Alfredo González Hernández
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Alfredo González Hernández (San Juan de los Yeras, 25 de octubre de 1922 - Manicaragua, 4 de mayo de 1958). Joven luchador cubano del Movimiento 26 de Julio que pasó de la clandestinidad en las ciudades a la guerrilla en el Escambray.
Síntesis biográfica
Nació en una finca nombrada Rojas, cerca de San Juan de los Yeras, en la actual provincia de Villa Clara, en el centro de Cuba. El medio social en el cual se desarrollaba le impedía ir a la escuela y Alfredo fue analfabeto por trabajar desde muy pequeño en el campo. A la edad de 15 años se mudó para Falcón (Placetas) y se dedicó a la construcción, donde aprendió albañilería. Siendo joven todavía se casó con Rosa Valcarsel, vecina también de Falcón, y con mucho sacrificio lograron construir un hogar y una familia.
Trayectoria revolucionaria
Desde muy temprano comenzó en la lucha revolucionaria y militó en el Movimiento 26 de Julio desde sus inicios. Se mantenía en constante actividad dada su labor clandestina, organizando labores revolucionarias o recogiendo dinero para el movimiento. Un día, por razones de su lucha en contra de la tiranía, tuvo que abandonar su familia, su trabajo y su pueblo. Se fue para Santa Clara donde se unió al revolucionario Chichí Padrón, el cual estaba perseguido como él, y juntos realizaron actividades revolucionarias incluidos los sabotajes.
Llegó el día en que tuvieron que separarse debido a la persecución tan tenaz que contra ellos ejercía la tiranía. Alfredo subió como guerrillero al Escambray, donde puso en jaque a las tropas de la tiranía que por aquella zona operaban, después de demostrar su valor en varias acciones, fue ascendido a capitán y al poco tiempo fue propuesto a comandante, grado que no quiso aceptar por no separarse del jefe que tenía.
Asesinato
El 4 de mayo de 1958, y ante una necesidad de bajar al llano, fue delatado por un traidor. La tiranía conocía la ruta de su trayecto y le pusieron una emboscada en un lugar conocido por Tres Puertas, al lado de Manicaragua. Cuando llegó a ese lugar, el ejército los sorprendió, y pelearon hasta que una bala homicida cercenó su vida a la edad de 36 años. En homenaje póstumo fue ascendido a Comandante.
Fuente
- Documentos del Museo Municipal de Ranchuelo "Joaquín Díaz-Marrero Torres"