía y nostalgia, de insuperable dejo mágico, marcaron sus años siguientes, en collages, ensambles, y arreglos objetales ricos en sentido".
El 8 de septiembre de 1968 se trasladó con su esposa a Cali, conoció a Manuel E. Mejía Becerra, quien apreciaba sus dibujos y le pidió que trabajara. Así nació su exposición personal en el Museo de la Tertulia y en Abril del 1969 en la Galería Estrella de Bogotá, propiedad de Estrella Nieto compañera del pintor Alejandro Obregón. Luego se presentó en la Alianza Colombo - Francesa y tuvo buenas ventas en todas partes, pero como les nació una niña se les dificultó avanzar hacia Venezuela, que había sido la meta fijada y retornaron en Julio a Guayaquil, a casa de Walter Bellolio.
Enseguida intervino en el Salón de Julio con tres cuadros y ganó el Primer Premio de S/. 15.000 con Dibujo Mural No. 3, pintura de tamaño heroico; era el pintor de moda por sus viajes y su premio, conoció gente del arte y entre ellos a Juan Villafuerte, con quien empezó a trabajar cuadros a medias, el uno los comenzaba y el otro los terminaba en un taller improvisado por Ricaurte al lado de su modesto hogar en Esmeraldas y Diez de Agosto. Los temas eran sociales y tratados con la técnica esperpéntica, por eso no se vendían mucho.
En México permaneció hasta Mayo del 1972 que logró una nueva beca de ampliación de estudios a Museología, Cerámica y Restauración de Pintura Mural en el mismo Centro. Había visitado Museos y Galerías, expuesto en la Casa de la Paz y conocía los secretos del muralismo (distorsión de imágenes, interiores al fresco y exteriores con carbonato de calcio que se cristaliza y solidifica). Otra vez en Guayaquil continuó trabajando intensamente y presentó varias exposiciones destacando sus cuadros de la “Serie Negra”, óleos con personajes sobre temas cotidianos que exhibió en Julio del 1973 en la Galería Caspicara de Enrique Tabara situada en Luque y Chimborazo y “Las texturas blancas” en la Galería Pachacamac de Jaime Villa en 9 de Octubre y Córdova, mientras vivía en casa de su suegro el Dr. Alfonso Quijano Cobos en Esmeraldas y Vélez. Ese año se integró al grupo GEA. de estudios arqueológicos, fundado por Carlos Núñez Calderón de la Barca, Felipe Cruz y Enrique Guzmán, crearon un museo in situ en la población de Valdivia y formó una colección personal de sellos y torteras con diseños zoo-antropomorfos. Por esos días falleció su padre en Guayaquil.
En Febrero del 1974 presentó otra muestra en el Museo Municipal de Guayaquil sobresaliendo su escultura “Maqueta para un almuerzo” de 1 mtr. x 90 cmtrs. de alto, considerada una de las más características de su trayectoria artística y logró una segunda Beca de la Unesco para ampliar sus estudios de muralismo y conservación en el Centro Internacional di Restauro de Roma. Viajó en Marzo con su familia, visitó numerosos países, realizó trabajos prácticos en el Convento de Sermoneta y hasta una exposición personal en la castillo Caetani de dicha población.
En Abril del 1975 radicó en Quito con esporádicas estancias en Guayaquil y en Salinas, exponiendo en varias Galerías siempre dentro del objetivismo, las texturas, la parquedad colorística y el trasfondo de soledad que ha caracterizado su obra, tratando a las personas en dibujos.
En Noviembre de 1980 partió nuevamente a Europa con su esposa y sus dos hijas. Radicados en Castelldefels, pueblecito al pie del mar junto a Barcelona, que lo había impresionado en su primer viaje años antes, alternó su trabajo creativo con la docencia en la Casa de la Cultura de dicha población, con un sueldo de 53.000 pesetas al mes y expuso en Barcelona y en Huesca.
El 1993 dio a la luz su libro Diseños Prehispánicos del Ecuador en 220 pags. 133 diseños cuyos dibujos fueron elaborados en Castelldefels, reproducciones artísticas de los diminutos grabados de las torteras que los aborígenes de las costas ecuatorianas colocaban en el extremo inferior del huso de hilar, a modo de volante, para facilitar el movimiento rotatorio .
En enero del 1995 se trasladó a su Museo Casa León que estaba construyendo en la caleta del Buzo Ciego junto al mar en el puerto de La Libertad cerca de Salinas. Allí planeó conservar, además de muchas de sus obras y otras de diferentes artistas, antigüedades, libros, notas, fotografías y otros testimonios de sus afectos y su paso por la vida.
Su trayectoria, iniciada en el abstraccionismo, derivó hacia minuciosos dibujos estereográficos, luego hacia elementos del collage, para concluir en grandes ensamblajes de rostros distorsionados y patéticos o de entrañas de máquinas o mecanismos metálicos y en ambas vertientes su horror ante las amenazas del mundo contemporáneo.

