Mohamed Ould Ghazouani
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Mohamed Ould Ghazouani, juró como nuevo presidente mauritano, es el décimo presidente de Mauritania desde su independencia de Francia en 1960.
Comienzos
Oriundo de la región meridional de Assaba e hijo de un notable sufí de la tribu morabita de los Ideiboussat, en 1960 tenía cuatro años cuando Mauritania, hasta entonces colonia francesa, accedió a la soberanía nacional. Su ingreso en las Fuerzas Armadas Mauritanas se remonta a 1978, el año en que los militares derrocaron al presidente civil desde la independencia, Moktar Ould Daddah, e inauguraron una turbulenta era de golpes de Estado y regímenes castrenses.
Presentación
Las votaciones presidenciales de junio de 2019 en Mauritania tuvieron el resultado previsible del triunfo de la continuidad: su ganador fue el general retirado Mohammed Ould Ghazouani, candidato del partido del oficialismo, la UPR, y hombre de plena confianza del presidente saliente, el también antiguo general Mohammed Ould Abdelaziz, al que la Constitución impedía optar al tercer mandato.
Descrito como un militar eficiente y de carácter sumamente reservado, Ghazouani estuvo entre los oficiales que ejecutaron el golpe de Estado prodemocrático de 2005 y en 2008 secundó a su amigo Abdelaziz en el golpe que derrocó al presidente civil elegido en las urnas el año anterior, Mohammed Ould Cheikh Abdallahi. En la década que siguió, Ghazouani sirvió lealmente a Abdelaziz, legitimado como presidente de la República en unas elecciones contestadas por la oposición, desde los puestos de jefe del Estado Mayor del Ejército y ministro de Defensa.
Participación en los golpes militares de 2005 y 2008
Parte de la primera instrucción de Ghazouani transcurrió en la Real Academia Militar de Meknès, en Marruecos, país que hasta 1979, cuando Nouakchott decidió retirarse del conflicto por la acumulación de reveses en el campo de batalla, fue aliado de Mauritania en la lucha común contra los independentistas saharauis. En Meknès el futuro presidente trabó amistad con otro aspirante a oficial de su misma edad, Mohammed Ould Abdelaziz, del que tres décadas más tarde iba a ser mano derecha en la empresa de usurpar el poder político y fundar un nuevo régimen de gobierno con revestimiento constitucional.
A lo largo de la década de los ochenta, Ghazouani completó su formación con una serie de titulaciones académicas y cursos de capacitación operativa, uno de los cuales transcurrió en Irak, convirtiéndose en oficial al mando de unidades blindadas. A principios de los noventa el oficial fue tomado como asistente personal y escolta por el coronel Maaouya Ould Taya, autor del golpe de Estado de 1984 y el cuarto presidente consecutivo de la junta militar instalada en 1978. Desde 1992 Taya continuó dirigiendo autoritariamente el país, sobre el papel una democracia multipartidista, como presidente de la República.
Con el rango de coronel, Ghazouani fue uno de los oficiales clave para el triunfo del golpe de Estado, un limpio golpe de palacio, perpetrado el 3 de agosto de 2005 por su colega de escalafón Ely Ould Mohammed Vall, el mando al frente de la Seguridad Nacional (Sûreté Nationale), máximo organismo policial de Mauritania. Una vez derrocado Taya, acusado de "prácticas totalitarias" por los golpistas, Ghazouani fue presentado como uno de los 17 miembros de la junta de uniformados, el Consejo Militar para la Justicia y la Democracia (CMJD), y recibió de Vall, erigido en jefe transitorio del Estado con la promesa de devolver el poder a un Gobierno civil elegido en las urnas en el plazo de dos años, la Dirección General de la Seguridad Nacional. En el CMJD Vall era el número uno y Mohammed Ould Abdelaziz, comandante del Batallón de Seguridad de la Presidencia de la República (BASEP) y a la sazón primo carnal de Vall, el número dos.
Vall cumplió cabalmente el plan de transición política y en abril de 2007 cedió la Presidencia al mandatario elegido en las votaciones democráticas de marzo, el economista independiente Mohammed Ould Cheikh Abdallahi. En ese momento, Ghazouani fue dado de baja como director de la Seguridad Nacional, cargo que asumió el coronel Mohammed Ould Cheikh Ould Hady, y a cambio recibió los galones de general del Ejército. Similar promoción alcanzó a Abdelaziz, nombrado jefe del Estado Mayor Presidencial sin descargo de la comandancia de la BASEP. En enero de 2008 los amigos volvieron a ser ascendidos, Ghazouani a la jefatura del Estado Mayor del Ejército y Abdelaziz al generalato.
