Diez de Octubre
Plantilla:Territorio El municipio de Diez de Octubre se constituye como tal en 1976, al establecerse en todo el país la nueva División Política-Administrativa aprobada por el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en diciembre de 1975, plasmada jurídicamente mediante la Ley 1304 del 5 de junio de 1976, aunque su historia se remonta al siglo XVI. Toma su nombre de una de las primitivas vías de comunicación que atravesaba el territorio con dirección norte-sur, comunicando la Villa de San Cristóbal de La Habana con el interior garantizando el traslado de ganado y productos agrícolas para la subsistencia de sus moradores. En sus inicios fue llamado Camino Real del Sur y posteriormente se le conoció como Camino de Jesús del Monte, tomando este nombre de la ermita de Jesús el Buen Pastor, construida en una elevación próxima. Ya en el siglo XVIII adquirió el rango de Calzada y en 1918, por solicitud de la Asociación de Emigrados Revolucionarios, cambió el nombre por el de Diez de Octubre como homenaje al inicio de nuestra gesta libertadora.
Sumario
Historia
Etapa Colonial
El 28 de octubre de 1492 Cristóbal Colón desembarcó en la costa norte de Cuba.
Hacia el verano de 1510, ya bojeada la Isla, llega Diego Velásquez con un grupo de españoles. Comienza la ocupación de Cuba y desde 1511 hasta 1515 se produce la fundación de las primeras siete villas.
La de San Cristóbal, establecida inicialmente en la costa sur de La Habana, fue trasladada junto al Puerto de Carenas, en la costa norte, según se cree en 1519.
La necesidad de sus moradores de extender hacia los territorios cercanos las zonas de cultivos de subsistencia determinó la aparición de caminos que enlazaran la Villa con el interior. Esto se remonta a fecha anterior a 1557, pues ya en ese año el cabildo convoca a los vecinos para que cooperen con el arreglo de los mismos que habían sido destruidos por un huracán. Estos caminos fueron tomando distintas denominaciones, entre ellos se encontraban el “Camino de Matabanó”, nombrado más tarde “Camino Real del Sur” por donde entraba en la capital la mayor parte de los abastecimientos y que fue el más significativo para la historia de nuestra localidad y su futura evolución económica y social.
Hasta el presente ha sido imposible hallar evidencias materiales de asentamientos aborígenes en el área que abarca nuestro municipio en la actualidad. La permanencia en nuestra toponimia de vocablos tales como Luyanó, Uyanó, Maboa y otros sugieren esta posibilidad.
Durante el siglo XVI y hasta fines del XVIII se otorgan las primeras mercedes en el territorio, se desarrolla la agricultura de subsistencia, así como el cultivo de la caña de azúcar y el tabaco.
El dato más antiguo referido al territorio se remonta a 1558, año en que aparece mencionado un lugar denominado Sabana de la Mula, destinado por el Cabildo a apacentar el ganado manso que iba a ser sacrificado, sitio que corresponde a las actuales Calzadas de Diez de Octubre, Concha y Cristina.
El primitivo Jesús del Monte se hallaba al sur de la villa de San Cristóbal, con una extensión aproximada de unas cinco leguas de superficie. Incluía las zonas que posteriormente fueron conocidas como: Luyanó, Víbora, Jacomino, Arroyo Apolo y Arroyo Naranjo.
La cercanía a la villa de San Cristóbal, los caminos que lo atravesaban, la fertilidad y topografía del terreno, así como las favorables condiciones climáticas, resultaron factores importantes para que se produjeran mercedes de tierra, primero; y el establecimiento de pobladores, después.
Actividades Económicas
Durante la segunda mitad del siglo XVI La Habana comenzó a adquirir importancia en virtud del fomento de las construcciones militares que debían defenderla de los ataques de los corsarios y por el establecimiento del régimen de flotas. De la América a España salían dos flotas: una desde Cartagena y Portobelo y otra de Veracruz.
Estas dos flotas debían reunirse en La Habana y luego emprender el viaje hacia España juntas, a través del canal de La Florida. Los viajes de las flotas empezaron a hacerse con regularidad desde 1581. La estancia de las flotas beneficiaba extraordinariamente a La Habana, puesto que tanto al venir de España como al regreso, los barcos necesitaban agua, leña, carne, viandas, frutas, cueros y otros productos de los cuales se abastecían en la villa; lo que determinaba que en varias leguas a la redonda se criara ganado y se cultivaran tierras con el propósito de abastecer a los miles de soldados, marinos y pasajeros que formaban parte de las flotas.
