Media Luna
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Municipio granmense lleno de historia, donde nacieron los revolucionarios Celia Sánchez Manduley y Vilo Acuña. Su población es aproximadamente de 36000 habitantes, de los cuales 17000 habitan la zona urbana. Abarca un área de 375,5 km por lo que es considerado el de menos extensión en la provincia, con una densidad poblacional de 95,9 habitantes por Km2. Se subdividido en 10 consejos populares.
Ubicación
Limita al norte con el municipio Campechuela y el Golfo de Guacanayabo, al sur con parte de los municipios de Niquero y Pilón, al este con parte de Pilón y Campechuela y al oeste con las aguas del Golfo de Guacanayabo en el sur oriental.
Historia
Acerca del origen del nombre de Media Luna. A raíz del inicio de la Guerra de los Diez Años, el gobierno colonial español decidió agrupar en una especie de “campamentos” a la población campesina de esta zona del país, bajo el pretexto de protegerla contra las consecuencias de la guerra, pero el verdadero propósito era eliminar cualquier posibilidad de colaboración campesina con las tropas mambisas y descartar el apoyo logístico a las tropas independentistas.
Por entonces el único poblado de importancia que existía en el sur del Guacanayabo era Vicana Abajo, donde radicaba la capitanía del partido pedáneo de Vicana. Desde allí se dirigía política y administrativamente una extensa región que iba desde la margen sur del río Tana hasta Cabo Cruz. Este poblado estaba compuesto, fundamentalmente, por españoles, fieles a la corona y defensores del régimen colonial.
Una parte de la población rural de esta zona fue ubicada en un punto de la costa del Guacanayabo, conocido por Manáguano, junto a una ciénaga costera que se encuentra entre los actuales cascos urbanos de Media Luna y Niquero. Allí se reunieron más de trescientas familias de los partidos de Guá y Vicana que huían de los campos debido a los desmanes de las tropas españolas, así los presionaban para que se reagruparan en los “campamentos”.
Las condiciones del lugar no eran favorables para la vida debido a las plagas de mosquitos y el ambiente húmedo de la ciénaga de modo que se decidió mudar el asentamiento. Así las cosas, el sábado primero de mayo de 1869 se asentó el pequeño grupo humano -un campamento militar español junto a el grupo de familias antes mencionadas- en un punto de la costa un poco más al norte y que desde mucho antes se conocía por los marinos como “Ensenada de Media Luna”, atendiendo a su forma geográfica, donde había un embarcadero que desde entonces se conocía con el nombre de Sibanicú por donde se embarcaban los productos que provenían de Vicana Abajo y otras haciendas.
La Ensenada de Media Luna se extiende desde la desembocadura del río Vicana hasta el lugar donde se encontraba el antiguo muelle, donde hoy está ubicada lo que era la torre de guardafronteras. Era común dar estos nombres a los accidentes geográficos costeros que servían como referencia en una zona donde el tráfico era, generalmente, marítimo. Así son bautizados “Punta Cuchillo”, “La Herradura”, “El Martillo”, “La Zanja”, etc.
A partir del mes de julio fue poblándose el campamento por civiles que huían de los atropellos que sufrían por parte del ejército español como consecuencia de las condiciones impuestas por la guerra hasta que fue oficialmente declarado como poblado. Así, en la Ensenada de Media Luna se asentó un pequeño grupo humano que con los años fue conocido como “Pueblo Viejo” y constituye el primer núcleo poblacional de lo que hoy es el casco urbano de Media Luna.
Con los años y el surgimiento de la industria azucarera, fue creciendo esta parte de lo que hoy es Media Luna, y Vicana Abajo fue perdiendo importancia. El flujo migratorio en busca de trabajo en el central azucarero “Isabel B” provocó el crecimiento de este sector de la geografía. Así surgió el nombre de lo que hoy es el municipio Media Luna.
Desarrollo del territorio
Etapa Colonial
La población aborigen en el territorio fue tal que en la zona de LA Maguana se estableció una de las dos ENCOMIENDAS de indios que se conformaron en la provincia de Macaca, la otra estaba en Cabo Cruz. Allí se agruparon grandes poblaciones de aborígenes para dedicarlas inicialmente al cultivo de la tierra y con el ánimo de adoctrinarlos en relación con la religión y otros hábitos hispanos. Allí comenzó el gran exterminio, la esclavitud y el abuso sin límites a que fueron sometidos por el colonizador europeo los primeros pobladores. En aquel se produjeron las primeras rebeliones. Se extiende una etapa bastante oscura de la historia, en cuya investigación se trabaja actualmente y que abarcó hasta los años 1820 cuando se funda en el actual Vicana Abajo lo que fue la Capitanía del Partido Pedáneo de Vicana. La importancia de Vicana Abajo llegó a ser decisiva en la evolución histórica de la región. Alrededor de 1868 Cuba se dividía en 3 departamentos. El Occidental, el Central y el Oriental. El departamento oriental estaba dividido a su vez en cinco jurisdicciones: Cuba, cuya capital era Santiago, Holguín, Bayamo y un poco después Guantánamo y Manzanillo. La Jurisdicción de Manzanillo estaba organizada según cuatro Partidos, estos eran: Yaribacoa, Yara, Guá y Vicana. Desde Vicana Abajo, que era la capital administrativa y política del Partido de Vicana, se dirigía la zona que abarca desde Altos de Jó y Dos Bocas de Tana hasta Cabo Cruz. Todo el sur del Guacanayabo. Vicana Abajo tenía una especie de plaza central, un ayuntamiento, una iglesia desde 1824, tiendas, escuela, calles con nombres como La Covadonga o la Caridad. Por entonces también florecían algunas haciendas entre las cuales estaba la hacienda comunera de La Caridad de Macaca que pertenecía a la familia Céspedes y que jugaría un papel relevante en la historia. La población de este poblado era numerosa, alrededor de 2000 personas y en su mayoría pardos y españoles, sólo el 1 % eran esclavos y casi todos dedicados a labores domésticas. Por entonces no existía lo que hoy se conoce como Media Luna.
