Neumonía intersticial aguda


Neumonía intersticial aguda
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Neumonía intersticial aguda. La mayoría de ellas son producidas por virus, aunque otros microorganismos pueden causarlas como las Chlamydia trachomatis o pneumoniae, Mycoplasmas pneumoniae o Neumocistis jirovecii. Las estructuras más afectadas en estas neumonías son el tejido intersticial pulmonar y los tabiques interalveolares.

Manifestaciones clínica

Varían según la edad y, habitualmente, son más severas en niños pequeños. Con frecuencia comienzan como un “cuadro catarral” inespecífico: rinorrea, obstrucción nasal, orofaringe enrojecida, anorexia y tosseca. Puede haber, a veces, conjuntivitis. Con posterioridad, aparecen manifestaciones de una IRA baja, variables en intensidad según edad y agente causal: polipnea, tiraje bajo o generalizado, tórax distendido a la inspección o no; a la percusión, hay sonoridad normal, hiposonoridad o hipersonoridad unilateral o bilateral y a la auscultación, se pueden encontrar estertores húmedos finos o un síndrome de obstrucción bronquial difuso con espiración prolongada y sibilancias; el murmullo vesicular puede estar normal o disminuido.

Puede presentarse como un síndrome coqueluchoide o con una tos seca, pertinaz, molesta, con pocas manifestaciones estetoacústicas o sin ellas, con polipnea y tiraje o sin ellos y una radiografía positiva o no, sobre todo en los primeros momentos.

Análisis

El hemograma suele ser normal, aunque puede existir leucopenia o leucocitosis con predominio de neutrófilos; la eritrosedimentación suele estar normal o poco elevada y la proteína C reactiva (PCR) normal o ligeramente aumentada. Después de la 3ra. semana de evolución, en las producidas por chlamydias se pueden presentar eosinofilia y/o hipergammaglobulinemia.

Los estudios microbiológicos pudieran ayudar a establecer el microorganismo productor.

Radiografías

En las radiografías de tórax puede encontrarse una hiperaereación bilateral acompañada de opacidades o no, en un campo pulmonar o en ambos, reforzamientos peribronquiales o en bandas; otras veces, se presentan infiltrados pequeños difíciles de diferenciar de microatelectasias. Más raramente se pueden presentar condensaciones y son raras las pleuresías. Es frecuente la disociación clinicoradiológica en las neumonías intersticiales producidas por mycoplasmas o chlamydias.

Diagnóstico

Se basa en las manifestaciones clínicas y radiológicas. A veces, es necesario un lavado broncoalveolar (LBA) o una biopsia pulmonar. Los estudios microbiológicos pueden ayudar a determinar el agente causal.

Evolución

Además del agente causal y la edad, pueden influir otros factores de riesgo como el estado nutricional o inmunológico.

Muchas veces, la evolución es satisfactoria, con desaparición total o casi total del cuadro clínico en alrededor de 3 semanas, aunque las imágenes radiológicas pueden persistir por varias semanas más.

Una minoría presenta gravedad en aumento con polipnea y tiraje progresivos, empeoramiento rápido del cuadro clinicorradiológico y muerte por insuficiencia respiratoria. Otras veces el proceso pasa a ser crónico.

Complicaciones

Las más frecuentes son por infección bacteriana secundaria, aire extraalveolar (neumotórax, neumomediastino y enfisema subcutáneo) o atelectasias. El edema pulmonar no cardiogénico se puede presentar por una administración excesiva de líquidos por vía intravenosa.

Tratamiento

Como en toda IRA no complicada se tendrán en cuenta: las medidas generales, locales (incluyendo la utilización, discutida, de agonistas beta-2 adrenérgicos como el salbutamol, bromuro de ipratropio o ambos), medidas específicas según el microorganismo diagnosticado, e innecesarias o hasta perjudiciales. (Ver Tratamiento de las IRA no complicadas).

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