Ana Rosa Zamora Turró
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Ana Rosa Zamora Turró. Destacada pedagoga, con una rica trayectoria pedagógica y revolucionaria.
Sumario
Nacimiento
Nació el 18 de febrero de 1912 en Baracoa actual provincia de Guantánamo, su niñez se desarrolló en un hogar humilde bajo la tutela de su tía materna al quedar huérfanos ella y sus dos hermanos.
Estudios cursados
Estudios primarios y secundarios
Cursó sus estudios primarios y secundarios en su pueblo natal y, al concluir la primaria superior, inició los estudios de magisterio en la Escuela Normal para Maestros de Oriente.
Al concluir la Escuela Normal, abrió una academia privada en Baracoa, la escuela Zamora, donde se cursaban estudios desde el llamado kindergarten hasta el octavo grado, antigua primaria superior. En esta academia desempeñaba las funciones de directora y, a la vez, impartía Botánica, Anatomía, Matemática y Español.
Estudios Superiores
En el curso escolar 1945-1946, inició los estudios de Pedagogía en la Universidad de La Habana. Una vez graduada de Doctora en Pedagogía, simultaneaba la dirección de la academia y sus clases, con la función de inspectora rural y se destacaba por su exigencia.
A finales de la década del 50, se trasladó hacia La Habana, por corto tiempo en una escuela privada en Miramar, y, por oposición ganó una plaza en la provincia de Matanzas, donde laboró hasta el triunfo de la Revolución.
Labor revolucionaria y pedagógica
Se incorporó de inmediato a las tareas de la Revolución; fue alfabetizadora y miliciana, y cooperaba en todo lo que fuese necesario. A raíz de la nacionalización de la enseñanza, trabajó en la Escuela Secundaria Básica “Eugenio María de Hostos”, en el antiguo Regional 10 de Octubre.Durante el desempeño de su labor en dicha escuela, gozó de gran prestigio entre sus compañeros y alumnos.
Por su ejemplar trayectoria, fue promovida a profesora del Instituto de Superación Educacional (ISE) Nacional. En esta institución, siempre obtuvo evaluaciones de excelente durante los controles a sus clases. Además, participó en la confección de la Guía para el Maestro de Educación Secundaria Básica, Biología I (de las plantas), junto a un colectivo de autores. Conjuntamente laboraba en horario nocturno en la Facultad “José Martí”, en el Instituto de La Habana.
A partir del año 1967, ocupó la responsabilidad de asesora de Biología en el antiguo Regional Plaza. Siempre participó en el Plan Escuela al Campo, por lo que nunca perdía el vínculo con los centros que asesoraba. Estuvo desempeñando este cargo hasta el año 1974, en el cual se acogió a la jubilación.
Después de jubilada, a petición del Departamento de Biología del Ministerio de Educación, se le solicitó que trabajara en la confección del libro de texto de Botánica 9 y de la respectiva guía metodológica para el profesor.
Su maestría pedagógica
Cuando trabajaba en la Escuela “Zamora” como maestra de Botánica y Anatomía, sus clases eran muy activas, utilizaba una rica base material de estudio: objetos naturales como hojas, raíces, tallos, si iba a explicar un contenido de Botánica.
Mantenía la motivación de los alumnos desde que comenzaba la clase hasta su culminación; a medida que explicaba, iba esquematizando, por partes, en el pizarrón.
Desde su labor en Baracoa, se destacó por una esmerada atención y perspicacia. La Doctora desarrolló en sus alumnos, habilidades como la observación, la comparación y la generalización, entre otras, y en especial, enseñó a aprender. Su letra era clara y legible; cuidaba mucho la ortografía, tanto de ella como de sus educandos.
Siempre luchó para que los alumnos fueran capaces de tomar notas; insistía en que estas debían ser un extracto de lo que se explicaba. Hacía llaves y esquemas lógicos, en los cuales se resumían los aspectos fundamentales de la clase.
Poseía un dominio pleno del contenido de su asignatura y de su ciencia. Era muy común verla en la casa, hasta altas horas de la noche, preparar las clases consultando muchos libros. Ensayaba las clases a solas, objetivo de medir el tiempo y de cómo ejecutar cada actividad, de que hiciese pensar a los estudiantes.
Sus alumnos, en muchas ocasiones, obtenían lugares destacados en los encuentros de monitores que se celebraban. En una ocasión, una de sus alumnas obtuvo el primer lugar a nivel nacional en el Concurso de Biología. Siempre seleccionaba monitores, a quienes daba tareas especificas que contribuían activamente al desarrollo del proceso docente.
Desarrollaba círculos de interés de gran calidad; trasmitía su entusiasmo a los alumnos, de manera que ellos se sentían como verdaderos creadores y científicos.
En general, su conducta, sus palabras, su actuación diaria, demostraron el alto dominio de la maestría pedagógica que siempre la caracterizó.
Incidencia en la formación y superación del personal docente
La incidencia de la Doctora en la formación y superación del personal docente es la consecuencia de una causa: su maestría pedagógica.
Por su alto nivel científico, su esmerada dedicación y su prestigio, fue designada para ejercer como profesora del Instituto de Superación Educacional (ISE), donde tenia la noble y respetable misión de superar a profesores de secundaria básica provenientes de distintos sectores y niveles de enseñanza.
Durante su labor en el Instituto de Superación Educacional, la Doctora Zamora orientaba que las clases debían ser eminentemente prácticas, y los ejemplos que se utilizarían serian claros, precisos y vinculados con la vida. Además, insistía en que el vocabulario del profesor fuera fluido y asequible. Señalaba que el profesor debía tener un pleno dominio del contenido y que la superación de este es infinita; recomendaba consultar varios libros para la preparación de cada clase, y actualizarse de manera constante, Ya que nunca es suficiente lo que se sabe del mundo que nos rodea. Solía plantear, al inicio de cada unidad, una pregunta-problema, que, en sentido general, se le daba respuesta al finalizar esta, de manera que se mantuviera la motivación.
En su labor como asesora de Biología del antiguo Regional Plaza, estuvo presente el interés y la preocupación porque sus profesores tuvieran en cuenta los aspectos metodológicos de cada clase. Las reuniones método que presidía se convertían en verdaderos talleres metodológicos; se realizaban prácticas de laboratorio y se mostraban los medios de enseñanza adecuados para cada clase y cómo utilizarlos.
Cuando realizaba una visita a clase y detectaba errores de contenido con mucha ética, orientaba al profesor, lo ayudaba, sugiriéndole el autodidactismo.
La Doctora Ana Rosa Zamora educaba en todos los lugares donde se encontraba y formaba a profesores bajo concepciones científicas.
Su lamentable deceso ocurrió el día 12 de septiembre del año 1985
Bibliografía
- Alvarez Meunier, Oneida y Jorge Hernández Mujica. Cuatro vidas dedicadas a la enseñanza de la Biología en Cuba: Rosa María Angulo Diaz Canel. Cuarta parte. Revista Educación No. 70, julio-septiembre de 1988.
- Castro Ruz, Fidel. La educación en Revolución. La Habana, Instituto Cubano del Libro,1976.