Buda

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Buda
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Gautama Buda.jpg
NombreSiddharta Gautama
Nacimiento560 a.n.e.
Kapilavastu, Reino de Sakya
Fallecimiento480 a. n.e.
Bandera de la India India
OcupaciónPríncipe, Fundador del Budismo
CónyugeYasodhara
HijosRahula
PadresRey Suddhodana
Reina Maya

Siddharta Gautama, más conocido como Gautama Buda (560 a.n.e. - 480 a. n.e.; Budha: significa sabio, el que ha comprendido). Fundador del Budismo. Hijo de un príncipe, durante su infancia y juventud su padre lo mantuvo alejado de cuanto pudiese evocar sufrimiento. Todavía muy joven se caso con su prima, de la que tuvo un hijo. Conoció el dolor y el sufrimiento por las apariciones milagrosas de un anciano, de un enfermo, de un cadaver putrefacto y de un asceta (persona que busca la perfección espiritual). A los 29 años abandonó su casa y su ciudad natal, se instruyó en el brahamanismo y se consagró al ascetismo.

Datos biográficos

Nacimiento

Siddharta Gautama nació probablemente en el año 558 a.n.e. en Kapilavastu, ciudad amurallada del reino de Sakya situada en la región meridional del Himalaya, en la India. Conocido también con el nombre de Sakyamuni (el sabio de Sakya), Siddharta era hijo de Suddhodana, rey de Sakya, y de la reina Maya, que procedía de una poderosa familia del reino. Según la tradición, Siddharta nació en los jardines de Lumbini, cuando su madre se dirigía a visitar a su propia familia. La reina Maya murió a los siete días de haber dado a luz y el recién nacido fue criado por su tía materna Mahaprajapati.

Príncipe

Siddharta creció rodeado de lujo: tenía tres palacios, uno de invierno, otro de verano y un tercero para la estación de las lluvias. En ellos disfrutaba de la presencia de numerosas doncellas, bailarinas y músicos; vestía ropa interior de seda y un criado le acompañaba con un parasol. Se le describe como un muchacho de constitución esbelta, muy delicado y con una esmerada educación. De sus años de estudio, posiblemente dirigidos por dos brahamanes, sólo se sabe que asombró a sus maestros por sus rápidos progresos, tanto en letras como en matemáticas. Mucho se ha hablado del carácter sensible de Buda; pero siendo hijo de un rey y aspirante al trono, debió de ser educado también en las artes marciales y en todas aquellas disciplinas necesarias para un monarca. Con todo, el reino de Sakya apenas si era un principado del reino de Kosala, del que dependía.

Siddharta se casó con su prima Yasodhara cuando tenía alrededor de dieciséis años, según algunas fuentes, o diecinueve o acaso más, según otras. En algunas leyendas se dice que la conquistó en una prueba de armas luchando contra varios rivales. Nada se sabe de este matrimonio, excepto que tuvo un hijo llamado Rahula que se convertiría muchos años después en uno de sus principales discípulos. El hecho de tener un hijo varón como continuador de la dinastía le habría facilitado la renuncia a sus derechos y su consagración a la vida religiosa

Archivo:Los cuatro encuentros de Buda.jpg
En la imagen, una representación de este episodio, conocido tradicionalmente como Los cuatro encuentros.

La vida de Siddharta transcurría la mayor parte del tiempo en el palacio real, bajo la protección paterna. Según la tradición, durante sus salidas furtivas a la ciudad, en que era acompañado por un cochero, se produjeron los llamados «cuatro encuentros». En cierta ocasión que salía por la puerta oriental del palacio, se encontró con un anciano; en otra ocasión que salió por la puerta meridional, vio a un enfermo; cuando lo hizo por la puerta occidental, vio un cadáver, y otro día, al cruzar la puerta septentrional, se encontró con un religioso mendicante. La vejez, la enfermedad y la muerte indicaban el sufrimiento inherente a la vida humana; el religioso, la necesidad de hallarle un sentido. Ello le llevaría a dejar atrás los muros del palacio en el que se había desarrollado la mayor parte de su vida.

