Incontinencia urinaria

Incontinencia urinaria
Información sobre la plantilla
260px
Concepto:Pérdida o fuga involuntaria de orina.

Incontinencia urinaria o Enuresis es la pérdida o fuga involuntaria de orina, en cantidad suficiente como para representar un problema para quien lo padece.

Para ser considerada enfermedad

Cuando este problema se desarrolla durante el sueño estamos ante la enuresis nocturna, habitual en los niños. Para considerar la incontinencia como una enfermedad, la micción involuntaria debe producirse con una frecuencia de dos veces por semana, al menos durante un periodo de tres meses y en niños con una edad superior a los cuatro años.

Tipos de Enuresis

  • Primaria: cuando no se había padecido la enuresis nocturna previamente. Esta forma es más frecuente en el sexo masculino, entre 1,5 y 2 veces más que en las niñas. Y según los porcentajes suele disminuir a medida que aumenta la edad: 30 por ciento en los niños de cuatro años; 10 por ciento en los de seis años; 3 por ciento en los jóvenes con 12 años, y 1 por ciento en los que tengan 18 o más edad.
  • Secundaria: después de un periodo sin padecer enuresis hay una recaída que se prolonga, como mínimo, seis meses. Esta reincidencia puede deberse a situaciones que el niño está viviendo y que le provocan estrés.

Clasificación

  • De urgencia
  • De esfuerzo
  • Por rebosamiento
  • Funcional

La incontinencia urinaria de urgencia. Significa que la orina escapa cuando la vejiga está llena. La persona tiene sensación imperiosa de orinar, seguida de la perdida de orina antes de llegar al aseo. Es frecuente que se deba a infección leve de las vías orinarías o al uso excesivo de estimulantes en la vejiga, como la cafeína.

La incontinencia urinaria de esfuerzo: Es la salida de orina al aumentar la presión intrabdominal, con la tos, risa, saltos o levantamientos de objetivos pesados. Suele ser el resultado de la insuficiencia del esfínter.

La incontinencia urinaria funcional, es la perdida de orina secundaria a factores ajenos a las vías urinarias inferiores. Las causas comunes son la demencia grave, problemas músculo esqueléticos graves, factores psicológicos y psiquiátricos.

Otras clasificaciones

  • Según al momento del día de su manifestación
  • Diurna: cuando la pérdida involuntaria de orina ocurre durante las horas del día,
  • Nocturna: cuando sucede durante el sueño (la más frecuente).

Cuadro clínico

  • Enuresis diurna: Su prevalencia es notablemente inferior a la nocturna, dándose en el 10% de la población infantil entre 4 y 6 años. La padecen el doble de niñas que de niños, al contrario que en la nocturna.
  • Enuresis nocturna: La enuresis nocturna es la pérdida involuntaria de orina que sucede durante el sueño. Esta enfermedad, al igual que el sonambulismo y los terrores nocturnos, es otra parasomnia que se produce durante el sueño de ondas lentas.
  • Enuresis nocturna primaria En la enuresis nocturna primaria, los trastornos psicológicos casi siempre son el resultado de una enuresis y solo raramente son la causa.

Según la Asociación Americana de Psiquiatría, las posibles etiologías de la enuresis nocturna primaria consisten en un retraso del desarrollo, un factor genético, desórdenes del sueño y alteraciones de los niveles de hormona antidiurética (ADH). Por otra parte, siempre se deben excluir causas secundarias como alteraciones neurológicas, infecciones urinarias y malformaciones anatómicas de ureteres, vejiga y uretra. Otra causa de enuresis nocturna es la neuroglucopenia, una hipoglucemia que afecta al sistema nervioso central, producida por un exceso de insulinización en paciente diabético, quien normalmente presenta poliuria dentro de su enfermedad. Antes de los 5 o 6 años de edad, la enuresis nocturna debe considerarse probablemente como una característica normal del desarrollo. Suele mejorar de forma espontánea en la pubertad, con una prevalecencia del 1 al 3% en la adolescencia tardía, siendo poco frecuente en la edad adulta. La edad umbral para el inicio del tratamiento depende de la preocupación de los padres y del paciente con respecto al problema.

  • Enuresis nocturna secundaria. En los individuos de mayor edad con enuresis se debe establecer una distinción entre la enuresis primaria y la secundaria; esta última se define como la enuresis en pacientes que han sido completamente continentes durante 6 a 12 meses. A diferencia de la enuresis nocturna primaria, en la secundaria casi siempre la causa es psicológica.2 Entre las causas más importantes de enuresis secundaria hay que citar los trastornos emocionales, las infecciones del aparato urinario, las lesiones de la cauda equina, la epilepsia, la apnea del sueño y las malformaciones del aparato urinario. En los pacientes con enuresis secundaria, se debe descartar la presencia de alguna causa subyacente.