Luchas de Liberación
Inicio de la Guerra de los Diez Años. Una importante parte de la historia cubana se desarrolló en el querido suelo medialunero. Allá por el año 1868 se comenzó a organizar en Bayamo un comité revolucionario que se proponía lanzar a Cuba a una Revolución con el objetivo de poner fin a la colonización de la isla. Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y Perucho Figueredo al frente de un numeroso grupo de patriotas asociados a logias masónicas que se habían convertido en centros de conspiración habían concebido planes independentistas los que desde mucho antes ya eran compartidos por muchos otros, entre ellos Carlos Manuel de Céspedes quien ya desde 1852 venía teniendo problemas con los representantes de la metrópoli española por sus ideales independentistas.
En agosto de 1867 le proponen a Perucho Figueredo que compusiera lo que ellos llamaron LA MARSELLESA CUBANA y que luego se convirtió en el himno nacional cubano. Después de varias reuniones en distintas partes del territorio, los revolucionarios acordaron alzarse en armas el 14 de octubre de 1868. Hay que decir que muchos de los comprometidos se inclinaban por la idea de realizar el alzamiento después de terminada la zafra y que sólo los manzanilleros, capitaneados por Carlos Manuel, y los tuneros se manifestaban impacientes. Fueron ellos quienes forzaron los acontecimientos. Por entonces los hermanos Céspedes habían adquirido posesiones en la costa del Guacanayabo. Carlos Manuel había comprado en 1866 el ingenio La Demajagua a su hermano Francisco Javier quien por esos tiempos había adquirido tierras en la zona hoy ocupada por Campechuela. Pedro, el hermano menor, establecido en La Caridad de Macaca había puesto una tienda.
Los preparativos en La Caridad habían adquirido tal organización que más de 400 hombres estaban localizados y parcialmente armados. Todo estaba listo y hasta una bandera estaba confeccionada, la misma bandera que enarbolara Carlos Manuel en La Demajagua el 10 de octubre.
Una imprudencia cometida por la esposa de uno de los complotados comprometió las acciones. Trinidad Ramírez reveló en el confesionario al sacerdote Tomás Felipe los planes conspirativos de su marido. Dicho sacerdote, violando el secreto de confesión, se lo comunicó de inmediato al capitán de la plaza de Manzanillo, Francisco Fernández, quien, a su vez, lo informó al Capitán General de la isla de Cuba, Francisco Lersundi.
Lersundi, inmediatamente, redactó y envió a Bayamo un telegrama cifrado en clave con la orden de arrestar a varios de los complotados. El mensaje decía: Cuba es de España y para España hay que conservarla, gobierne quien gobierne. Reduzca usted a prisión a don Carlos Manuel de Céspedes, a Francisco Vicente Aguilera, a Pedro Figueredo, a Francisco Maceo Osorio, a Bartolomé Masó, a Francisco Javier de Céspedes y añadía otros nombres de conocidos conspiradores. Pero ese día el telegrafista que recibió el mensaje fue Ismael de Céspedes, sobrino de Carlos Manuel, y advirtió a Perucho Figueredo antes de entregar el mensaje, lo que permitió que se dispusiera del tiempo justo y suficiente para que no abortara la Revolución. Se dispararon los acontecimientos sin saber esto ya en Macaca la actividad se había vuelto febril. Al enterarse el día 8 Carlos Manuel de las noticias llegadas desde Bayamo decide adelantar el alzamiento y ese mismo día en horas de la noche encomienda a Francisco Estrada y Céspedes, su sobrino, la tarea de avisarle a Pedro en La Caridad para que este se lance a la manigua. Pancho Estrada llega a Macaca el día 9 de octubre de 1868 en horas de la mañana y se decide realizar ese mismo día el alzamiento y poner en práctica el plan de Carlos Manuel. Pedro pone a disposición de los más de 400 hombres las provisiones de su tienda y en horas del mediodía, se produce el primer grito de ¡VIVA LA LIBERTAD!. La columna mambisa comandada por Pedro de Céspedes sigue camino hacia la Capitanía del Partido de Vicana y allí, en la Barranca, alrededor de las 12:30 de la tarde del 9 de octubre se disparan los primeros tiros de la Guerra de los Diez Años, cuando la guarnición española puso resistencia a los revolucionarios. Tomada la guarnición de Vicana Abajo los mambises siguieron camino hacia el partido de Guá donde acometieron otras acciones revolucionarias para después unirse al grupo de La Demajagua y juntos poner sitio a la ciudad de Bayamo unidos a otros patriotas. Otros alzamientos se registraron ese día 9 pero se reducen a movimientos de hombres que se dirigen hacia La Demajagua para unirse a Carlos Manuel.