El otorgamiento de mercedes de tierra en la localidad se inicia aún antes de mediados del mencionado siglo, continúa durante la segunda mitad y se intensifica en el siglo XVII. Esas tierras, comenzando por las otorgadas en la zona de Luyanó, estarían dedicadas a estancias de labor y sabanas para pastoreo de ganado, actividades que tenían como objetivo abastecer la villa de San Cristóbal. Aparecen como beneficiarias de los otorgamientos personas de diferente extracción social desde Juan de Rojas y Francisco Colona, destacadas personalidades de la villa, hasta negros libres.
El cultivo del tabaco se desarrolló en Jesús del Monte desde los primeros años del siglo XVII. Los europeos habían aprendido de los indígenas a fumarlo desde mucho antes y ya en aquella época se usaba en Europa; aunque en Cuba solo se sembraba para el consumo y la venta a las flotas. En ese propio siglo fue surgiendo la agricultura cañera y se establecieron varios trapiches en el territorio. Factores importantes en el desarrollo histórico de Jesús del Monte son la presencia de numerosos caminos y serventías, en primer lugar el Camino Real del Sur, que atravesaba el territorio de norte a sur y enlazaba la villa con el campo o monte, por lo que posteriormente recibió el nombre de Calzada de Jesús del Monte. Esta vía fue durante varios años el principal camino por donde entraban los abastecimientos agrícolas y pecuarios a La Habana y conducía hasta Santiago de las Vegas, Bejucal y Batabanó.
Otra importante vía de comunicación era el Camino del Sudeste (Camino de Luyanó), el que fue con el tiempo la calle Mangos. El mismo conducía hacia Guanabacoa y San Miguel del Padrón. A principios del siglo XIX fue sustituida por la Calzada de Luyanó, que constituyó la más utilizada vía terrestre de salida de La Habana hacia el este hasta que se inauguró el Paso Superior de la Vía Blanca en 1947. Además de estos dos caminos principales, habían otros de segundo orden que atravesaban el territorio en distintas direcciones, como el camino de la Cruz del Padre o del Guanchero, coincidente en parte con la actual avenida de Mayía Rodríguez; la serventía de María Ayala, que seguía aproximadamente el rumbo de lo que es hoy la avenida de Dolores o “Camilo Cienfuegos”. También hubo caminos o serventías que al andar de los tiempos se convirtieron en importantes vías como las Calzadas de Concha y la de Porvenir.
El incesante tráfico de viajeros, carretas y arrías fue creando las condiciones para el surgimiento de cafés, fondas, herrerías y otros establecimientos necesarios para el abastecimiento y descanso del creciente personal que se movía por los caminos existentes en el territorio.
El Poblamiento
El poblamiento del territorio se fue produciendo en forma lenta y dispersa desde fines del siglo XVI y principios del XVII y a mediados de éste ya existía el caserío de Jesús del Monte en terrenos del demolido ingenio San Francisco de Paula, propiedad de Francisco de Lara Bohórquez, en las inmediaciones de la intercepción del Camino Real del Sur y el del Sudeste.
Este poblado, distante de la villa unos cuatro kilómetros en dirección sur, presentaba típicas características rurales y estaba compuesto por naturales de la Isla, inmigrantes canarios y peninsulares; así como negros libres y esclavos. Éstos se dedicaban básicamente al cultivo de la caña de azúcar y a su procesamiento; mientras aquellos, aprovechando las condiciones favorables del terreno, practicaban una agricultura de subsistencia y el cultivo del tabaco.
A fines del siglo XVII la población ascendía a 1 627 habitantes, de ellos, 673 españoles y libres y 954 esclavos. El crecimiento progresivo del asentamiento poblacional y los serios inconvenientes que confrontaban los vecinos, especialmente durante la estación de las lluvias, para trasladarse hasta la parroquial mayor a fin de participar en los oficios religiosos contribuyeron a que se construyera la ermita de “Jesús el Buen Pastor” en la elevación próxima al cruce de los dos caminos principales mencionados.
En 1695, cuando ya la ermita resultaba insuficiente para desempeñar su cometido; el presbítero Cristóbal Bonifaz de Rivera, propietario de terrenos en las inmediaciones, donó la extensión necesaria para la construcción de una iglesia de piedra y tejas, de una sola nave y sin torres. La iglesia fue declarada auxiliar de la parroquial mayor.
Los documentos más antiguos existentes en el archivo parroquial; referente a matrimonios, bautizos y defunciones, son los siguientes:
- El 3 de noviembre de 1689 se llevó a cabo el primer matrimonio en la ermita de San Cristóbal de Paso Seco perteneciente a la demarcación de Jesús del Monte. Los contrayentes fueron Baltasar López y María Márquez, ambos canarios.
- El 6 de julio de 1690 aparece el primer bautizo de españoles, el que se corresponde a una niña llamada Isabel, hija de Cristóbal de Fuentes y de Catalina López.
- El 16 de diciembre de 1693 se asentó la primera muerte en el libro de defunciones, la que corresponde a María, hija de Diego Díaz e Inés María Carmenate.