Diagnósticos

En la mayoría de los casos suele tratarse de una infección urinaria, que se puede detectar con un análisis de orina y un urocultivo. Si las pruebas de orina dan negativo hay que descartar, a través de los datos clínicos, el historial del paciente y una exploración física, otros trastornos menos habituales, como malformaciones o problemas nerviosos. En el caso de que la enuresis no sólo sea nocturna, sino que el paciente también tenga problemas de incontinencia durante el día, habría que hacer un examen clínico más exhaustivo con una ecografía renal, una urografía intravenosa (UIV) y radiografías con contraste de la vejiga y la uretra (cistouretrografía). Si estamos ante un paciente con enuresis nocturna secundaria las probabilidades de que se trate de problemas orgánicos, como por ejemplo de una infección urinaria, es mucho mayor. Si el paciente con este tipo de incontinencia además tiene síntomas intestinales o también tiene los síntomas durante el día, se necesitan más estudios adicionales.

Diagnóstico diferencial

No debe confundirse con nicturia, que es el aumento de la frecuencia en la micción nocturna, pero sin incontinencia.

Tratamiento

En un gran porcentaje de niños la enuresis desaparece de forma espontánea antes de los 6 años de edad. Si este proceso no se lleva a cabo hay que tener en cuenta los efectos psicológicos en el menor (vergüenza) y llevar a cabo un asesoramiento inicial. El mejor tratamiento para evitar estas incontinencias es que el paciente lleve rutinas como miccionar antes de irse a la cama, llevar la cuenta de las noches que moja o no la cama y no beber líquidos desde dos o tres horas antes de acostarse (sobre todo refrescos con cafeína).

Además, existen unas alarmas de enuresis, que con un estruendoso sonido despierta al niño. Se trata de un detector de humedad con una eficacia del 70 por ciento. Una vez parezca solucionado el problema, es recomendable seguir usándola hasta tres semanas después de la última incontinencia. Junto con esto se podría reforzar el tratamiento con ejercicios de la vejiga, como retrasar el máximo posible la micción para fortalecer esa zona.

Por último, también existen tratamientos farmacológicos. Se recomienda el uso de desmopresina, que disminuye el volumen de líquido mientras se duerme; o la oxibutinina que actúa aumentando la capacidad de la vejiga. A la imipramina se debería recurrir en última instancia, si los anteriores tratamientos no consiguen buenos resultados, debido a sus efectos secundarios.

Los estudios científicos y psicológicos indican que la enuresis puede tener tanto un tratamiento activo como pasivo. Cuando la enuresis es fuente de una importante tensión emocional, puede estar indicada la farmacoterapia sintomática, prestando la atención adecuada a las posibles causas subyacentes, es decir a los aspectos emocionales. Se debe distinguir entre los trastornos de origen neurológico y los de etiología psicológica, que son la gran mayoría de los casos. Cuando los tratamientos "activo" y "pasivo" no terminan de resolver el problema, o bien desde el inicio de la intervención, se debe tener en cuenta el abordaje de los problemas emocionales del niño o adolescente, mediante el tratamiento Psicológico.

Tratamiento activo

El tratamiento activo consiste brevemente en medicación apropiada (imipramina, arginina, anticolinérgicos, etc.) para modificar el ánimo del niño, así como la dilatación de la vejiga que está íntimamente relacionada con la capacidad de contención y vaciamiento de la misma. También existen una serie de prácticas, orientadas a desarrollar el control del agujero anal (ejercicios de control de pene), así como ciertas conductas que previenen la enuresis nocturna. El tratamiento sintomático se suele realizar con cloruro de oxibutinina o con imipramina. En algunos pacientes, se ha utilizado las desmopresina por vía intranasal.

Recomendaciones

  • Acudir al médico para que realice el diagnósticos minucioso, un adecuado examen físico y los medios de diagnósticos necesario.
  • Debe tratarse la causa, si esta se ha precisado.
  • El uso de medicamento lo determina el médico en dependencia de las manifestaciones clínicas.
  • Realizar ejercicios específicos: se inicia contrayendo los músculos de pelvis, como se haría para inhibir la defecación o detener el flujo de orina. Se descansa y luego se repiten las contracciones. Hay que hacerlo 20 a 30 veces. Se descansa 10 segundos entre cada ejercicio.
  • Debe repetirse la serie varias veces al día.
  • No han de realizarse en el baño al orinar.
  • Vaciar con mayor frecuencia la vejiga.
  • Inclinar el tronco al orinar, para que la vejiga se vacié de forma más completa.
  • Disminuir el consumo de alimentos y bebidas que contengan cafeína.
  • Nunca pensar que es propio de la vejez, sino acudir la médico.

Fuente