A los veintinueve años, Siddharta abandonó a su familia. Lo hizo de noche, montado en su corcel Kanthaka y en compañía de su criado Chantaka. Su meta era Magadha, estado floreciente del sur, donde se estaban produciendo cambios culturales y filosóficos. Es posible que también eligiera ese reino, a unos diez días de camino desde Kapilavastu, para evitar la posibilidad de que su padre exigiera que fuese repatriado. Una vez recorrido parte del camino, se cortó los cabellos, se despojó de sus joyas y aderezos y los entregó a su criado para que, de vuelta a casa, los devolviera a su familia, con el mensaje de que no regresaría hasta haber alcanzado la iluminación. El resto del camino lo hizo como mendicante, práctica, por otra parte, muy bien considerada en la India de la época. También era habitual que hombres ya maduros y con inclinaciones filosóficas se adentraran en el bosque para buscar la verdad. Lo singular fue que él lo hiciera a edad tan temprana.

Estancia en Rajagaha

Una vez en Rajagaha, capital de Magadha, el joven mendicante llamó la atención del poderoso rey Bimbisara. El rey, acompañado por su séquito, fue a visitarle al monte Pandava, donde practicaba la meditación y el ascetismo. Según cuenta la tradición, el monarca le ofreció cuantas riquezas deseara a cambio de que aceptara ponerse al mando de sus batallones de elefantes y de sus tropas de élite. Siddharta informó al rey de su origen noble y del propósito de su estancia en Rajagaha. El rey Bimbisara no reiteró la propuesta; le rogó únicamente ser el primero de conocer la verdad alcanzada si llegaba a la iluminación.

Siddharta siguió las enseñanzas de dos maestros de yoga, Alara Kalama y Uddaka Ramaputa. El primero, al que seguían trescientos discípulos, había alcanzado la fase «en que nada existe»; se cree que su ermita estaba en Vaishi. Siddharta alcanzó muy pronto ese mismo estadio y se persuadió de la insuficiencia de estas enseñanzas para liberar a la humanidad de sus sufrimientos. Uddaka Ramaputa tenía seiscientos discípulos y vivía cerca de Rajagaha. Sus enseñanzas tampoco colmaron los afanes de Siddharta.

Partió entonces para Sena, una aldea junto al río Nairanjana, lugar de encuentro de ascetas. Estas prácticas estaban perfectamente reglamentadas: incluían el control de la mente, la suspensión de la respiración, el ayuno total y una dieta muy severa, disciplinas todas ellas penosas y dolorosas. Por los relatos se sabe que Siddharta no se arredró ante su dureza y que, en alguna ocasión, quienes le rodeaban creían que había muerto. En aquellos tiempos los alumnos avanzados practicaban ayunos de hasta dos meses, y se sabe que nueve discípulos de Nigantha Nataputta, fundador del jainismo, se dejaron morir de hambre para alcanzar la liberación final.

Tras años de austeridades y mortificaciones que no le procuraron la iluminación, Siddharta resolvió abandonar el ascetismo, recibiendo, por el paso dado, las críticas de sus cinco compañeros. Para empezar, se bañó en el río Nairanjana para librarse de la suciedad que había acumulado en el curso del largo proceso seguido. Al parecer, se hallaba tan débil que apenas pudo salir del agua. Recobró las fuerzas gracias a la comida que le ofreció una muchacha llamada Sajata. Según diversas leyendas, esta joven era hija del jefe de la aldea de Sena; el alimento que le dio al asceta era una sopa de arroz hervido en leche. Poco tiempo después, ya restablecido, Siddharta alcanzaría la iluminación.

La iluminación

Su doctrina

Un día orando bajo una higuera comprendió las cuatro verdades, fundamento de su doctrina:

  • El sufrimiento
  • Su origen
  • Su anulación
  • El camino para conseguir esta anulación del sufrimiento

Entonces decidió anunciar su doctrina a la humanidad y durante más de 40 años prosiguió enseñando su doctrina por toda la India. La leyenda ha adornado al Buda con rasgos fabulosos pocos dignos de créditos.

Véase también

Fuente