Trapiche Carolina

Trapiche Carolina
Información sobre la plantilla
Trapiche1.JPG

Un día del año 1800 y de un puerto posiblemente de la costa Atlántica francesa, una pareja y un pequeño partían llenos de temor e ilusiones para nunca más volver a la tierra que los vio nacer. El porte distinguido de la pareja, sus modales, así como la de los personajes que fueron a despedirlos, quizás sus padres y hermanos, denotaban que pertenecían a la clase media, con cierto poder financiero.

El temor que los agobiaba, provenía de la implantación de la ley del servicio militar obligatorio que tenía que ser cumplido por don Luis Lale de acuerdo a la edad que ostentaba en esos momentos.
Llenos de ilusiones, seguramente por las historias contadas por sus paisanos que regresaban de esta parte del mundo, cargados de riquezas, adquiridas en negocios cafetaleros, azucareros y mineros, riquezas amansadas, gracias al trabajo esclavo generalmente.

La despedida fue triste y alegre, ya su hijo no tendría que exponer su pecho a las balas, para que unos pocos tuvieran todavía más, y la alegría de verse muy pronto, él cargado de riquezas y ella arrastrando una gran prole. Después de hacer escala en Haití para dejar pasajeros y provisiones, desembarcaron por el puerto de Santiago de cuba donde tuvieron que esperar alguna galeta que hacía regularmente la travesía hasta la ciudad de Baracoa, destino final por recomendación expresa de familiares o amigos de la colonia francesa asentada aquí, que con su trabajo creador y con la introducción de nuevas tecnologías fueron dando un insipiente desarrollo económico y cultural a esta ciudad olvidada irremediablemente por la metrópolis española. Primera villa y primera capital del país, sepultada después en el olvido por el fatalismo geográfico de estar rodeada de impresionantes montañas. Gracias a ese fatalismo geográfico es que nos gozamos hoy todos los habitantes de Baracoa de poseer un territorio donde se conservan casi intactas bellezas naturales únicas en el país, con una flora y una fauna autóctona, deleite de miles de turistas .

La familia Lale-Trutie ha llegado a su destino final, aquí definitivamente descansarán sus restos por los siglos de los siglos, y su apellido y su sangre se multiplicarán en esta isla de ensueños para enriquecer su historia, su cultura y sus tradiciones.

El trapiche en sus Inicios

De acuerdo a los datos obtenidos por entrevistas realizadas a pobladores y familiares directos de los franceses, llegamos a la conclusión que el primer lugar de asentamiento del trapiche fue en el actual San Luís, nombre que toma este lugar debido a este trascendental hecho. El área que actualmente ocupa el preuniversitario. Su finca colindaba con la de dos paisanos suyos, Don Isidoro Toirac y Don Ángel Toirac, los cuales con posterioridad jugarán un papel muy importante en su vida. Este primer intento de obtener capital de forma rápida no daba el punto óptimo para la obtención de azúcar, debido entre otros aspectos al alto contenido de sal del terreno.

Funcionamiento del molino

El molino se acompañaba de dos masas metálicas, posiblemente vertical, tal como aparecen en el molino existente de la época, que unido a engranajes, hacen que la rotación absorba con facilidad la caña. La fuerza motriz es aportada por una yunta de bueyes, el equipo estaba montado dentro de una casa de guano soportado por horcones de taragua de 12 metros x 12 metros.

El guarapo extraído de la caña debe hacer corrido por una canal debajo del terreno y protegida del paso de los bueyes hacia las pailas.

Por el pequeño volumen de las pailas se deduce que el trabajo del trapiche no era constante, la ruta crítica de la instalación pasaba directamente por la coacción del guarapo. En este tiempo de relativo descanso, se preparaba las condiciones para la próxima templa como muestra la siguiente figura.

Trapichef.JPG


Actividades principales para la operación de trapiche
Trap2.JPG

1- LLenado de guarapo de la paila (600 litros)
2- Coacción del guarapo para obtener la raspadura.
3- Sacar el producto obtenido.
4- Limpiar y preparar para la próxima templa.
5- Sacar el bagazo de la caña molida.
6- Trasladar las cañas a moler hasta la plataforma de trabajo.

El extenúense del trabajo de los esclavos

Esta tabla da la idea de la extenúense del trabajo de los esclavos y los animales de tiro, es posible que para darle algún descanso les fueran rotando por las distintas actividades.
La labor del trapiche sería organizado en dos turnos de trabajo de 12 horas y el resto de las actividades en un turno de 12 horas.

Clasificación de los operarios
turno
total
Alimentador de caña a las masas
1
2
Extractor de bagazo
1
2
Conductor de bueyes
1
2
Operador de paila #1
1
2
Operador de paila #2
1
2
Cortador y transportador de caña al trapiche
5
5
Atención a los animales y cultivos varios
2
2
Transportador de leña y agua
2
2
Cocinero
1
1
Total
15
20

El barracón

El barracón de los esclavos estaría constituido por una nave de 5 metros de ancho y 20 metros de largo, con un área para dormitorio y enfermería y otra para comedor. El techo de guano y las paredes de tabla de palma y yagua, el piso de tierra, la cocina y la letrina separadas por miedo a incendio y enfermedades. Toda la alimentación salía de la finca excepto el bacalao, tasajo y arenques guardados celosamente en la casa de vivienda. Como cama la típica hamaca.

La vivienda Principal

La vivienda está constituida principalmente por tres habitaciones, dos para los habitantes habituales y una para huéspedes, sala, comedor y almacén de alimentos, la cocina está separada de la casa por unos 15 metros, la letrina se encontraba aun más lejos en la parte posterior y a un costado de la cocina.

Las pardees y el piso de la casa de vivienda era de tablas y el techo de guano, por los restos que quedan de la antigua vivienda, se puede deducir que al parecer poseía un corredor hacia la parte noreste, donde por las tardes corría una agradable brisa que invitaba al descanso, la meditación y la conversación.

Los muebles, presumiblemente de la época con alegorías y diseños que recordaban la Patria tan añorada y lejana, fabricados por carpinteros cubanos, con maderas preciosas de la zona, muy abundantes por ese entonces. De todos los muebles solo se conservan un escaparate de caoba con sus diseños originales y aunque no forma parte del mobiliario se conserva muy bien un pilón de madera.

Fuentes

  • Editorial Arte y Literatura La Habana 1977 Baracoa, apuntes para su historia de José Ignacio Lores Castro
  • Investigación del instructor Leoeldis Silot Leyva