José Ramón Simoni y Ricardo
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José Ramón Simoni y Ricardo. Cubano que trascendió en la historia del Puerto Príncipe y que no solo se le reconoce por ser un defensor de la causa libertadora, sino por ser además el primer cubano que escribió un libro sobre la apicultura en la isla: Apuntes Para la Apicultura Cubana, folleto de 68 páginas, publicado en Puerto Príncipe, en el año 1865.
Síntesis biográfica
Hijo del italiano Luciano Simoni Franceschi y de la camagüeyana Merced Ricardo Guerra Montejo, nació el 25 de abril de 1817, y a los 17 años, el 23 de julio de 1834, recibió el título de Bachiller en Artes en la Real y Pontificia Universidad de La Habana, donde, al 29 de marzo de 1837, obtuvo el grado de Bachiller en Medicina y Cirugía.
Pasó a Francia en 1838 para continuar estudios en París, y al año siguiente se examinó para Licenciado en Medicina y Cirugía en la Real Junta Superior Gubernativa da Medicina y Cirugía de la Isla de Cuba.
Contrajo matrimonio con María del Pilar Manuela Argilagos Ginferrer, en agosto de 1841 y tuvo tres descendientes: Amalia, quien contrajo matrimonio con El Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, Matilde y Ramón.
José Ramón Simoni a su regreso a Camagüey, después de estudiar en París, alcanzar varios títulos, entre ellos el de Licenciado en Medicina y Cirugía ante la Real Junta Superior de la Isla de Cuba en 1839, y de ser Miembro de la Sociedad Apícola Francesa, publica su obra cumbre, la cual fue editada en la Imprenta Tipográfica La Merced No. 13.
La gesta libertaria
El primero de diciembre de 1868 los Simoni se ven obligados a dejar las comodidades de su vivienda, más conocida como a Quinta Simoní, por su marcada oposición al régimen Español. Su sigilo y discreción serian esenciales; su destino fue la Finca La Matilde, ubicada en el el municipio de Najasa.
El hecho de mayor relevancia que realizara el padre Simoni en La Matilde, ocurrió el 1 de enero de 1869 cuando le concede la libertad a sus 72 esclavos. Con esta acción se adelantó al Decreto de Abolición que se aprobaría el 26 de febrero de 1869.
El exilio
Luego de burlar la Familia Simoni a los Españoles en la manigua, el 26 de mayo de 1870, cae prisionera la familia Simoni.
Luego las cosas se complicarían para el padre Simoni, porque independientemente de que toda su familia fue deportada, él no podría viajar, al no poseer pasaporte para el salvoconducto.
A José Ramón no le quedó otra opción que reunirse con sus parientes en el exterior. Esto lo consigue con la ayuda de su yerno Eduardo Agramonte, quien lo embarca con gran riesgo por Santiago de Cuba rumbo a Jamaica y luego hasta New York.
Allí se reencuentra con sus hijas y esposa. Las condiciones en que emigran; la escasa cantidad de dinero hacen que tengan que economizar hasta en lo más mínimo para poder subsistir. No obstante siguen las contribuciones de los Simoni a la causa independentista.
El exilio fue una prueba más de sacrificio para esta familia legendaria, porque el clima, la idiosincrasia norteamericana y las necesidades económicas, agravadas pues Simoni no pudo ejercer su profesión por ser muy costosa la obtención de documentos legales, les obliga a emigrar nuevamente hacia Mérida, en México, en busca de mejores condiciones de vida.
En su nuevo hogar José Ramón Simoni, desarrolla una humana labor al abrir un modesto consultorio, donde introduce la homeopatía y la medicina verde, y también comienza a alfabetizar a la comunidad, mientras su hija, Amalia, abre el primer Conservatorio de canto lírico y coral para señoritas, lo que ayudó a sustentar económicamente a la familia.
Luego de finalizada la guerra de los 10 años, José Ramón regresa a la Isla, al tiempo que se dedica a recuperar todos sus bienes y parte de sus propiedades devastadas por la contienda.
Muerte
El 18 de enero de 1890 fallece a la edad de 73 años.


