Juan Burghi

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Juan Burghi
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Nacimiento1899
Montevideo, Uruguay
OcupaciónEscritor
NacionalidadUruguaya

Juan Burghi. Escritor uruguayo.

Síntesis biográfica

Nació en 1899 en Montevideo, Uruguay, en el "Rincón del Cerro". El poeta cerrense habló alguna vez de su ciudad natal como: El sitio de los variados panoramas geográficos.

Se trasladó a la Argentina en el año 1907, donde hizo amistades como la de Leopoldo Lugones, y allí vivió y estableció su hogar. Aquí nacieron sus hijos y aquí desarrolló su tarea literaria, con amor a la naturaleza regional, a lo telúrico, en especial dirigido a los niños y adolescentes.

En 1970 recibió el "Laurel de Plata" como poeta, galardón que asignaba el Rótary Club de Buenos Aires a aquellas personalidades que por sus méritos humanos y los logros obtenidos en sus empeños científicos, artísticos, técnicos, culturales, pudieran ser señalados públicamente.

Libros publicados

Portada del Libro Pájaros Nuestros
  • Zoología Lírica
  • Motivos de Pájaros
  • Pájaros nuestros
  • El paisaje y su voz
  • Luz en la Sierra (1936)
  • Oro de Otoño (Poesías)
  • Motivos de Árboles
  • Aves Nuestras

Fragmento del Libro Zoología lírica

  • Insectos
Portada del Libro Zoología Lírica

Verano, casi mediodía. Todo el oro que el sol sembró en la mañana, lo está cosechando en abejas... A ellas se ha mezclado un abejorro grueso, velludo y gangoso. Dijérase que un abad gordo y solemne entre monjitas, salmodiando con visible mal humor sus latines... Las alas cortas para tamaño cuerpo, dan la impresión de que lleva sobre sus hábitos afelpados una capita lustrosa que apenas alcanza los codos.

Sobre este mismo alfalfar encendido de abejas, anoche, las luciérnagas vertieron abundante rocío luminoso... Ahora, todo él se desmiga en pétalos áureos y níveos de mariposas.

Pasa un aguacil, cabeza abultada y cuerpo larguirucho, alas crujientes de mica delgada y quebradiza que resbalan sin agitarse. Viéndolo pasar, se supone que ha sido el modelo de la primera avioneta...

Un mamboretá, adherido a un tallo, mimetiza una espiga verde —lo mismo que podría mimetizar una seca. Mueve desgonzada su cabecita triangular de minuciosa talla: en lo alto, resaltan vivos los puntos de los ojos siempre atentos, y en lo bajo, la boca faunesca parece besar con devoción las manos que eleva orantes... Cual si armara una silla de viaje, despliega la falsa escuadra de sus grandes zancas dentadas, la vuelve a plegar y, con impulso, se lanza al espacio...

Llega un escarabajo que adopta la actitud de un torito empacado. En un alarde espectacular, se ha echado sobre las espaldas de azabache toda la lumbre del día y la ostenta muy ufano... Embiste una boñiga seca y, al moverla, infinidad de rubias y minúsculas hormiguitas huyen despavoridas. Parecen ir diciendo cosas tremendas del monstruo que las espantó, lo que no impide que si ese monstruo cayera, mal herido o muerto, se volvieran al punto y forrándolo todo con sus cuerpos, comenzaran a devorarlo hasta dejar sólo la coraza...

Una cigarra gira delirante su sierra sin fin, obstinada en aserrar ella sola una rama. El sol pasa por el transformador de su vientre y se vuelve sonoro, tal como el aire que pasa por los tubos de un órgano. Su estridor se prolonga ininterrumpido y llena el ámbito... Aguzo el corazón como un oído, para mejor recoger esa voz familiar y querida que me llega desde la infancia con el sabor de aquellos veranos campesinos, y la escucho emocionado... Que la voz de una cigarra puede darnos todo el verano, como la vibración de un caracol puede evocarnos todo el mar...

Mientras tanto, el sol sigue cosechando abejas...

Fuentes