La lealtad de Ghazouani y Abdelaziz con el jefe constitucional del Estado parecía indiscutible, pero justo al cumplirse el tercer aniversario del golpe de 2005 esta apariencia de orden y legalidad saltó por los aires. El 6 de agosto de 2008, en un ambiente crispado por el auge del terrorismo salafista vinculado a Al Qaeda, el deterioro de la precaria economía nacional, la inestabilidad gubernamental y las divisiones en el partido afín al presidente, el PNDD-ADIL, Abdallahi, sin dar explicaciones, decretó una profunda remodelación en los aparatos militar y de seguridad que suponía los ceses fulminantes de Ghazouani como jefe del Estado Mayor del Ejército, de Abdelaziz como comandante del BASEP, de Félix Négri como jefe del Estado Mayor de la Guardia Nacional y de Ahmed Ould Bekrine como jefe del Estado Mayor de la Gendarmería Nacional.
La respuesta de los cuatro generales defenestrados, todos integrantes del CMJD de 2005-2007, y secundados por el coronel Hady, el director general de la Seguridad Nacional, fue automática y expeditiva: tomar el poder, cosa que hicieron sin realizar un solo disparo y con una facilidad tan pasmosa que la duda quedó sobre cuánto de planificado de antemano y cuánto de espontáneo tenía su acción de fuerza. Los golpistas, tras disponer la destitución y arresto del presidente Abdallahi, del primer ministro Yahya Ould Ahmed El Waghef y del ministro del Interior Mohammed Ould Rzeizim, constituyeron un Alto Consejo de Estado (ACE) de once miembros, todos uniformados, cuyo primer decreto fue revocar las cuatro destituciones que en apariencia habían desencadenado el cuartelazo. Abdelaziz presidía el ACE con funciones de jefe del Estado y Ghazouani le flanqueaba como jefe del Estado Mayor del Ejército.
A partir de este momento, todo el protagonismo en la conducción del nuevo curso nacional lo asumió Abdelaziz, proyectado como un hombre de acción con ambiciones políticas dentro de un estilo personal más bien sobrio, mientras que el más discreto Ghazouani, retratado como un militar piadoso y taciturno con ciertas tendencias eruditas y "místicas" que le vendrían de familia, asistía fielmente al nuevo hombre fuerte de Mauritania desde la sombra, controlando unas Fuerzas Armadas de siempre propensas a las camarillas y haciéndose respetar por la oficialidad.
Al "movimiento de rectificación" de agosto de 2008, justificado por el ACE por la necesidad que había de "salvar el país y volver a encarrilar el proceso político" iniciado en 2005, le siguió una operación de normalización constitucional que fue hábilmente dirigida por Abdelaziz. Así, el general golpista aguantó las fuertes presiones internacionales, materializadas en sanciones, y consiguió involucrar a los partidos políticos en las tareas de gobierno y en la organización de unas elecciones a las que él, a diferencia de Vall en 2007, sí se presentaría, con el obvio deseo de legitimarse en el poder llevando las galas de presidente civil.
El 15 de abril de 2009 Abdelaziz renunció a la jefatura del ACE para poderse inscribir como candidato presidencial "independiente" y entonces su segundo de a bordo, Ghazouani, de semblante siempre marcial y hierático, pasó a comandar la junta. Sin embargo, las funciones del jefe del Estado en la recta final hasta las elecciones no recayeron asimismo en Ghazouani, sino que fueron devueltas nominalmente al presidente de la República, oficina que a falta de un titular recayó interinamente, con arreglo a la Constitución de 1991, en el presidente del Senado, Ba Mamadou dit M'Baré. Semanas después, un grupo de diputados leales al ACE, denominado Consejo Superior de la Defensa Nacional (CSDN) desde el 27 de junio, constituyó un partido en apoyo de la aspiración de Abdelaziz, la Unión por la República (UPR), que nombró al general su presidente.
El 18 de julio tuvieron lugar las elecciones presidenciales con el resultado previsto de la victoria de Abdelaziz sobre sus nueve contrincantes de diferentes partidos, que clamaron fraude. Con la toma de posesión presidencial de Abdelaziz, el cual tenía por delante un mandato de cinco años renovable una sola vez, el 5 de agosto de 2009, Mauritania recobró el orden formalmente democrático. En la comandancia del estamento militar el flamante mandatario civil dejó a su hombre de plena confianza, el general Ghazouani.

