Enrique Morgan Nicolaus
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Sumario
Biografía
Infancia y juventud
Nace el 20 de diciembre de 1990 en Holondrón, Matanzas. Sus pares fueron Mariano y Julia, quienes forman una numerosa familia con debidos principios sociales.
Muy pequeño aun, y sin haber podido estudiar, Enrique empieza a trabajar para contribuir al sustento del hogar. Adolescente todavía contrae matrimonio, de cuya unión nace una hija. En 1937, disuelto su matrimonio se traslada a vivir al Central Preston (hoy Guatemala). Aquí trabaja como peón en el taller de. La carpintería.
Ayudado por un amigo Juan Torres, aprende las primeras letras, alcanzando el tercer grado. Prosigue estudiando en una escuelita privada hasta concluir la Enseñanza Media, lo cual es muestra de su tesón e interés, pues luego de rendir la jornada laboral acudía al aula.
Etapa revolucionaria
Su labor revolucionaria se inicia en el Central Preston, cumpliendo las tareas encomendadas en la zona de Mayari, Sagua de Tánamo y Moa, para lo que se vestía de misionero y caminaba de pueblo en pueblo. Desde 1933 se afilio al Partido Socialista Popular, en el que permaneció hasta su muerte.
Vinculado a Jesús Menéndez, José Ramiro Echevarria, y otros revolucionarios realizo diversas manifestaciones de agitación y c contactos con grupos para orientarles tareas, por su labor política fue detenido el 23 de diciembre de 1956, luego de regresar de Baracoa, donde había en cumplimiento de una misión.
Muerte
La guardia rural que venia vigilándolo hacia meses, aprovecho la coyuntura creada en la Costa Norte de Oriente contra los efectivos revolucionarios para asesinar en la noche del 26 de diciembre en su propia casa, donde vivía solo, en La Colina de Rancho Grande.
Horas después es encontrado en su casa, baleado criminalmente.
Enrique Morgan, uno de los 23 elegidos para engrosar el martilogio cubano, integra’”La lista negra’” elaborada por Cowley y sus secuaces para aquella Pascuas Sangrientas de 1956. Fue brutal y sádicamente asesinado, pero su acción, su ejemplo y decisión de luchar por un mundo mejor no pudieron matarlo, se impregno en el pueblo que lo rodeaba, se acrecentó en cada revolucionario, y aun late en la nueva generación.
Hoy la Revolución, al erigir sus obras las hace con un profundo sentimiento de recordación y homenaje a quienes ofrendaron sus vidas por este presente de trabajo y de construcción del socialismo. .
Enlaces relacionados
Fuente
Libro Las Pascuas Sangrientas 1957-1987
