Trastornos neuronales
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Trastornos Neuronales. Los trastornos neuronales son enfermedades del sistema nervioso central y periférico, es decir, del cerebro, la médula espinal, los nervios craneales y periféricos, las raíces nerviosas, el sistema nervioso autónomo, la placa neuromuscular, y los músculos.
Sumario
- 1 Qué son los trastornos neurológicos
- 2 Existen más de 600 enfermedades neurológicas
- 3 Pronóstico de la enfermedad
- 4 Síntomas de los trastornos neurológicos
- 5 Diagnóstico y exámenes
- 6 Cuáles son las causas de los trastornos neurológicos
- 7 Se puede prevenir
- 8 Tratamientos para los trastornos neurológicos
- 9 Fuente
Qué son los trastornos neurológicos
El cerebro, la médula espinal y los nervios conforman el sistema nervioso. En conjunto controlan todas las funciones del cuerpo. Cuando algo funciona mal en una parte del sistema nervioso, es posible que tenga dificultad para moverse, hablar, tragar, respirar o aprender. También puede haber problemas con la memoria, los sentidos o el estado de ánimo.
Existen más de 600 enfermedades neurológicas
- Enfermedades causadas por genes defectuosos, tales como la enfermedad de Huntington y la distrofia muscular
- Problemas con el desarrollo del sistema nervioso, tales como la espina bífida
- Enfermedades degenerativas, en las cuales las células nerviosas están dañadas o mueren, tales como las enfermedades de Parkinson y el mal de Alzheimer
- Enfermedades de los vasos sanguíneos que abastecen el cerebro, tales como los derrames cerebrales
- Lesiones en la médula espinal y el cerebro
- Trastornos convulsivos, tales como la epilepsia
Pronóstico de la enfermedad
El pronóstico de la enfermedad puede variar significativamente según la enfermedad concreta, aunque suele ser de cierta gravedad. En el caso de las enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como el Alzheimer, pueden llegar a ser bastante serias, ya que pueden poner en riesgo la vida del paciente. A simismo puede pasar con las enfermedades por genes defectuosos, aunque un diagnóstico rápido puede ser fundamental para evolución más favorable. En el caso de trastornos convulsivos, como la epilepsia, el pronóstico suele ser mejor. Un paciente con epilepsia puede hacer desaparecer los efectos durante el tratamiento, aunque este puede requerir varios años. Otros casos como las hemorragias cerebrales también tienen una gravedad elevada, ya que puede implicar riesgo de mortalidad. En el caso de los tumores cerebrales se define como enfermedad grave de pronóstico reservado, ya que puede variar según el caso.
Síntomas de los trastornos neurológicos
Los síntomas de los trastornos neurológicos dependerán según la enfermedad concreta. Pueden producir tanto un exceso como un déficit de actividad neuronal en cualquier sistema del organismo. Algunos de los síntomas que se pueden identificar son:
- Dolor de cabeza
- Pérdida de fuerza o adormecimiento de una extremidad
- Mareos
- Desmayos y pérdida de consciencia
- Problemas de memoria
- Dificultades cognitivas
- Problemas de habla
- Problemas de visión
- Temblores, espasmos, contracciones involuntarias
Diagnóstico y exámenes
Las pruebas médicas pueden variar según la afectación que tenga el paciente. Existen múltiples pruebas para evaluar el estado del sistema nervioso, que son más útiles según qué se quiera inspeccionar. Cabe destacar las siguientes:
- Electroencefalograma: resulta especialmente útil en tumores cerebrales o inflamaciones cerebrales o de la médula, por ejemplo.
- Angiografía cerebral: sirve para localizar irregularidades vasculares en el cerebro. Pueden ser obstrucciones en los vasos sanguíneos o ictus, entre otros.
- Tomografía computarizada: muy eficaz en la detección de epilepsia, tumores o quistes cerebrales, daño cerebral por lesión, etc.
- Resonancia magnética: esta revela al médico los detalles de órganos, tejidos, nervios y huesos.
- Punción lumbar: para obtener muestras de líquido cefalorraquídeo y así comprobar la existencia de sangrados o hemorragias cerebrales.
- Velocidad de conducción nerviosa. es una prueba de la velocidad de las señales eléctricas a través de un nervio. Esta prueba se hace en conjunto con una electromiografía (EMG) para verificar la salud de los músculos en busca de alguna anormalidad muscular.
Cuáles son las causas de los trastornos neurológicos
Las causas son distintas en función del trastorno. Se desconocen los motivos de varias enfermedades neurológicas aunque el factor hereditario puede ser clave, como es el caso de algunas enfermedades degenerativas como el Alzheimer o la enfermedad de Huntington. Los traumatismos o lesiones cerebrales también pueden ser la consecuencia de múltiples trastornos, como podría ser el caso del Parkinson, una hemorragia cerebral o la epilepsia. Por otro lado, hay trastornos que se originan en el mismo cuerpo, como sucede con los tumores cerebrales.
Se puede prevenir
En varios casos los trastornos neurológicos son difíciles de prevenir, especialmente cuando son debidos a factores hereditarios. En cualquier caso, hay varias medidas que podemos seguir para reducir el riesgo:
- Mantener el cerebro y la mente sanos, realizando actividades que estimulen la actividad cerebral.
- Hacer alguna actividad física de manera regular.
- Evitar la incomunicación o el aislamiento social, mediante relaciones sociales y afectivas.
- Tener hábitos de vida saludables, evitando el consumo de alcohol, tabaco y drogas.
- Dormir un mínimo de 8 horas diarias.
- Tener una dieta equilibrada.
- Proteger el cerebro y evitar lesiones cerebrales, utilizando la protección necesaria en la carretera o en actividades de riesgo.
- Evitar factores de riesgo como la hipertensión arterial, el alto colesterol, el estrés, el agotamiento, obesidad, diabetes, etc.
Tratamientos para los trastornos neurológicos
El objetivo de la mayoría de tratamientos neurológicos es paliar los síntomas y, si es posible, conseguir la curación del paciente. Existen múltiples tratamientos para los trastornos neurológicos, que varían en función de la patología diagnosticada. Es habitual que el tratamiento principal consista en la neurorrehabilitación, que tiene por objetivo restituir, minimizar o compensar los déficits funcionales que pueda tener el paciente, siempre en la medida de lo posible. Los tratamientos pretenden una atención neurológica integral para mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufran alguno de estos trastornos, para que tengan la mayor autonomía posible.
En todos los trastornos neurológicos es vital un diagnóstico precoz, para que el especialista pueda establecer el tratamiento más adecuado en cada caso.